La arbitrariedad de los despidos apuntó las miradas hacia la gestión de Nicolás Acuña, a quien se responsabiliza por los desastrosos resultados de rating del canal durante este año.
Julio fue un mes sangriento para TVN. Dentro y fuera de la pantalla. El 3 de julio, dos días antes del estreno de Sitiados –una serie histórica ambientada en la época de la conquista, donde mapuches y españoles se enfrentan con ferocidad y violencia–, se conoció el despido de 52 trabajadores, lo que se sumó, casi dos semanas después, el 13 de julio, a la salida de otros 40 funcionarios. La ola de despidos encendió los ánimos dentro del canal. Muchos querían sangre y, casi al terminar el mes, la tuvieron. Este miércoles se hizo pública la salida de Nicolás Acuña, el director de programación, después que Carmen Gloria López, directora ejecutiva del canal, le pidiera la renuncia.
Así se cierra una etapa dentro de la gestión de López al mando del canal público. Porque durante este julio negro, la directora ejecutiva tuvo que alejarse de sus colaboradores más estrechos dentro del canal: su principal asesora, Claudia Godoy, y el propio Acuña, quien había sido nombrado por López en agosto del año pasado.
Todas estas medidas se toman en medio de la peor crisis de TVN en democracia. Si bien la caída en rating ha sido sostenida durante la última década, y todos los actores reconocen el difícil momento que vive la industria televisiva y la caída de la inversión publicitaria, la apuesta de la dupla López-Acuña por remontar los malos ratings de los últimos meses no funcionó.
El canal sigue hundido en un cuarto lugar frente a la competencia, y sus cartas para remontar las malas cifras han fracasado. Es el caso de las teleseries, un área que durante la era dorada de TVN siempre fue una carta imbatible. Desde su estreno en mayo, ni Matriarcas, la teleserie vespertina, ni La poseída, en la franja nocturna, han logrado superar la barrera de los diez puntos de rating y mantienen un discreto promedio de seis puntos. Más dramático fue lo que pasó durante la reciente Copa América, donde Canal 13 terminó ganando por paliza, triplicando la sintonía de TVN en el partido final de Chile contra Argentina.
Y si el rating está por los suelos, los resultados financieros de la empresa también encendieron la alerta máxima. A inicios de junio, mediante el reporte del canal a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), se supo que durante el primer trimestre la estación tuvo pérdidas que superan los 5 mil millones de pesos. A los pocos días de que salieran a la luz estas preocupantes cifras, la dirección ejecutiva echó a andar un plan de salvataje que ha dejado varias víctimas en el camino.
POCO PARRILLERO
Uno de los cambios que más sorprendieron al interior del canal fue la salida de Enzo Yacometti, director de gestión, conocido durante mucho tiempo como “el dueño de la billetera de TVN”, y temido por su estilo duro para negociar. Además de sacar a Yacometti, la directora ejecutiva ideó un plan de reestructuración organizacional, en el que empoderó a Alicia Hidalgo, quien hasta ese entonces se desempeñaba en la Dirección Comercial, al nombrarla a la cabeza de la recién creada Gerencia General.
La idea fue que Hidalgo asumiera funciones administrativas que hasta entonces dependían de López. “Se quiso desahogar a la dirección ejecutiva, para que Carmen Gloria se enfoque en su plus, que es la pantalla”, dice un miembro del directorio del canal. Con Hidalgo ya instalada en su cargo, comenzaron los despidos y el clima al interior del canal definitivamente se enrareció.
Los despidos fueron transversales, y afectaron a funcionarios de todas las áreas. Desde técnicos, pasando por periodistas, hasta productores históricos, como Jorge Soissa (Rojo fama contrafama, Calle 7). “Si los despidos hubieran sido por desempeño, varios a nivel gerencial se deberían haber ido”, dice un miembro del sindicato.
Hasta antes de los despidos, muchos al interior del canal seguían defendiendo la gestión de López y recordaban su discurso cuando asumió la dirección ejecutiva, en defensa de una televisión de calidad por sobre el rating. Pero la arbitrariedad de las desvinculaciones hizo que las críticas apuntaran con más fuerza hacia la gestión de Nicolás Acuña, a quien se responsabiliza por los desastrosos resultados de rating del canal durante este año.
