La novedad: El simulador
Mifuturo.cl es una de las herramientas más utilizadas por los estudiantes que rinden la PSU para investigar los datos duros de las carreras que les interesan: empleabilidad, remuneraciones, aranceles y becas, entre otros. Y esta semana, el sitio web lanzó un Simulador de Beneficios, en el que los postulantes podrán ingresar su información personal -notas de enseñanza media, puntaje PSU estimado, ingresos familiares, etc.-, además de la carrera y la institución donde quieren estudiar. Con esa información, esta herramienta, que tiene más de 8 mil programas y 80 instituciones acreditadas en su base de datos, le informará al postulante qué opciones de becas y créditos tiene, y le entregará datos específicos como la duración de la carrera, el arancel referencial y el real, además del monto total del crédito.
“Es primera vez que el Ministerio de Educación pone a disposición un simulador de beneficios de educación superior, y se realiza pensando en dotar a los postulantes de información oportuna y transparente para la toma de decisiones. Hoy, cuando uno de cada dos jóvenes de pregrado estudia con apoyo financiero del Estado, ésta es una gran herramienta para orientar a las familias chilenas y transparentar el sistema de financiamiento”, dice Juan José Ugarte, jefe de la División de Educación Superior del Mineduc.
Matrícula, empleabilidad e ingresos
No hay grandes sorpresas en los nuevos datos de empleabilidad e ingresos que publicó esta semana Mifuturo.cl. De las 25 carreras universitarias con mayor matrícula en el primer año, las carreras que perciben mayores remuneraciones al cuarto año de titulación son Medicina, el grupo de Ingenierías Civiles, Derecho, Odontología, Ingeniería Comercial, las Ingenierías no civiles industriales, y Enfermería, todas con sueldos superiores a $1 millón.
Mientras que entre las carreras de menores ingresos están las pedagogías, Traducción e Interpretación, y Trabajo Social con sueldos mensuales al cuarto año de entre $517 mil y $617 mil.
En los casos de otras carreras de alta matrícula, Ingeniería Comercial y Derecho fluctúan entre $800 mil y $2 millones. En Enfermería, la variación es menor, de $800 mil a $1,2 millones. En Psicología, uno de los programas que se consideran saturados, los sueldos van entre $600 mil a $1 millón, y en Pedagogía en Educación Básica, los titulados de la gran mayoría de las instituciones reciben ingresos de entre $400 mil a $600 mil.
Sin embargo, si se abre la muestra y se consideran las carreras con matrícula más pequeña, destacan: Geología, con ingresos superiores a $2,6 millones y empleabilidad de 95,2%, y algunas Ingenierías no civiles, como Minas y Metalurgia ($1.663.082 - 97,2%), Electricidad ($1.348.272 - 94,4%) y Electrónica ($1.194.307 - 89%), y Construcción Civil ($1.208.207 - 93,2%). Ninguna de estas profesiones tiene una matrícula superior a 700 estudiantes en primer año, y coinciden con algunas de las carreras más solicitadas por el mercado laboral. “Los datos confirman lo que se anticipaba: las carreras con mayor empleabilidad son las de áreas que están experimentando un mayor crecimiento en el país, como la minería y construcción”, comenta María Paz Arzola, investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo. Y es en estos sectores donde ya hay un claro déficit de profesionales, como confirma Álvaro Vargas, gerente general de la comunidad laboral de Trabajando.com. “Hay una señal clara de que existe desalineación entre los mercados laborales y lo que está produciendo el sistema formativo. Tenemos un problema de pertinencia en el tema de la operación de las carreras. El sistema educativo funciona lento, entonces las empresas tienen que hacer grandes esfuerzos para volver a capacitar a gente que ya egresó, para formarlos en los ámbitos específicos que ellos requieren”.
Retención: Problema de novatos
Los dos primeros años de universidad son claves a la hora de saber si un alumno se graduará de esa carrera. Según estadísticas del Consejo Nacional de Educación, los estudiantes que se mantienen matriculados disminuyen sistemáticamente año a año. Y son en los primeros años de carrera que la tasa de retención disminuye de manera más pronunciada -20% en primer año; 10% en segundo y luego un promedio de 5 puntos porcentuales en tercer y cuarto año. “Hemos comprobado que en nuestro caso la deserción tiene un alto componente de duda vocacional. Los alumnos en Chile deben tomar una decisión de desarrollo profesional siendo muy jóvenes y muchos de los que desertan han tomado la decisión de carrera y/o universidad sin tener suficiente información”, comenta Juan Echeverría, director de Admisión y Gestión Estudiantil de la Universidad Católica.
Separadas por carreras, las del área salud -especialmente Medicina y Odontología- son las que tienen mayores niveles de retención. En el caso de la primera, después de terminar el primer año, 95% de sus alumnos continúa y hacia el sexto año sólo 14% se ha retirado. Mientras que en el otro extremo están Ingeniería Civil y Arquitectura, que muestran los niveles de retención más bajos del grupo analizado por el CNED, con un 49% y 51% de retención al quinto año, respectivamente.
“Optar por una buena carrera no necesariamente implica desechar la vocación. Dentro de tu ámbito de conocimiento, puedes elegir mejor”, sugiere Álvaro Vargas, de Trabajando.com. “Si eso lo haces bien, te vas a asegurar un buen futuro, vas a desertar menos. Con buena información y buenas decisiones, van a ser más eficiente el proceso”.
Deserción: Preguntas importantes
No hay recetas para evitar la alta tasa de deserción del primer año, pero María Soledad del Río, sicóloga vocacional de la Clínica UC San Carlos, sugiere a los estudiantes hacerse varias preguntas durante el proceso de elegir carrera acerca de sus aptitudes, intereses y deseos de realización, e incluso preguntarle a familiares y amigos en qué carrera lo ven y por qué. Además es aconsejable definir qué se espera de la carrera elegida, desde el sueldo y el perfil profesional, hasta imaginarse trabajando en esa profesión.
“Lo ideal es que la profesión elegida reúna la mayor cantidad posible de sus intereses, aptitudes y deseos de realización, considerando que esta primera elección vocacional los conducirá a especializarse cada vez más en un área determinada de su campo laboral. Cada uno le dará a la elección de su profesión un sello particular que la hace propia y distinta a los demás”, aconseja Del Río.
La experta sugiere hacerse las siguientes preguntas en tres áreas:
- Intereses:
¿Qué cosas me gusta hacer en mi tiempo libre? ¿cuáles fueron las materias que más y menos me gustaron? ¿Qué materias incluye el estudio de esas carreras?
- Aptitudes: ¿Qué cosas me resultan fáciles de hacer y aprender? ¿Cuáles son mis fortalezas y debilidades en términos de competencias necesarias para la carrera?
- Deseos de realización:
¿Cual es el campo ocupacional de esas carreras en Chile? ¿En qué actividades me gustaría trabajar?