Por Diego Zúñiga Septiembre 5, 2013

Son más de 400 horas de la vida de la selección: los entrenamientos, el camarín, el túnel antes de entrar al partido, las reacciones de Borghi y Sampaoli cuando han ganado y perdido, y el futuro, los dos últimos partidos que quedan de las eliminatorias: Colombia y Ecuador.


Hernán Caffiero (abajo, en la foto), quien dirigó en 2008  “Raza brava” -un documental sobre la Garra Blanca-, tiene planificado estrenar “El sueño de todos” unos pocos meses antes del Mundial de Brasil. La fecha tentativa es abril de 2014.


 

 

Te sientas frente a la pantalla, te pones esos lentes oscuros y, entonces, ya no estás ahí, no, ahora estás al borde de una cancha de fútbol, del Estadio Nacional, del Hernando Siles de La Paz, del Monumental de Lima. Estás ahí y los ves y los escuchas: Arturo Vidal, Gary Medel, Alexis Sánchez, Claudio Bravo. Gritan y se mueven y respiran, eso escuchas tú, la respiración y los golpes que le dan a la pelota cada vez que les llega. Y también está la gente, el rumor de los gritos, un ceacheí, hasta que llega un gol y tú, que estás al lado de Jorge Sampaoli, observas todo y ves cómo celebran, cómo la selección chilena se acerca a la clasificación, Brasil 2014 está a la vuelta, no queda tanto y tú eres un espectador privilegiado, tú eres uno más, aunque en la realidad sólo estés sentado frente a una pantalla, con unos lentes oscuros que te permiten ver esas imágenes en 3D, esas imágenes que son parte de El sueño de todos, la nueva película de Hernán Caffiero: un documental que ha seguido todo el proceso clasificatorio de la selección al Mundial de Brasil. Desde que Claudio Borghi realizara la primera convocatoria para jugar contra Argentina, en 2011, hasta el próximo martes 15 de octubre, cuando Chile enfrente a Ecuador, en Santiago, en el que será su último partido de las clasificatorias.  

Un documental que narrará la historia de una selección marcada por la renuncia de Borghi en la mitad del proceso y por el arribo de Jorge Sampaoli: los triunfos, las derrotas y las indisciplinas que ha vivido la generación dorada del fútbol chileno.

Porque ésa fue una de las motivaciones más importantes para que Caffiero decidiera filmar esta película: dejar registro de la que, para él, es “la selección con los mejores jugadores de la historia del fútbol nacional”. Y no, no tiene ninguna duda de que esta selección clasificará al Mundial.

 

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Hernán Caffiero tiene 32 años, estudió Publicidad, hizo un Magíster en Cine Documental y su primer trabajo audiovisual también estuvo vinculado al fútbol. Raza brava se llamó su debut, en 2008, una historia acerca de la Garra Blanca. Un documental que en su primer día de estreno lo vieron más de tres mil personas -un número alto para una cinta documental-, pero que al día siguiente fue retirado de varios cines de Santiago.

-Dicen que fue porque se estaba llenando de “flaites” -explica Caffiero-. No dieron más explicaciones, sólo la sacaron y eso significó una merma importante de los ingresos.

Finalmente, la película tuvo alrededor de 15 mil espectadores, muy por debajo de los 50 mil que esperaban.

Entonces, Caffiero se vio con deudas, sin nada, en el fondo. Tenía que hacer algo. Y un día de ese 2008, hablando con Robert Luttrell -dueño de la productora neoyorquina que había hecho la ampliación a 35 mm de Raza brava y que había trabajado con películas como Super Size Me y Ciudad de Dios-, le dijo que si necesitaba hacer dinero, lo que venía en el cine era el 3D, y que si quería, él podía enseñarle a trabajar con ese nuevo formato.

Caffiero no lo pensó mucho. Agarró sus cosas y se fue a Nueva York, a aprender con Luttrell en su productora.

-Él trabajaba el 3D desde la artesanía. Yo aprendí a hacer todo el proceso, a comprenderlo, no sólo a usar cámaras -dice.

Estuvo un poco más de un año aprendiendo con Luttrell y trabajando en la productora, hasta que sintió que ya era el momento de regresar. Había que saldar deudas. Así que cuando regresó se contactó con José Pérez -con quien había trabajado en Raza brava-, y pensaron en cómo trabajar con el 3D, que era una tecnología que en 2010 recién estaba llegando a Chile. Entonces, hicieron una productora -Tridi 3D Films- y empezaron a trabajar con Minera Escondida, haciendo videos de prevención de riesgos.

Sin embargo, Caffiero no olvidaba su verdadera vocación, que era hacer películas. Y también estaba el fútbol, esa pasión heredada de su padre, quien lo hizo socio de Colo Colo cuando era un niño. Por eso, también, cuando surgió la posibilidad de trabajar con el CDF y LG para grabar parte del campeonato nacional en 3D, Caffiero no lo dudó.

Era volver al fútbol. Era, de alguna forma, una revancha después de lo que había ocurrido con Raza brava. E iba a ser el primer paso para acercarse a la selección chilena, para acercarse a aquel proyecto que terminaría llamándose El sueño de todos, y del que en el partido de la selección con Venezuela, se mostrará por primera vez un adelanto.

 

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Fue en la previa al partido con Colombia, en Santiago, a principios de septiembre de 2012. Caffiero y su productora S3D -con la que realiza los proyectos más grandes- llevaban varios meses grabando a la selección chilena, pero ese día era uno de los más importantes: iban a mostrarles, por primera vez, a los jugadores un adelanto de la película.

Caffiero se acuerda que fue después de que ellos comieron. Instaló la pantalla, le pasó a cada jugador los lentes para ver el 3D y puso play.

-Fue muy raro lo que pasó ese día -cuenta Caffiero-. Ellos vieron alrededor de 5 minutos, y cuando terminó se pusieron a aplaudir muy fuerte. Quedaron muy contentos. Y era raro eso: que te aplaudieran los mismos a lo que tú habías aplaudido tantas veces.

Después de ese día las cosas cambiaron. Porque si bien ya llevaban un buen tiempo grabando, aún no habían logrado ganarse, completamente, la confianza de los jugadores y del cuerpo técnico. Tenía el permiso de la ANFP -que los apoyó desde el día en que Caffiero les propuso filmar toda la clasificatoria en 3D-, pero aún faltaba que los jugadores entendieran algo importante: que esas cámaras no buscaban filmar cosas que los pudieran perjudicar, sino que sólo querían registrar la intimidad del proceso.

-Recién ahí se dieron cuenta de lo que estábamos haciendo. Y la actitud cambió sustancialmente: ahora no se esconden, tenemos cercanía con ellos -dice Caffiero.

Lo que habían estado haciendo era lo siguiente: filmar con aproximadamente 15 cámaras 3D todos los partidos de Chile. Los de la clasificatoria y también los amistosos. Los partidos en el Estadio Nacional y en el extranjero -allá, eso sí, con ocho cámaras-. Todo. Desde la conferencia de prensa de Claudio Borghi cuando realizó la primera convocatoria para enfrentar a Argentina, pasando por el amistoso en el que lo despiden, hasta la conferencia en la que asume Sampaoli. Todo. Más de 400 horas de la vida de la selección chilena: los entrenamientos, el camarín, el túnel antes de entrar al partido, las reacciones de Borghi y Sampaoli cuando han ganado y perdido, y también el futuro, los dos últimos partidos que quedan de las eliminatorias: Colombia y Ecuador.

Pero no ha sido fácil el camino. Primero, porque el financiamiento ha sido privado. No hay socios. La productora ha asumido todo el presupuesto de la película -que es aproximadamente de un millón de dólares-, por lo que a veces ya no queda caja y deben ingeniárselas para conseguir recursos con otros proyectos. Recién ahora, de hecho, están mostrando el material a los distintos auspiciadores de la selección, para ver si se quieren sumar al proyecto.

Pero, además de las dificultades económicas, también está el problema del presente: la dificultad de planificar ciertas cosas, pues un partido de fútbol es siempre impredecible. La renuncia de un técnico, un acto de indisciplina o un gol al último minuto -como ocurrió con Perú, en Lima- cambian cualquier plan preconcebido. Por eso han tenido que modificar, al menos diez veces, el guión original: ése en el que más que escribir escenas literalmente, buscan plantear algunos conceptos que los puedan guíar: seguir a un jugador determinado, buscar una toma que refleje algún estado de ánimo que quieren transmitir. Y aunque no es fácil,  insisten. Tratan de analizar bien cada encuentro, a pesar de que nada puede programarse.

-Si perdiste una jugada maestra, perdiste no más. No hay forma de repetirla -dice Caffiero.

En este sentido, el trabajo de los camarógrafos es fundamental. Por eso logró armar un equipo en el que varios de los hombres que manejan las cámaras son directores de fotografía, como Pedro Micelli (El eco de las canciones) o Francisco Almenara, quien trabajó en Ilusiones ópticas.

-Más que camarógrafos son cinematógrafos -explica Caffiero, quien recalca la dificultad de grabar en 3D, pues se filma con dos cámaras, que deben estar sincronizadas y que simulan los ojos de una persona.  Y, a eso, se suma la dificultad de grabar un partido de fútbol, en el que todo siempre está en movimiento. Sin embargo, por ejemplo, tienen siempre dos cámaras con el técnico de la selección y también en los arcos. Además, Caffiero está en la cancha, monitoreando el trabajo de todos, dirigiendo a cada uno de ellos con intercomunicadores.

Como ya tienen tanto material, han empezado el proceso de montaje. Porque, por un lado, estarán las imágenes de los partidos y la interna y, por otro, también el documental abordará la vida de algunos de los jugadores (Vidal, Medel, Sánchez). En muchos casos se contará su pasado a través de animaciones y también se los entrevistará.

La idea de Caffiero es estrenar un par de meses antes del Mundial de Brasil. La fecha tentativa es abril de 2014, y están trabajando para eso.

Saben que la vara que dejó Ojos rojos, el documental que registró el proceso anterior de la selección, es alta.

-Me gustó mucho el documental, pero lo de nosotros es un poco más futbolero, con más jugadas, y con imágenes de la intimidad de la selección, y todo en 3D- dice.

Ojos rojos llevó cerca de 125 mil personas. Caffiero es más ambicioso: su modelo es la película de Stefan Kramer, pero sobre todo en el tema de la difusión.

-Si podemos manejar bien eso, creemos que podemos aspirar a unos 300 mil o 350 mil espectadores. Es verdad que Kramer es un personaje popular, pero no lo es más que la selección.

Y apelan, también, a esta cercanía que producirá el 3D: escuchar la respiración de los jugadores, ver a Sampaoli celebrando, como si uno estuviera a su lado, salir con la selección desde el túnel y oír a la gente gritar. Por mientras, Caffiero espera que la selección le gane a Venezuela y que así el Mundial esté más cerca. De hecho, ya está planificando el viaje a Ginebra, donde Chile enfrentará en un amistoso a España, pues queda libre en esa fecha clasificatoria.

-Hay tres resultados que nos pueden dar la clasificación en esta fecha que no jugamos -dice-. ¿Te imaginas que clasifiquemos allá? Debemos estar con ellos. Y también ya tenemos planificado lo que se grabará acá. Tendremos una cámara aérea, que se paseará sobre Plaza Italia. Todo tiene que quedar registrado.

 

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