Carmen Gloria López defendió con vehemencia, incluso ante el directorio del canal antes de su llegada, su nombramiento como director de programación. La cercanía entre ambos está sellada justamente por uno de los programas que hoy TVN tiene al aire, y que para López es el mejor ejemplo de la televisión de calidad que busca: la serie histórica Sitiados, donde López oficia de guionista, y Acuña es el director.
A algunos miembros les hacía ruido su nombre y temían que Acuña, conocido por su trabajo como director de cine (Paraíso B, Rojo la Película) y como director de series (Los archivos del Cardenal, Cárcel de mujeres), no fuera precisamente un “animal de televisión”.
Esas sospechas luego se transformaron en un flanco abierto para su gestión. “Como director de series es seco, pero le falta nervio, no ve mucha tele, no duerme con el rating bajo la almohada”, resume un funcionario del canal. En TVN lo acusan de no saber “parrillear”, vale decir, que no sabe cómo armar una parrilla programática. También se lo critica por haber llevado el concepto de “parrilla flexible” hasta el extremo de cambiar el orden de los programas dentro del mismo día de la emisión.
Al interior de Buenos días a todos fue muy comentado un episodio en que, durante un almuerzo con los conductores del matinal, Acuña dejó entrever que ni siquiera estaba al tanto de la duración del programa. “Ustedes van dos, tres horas al día, ¿no?”, preguntó Acuña. Karen Doggenweiler le tuvo que aclarar que salían durante cuatro horas al aire, según cuenta un testigo de la reunión.
En su defensa, cercanos a Acuña dicen que llegó a un canal que llevaba ocho meses sin director de programación. Y que, por lo mismo, tuvo que poner al aire productos heredados, como es el caso de la teleserie Caleta del Sol, creada durante la pésimamente evaluada gestión de Álex Bowen (también responsable de la millonaria producción de la fracasada Dueños del Paraíso)en el área dramática. Acuña incluso se metió en la mesa de edición para intentar salvar la teleserie, pero a la larga igual fue un fracaso: a la semana de su estreno, en octubre del año pasado, fue cambiada desde el horario de las 20 horas a las 17 horas, y meses más tarde se adelantó su final.
Nicolás Acuña tampoco supo armar equipos ni generar confianzas con los productores ejecutivos del canal. Dos fueron los nombres que reclutó Acuña. Uno fue Alberto Gesswein, conocido por su labor como productor de Los 80 y director del área de ficción de Canal 13 hasta octubre del año pasado. Gesswein llegó con el cargo de subgerente de Desarrollo, pero fue despedido hace poco, según explican, por no ser proactivo ni concretar ninguno de sus proyectos. El otro hombre de su confianza, el documentalista Germán Berger (Mi vida con Carlos), llegó para supervisar las áreas de cultura, infantil y telerrealidad, pero al poco tiempo y tras su poca sintonía con los productores ejecutivos del sector, fue relegado a un cargo de menor importancia, como jefe de desarrollo, donde coordina proyectos dispersos: desde televisión digital hasta la relación de TVN con varios institutos científicos.
La tensión instalada en el canal público está lejos de desaparecer con los últimos cambios. Entre los trabajadores existe temor por la posibilidad de más despidos y la eventual externalización de producciones dramáticas a empresas que trabajan a bajo costo como DDRIO (que actualmente realiza la teleserie de las 15 horas). Desde uno de los sindicatos manifiestan su alarma, acusando que el ahorro en la producción se hace a costa de las condiciones laborales de sus empleados.
LA CAÍDA
El 15 de julio, dos días después de la segunda ronda de despidos, Carmen Gloria López mandó un correo electrónico a todos los trabajadores, intentando calmar los ánimos y explicando una serie de medidas de ajustes. Allí se confirmaba la postergación de inversiones como la construcción del centro de noticias y las remodelaciones de los centros regionales. También se detallaba la disminución de algunos servicios generales, como aseo y seguridad, y hasta el recorte de la cobertura de los planes telefónicos. Incluso se anunciaba la venta de los autos corporativos correspondientes a la dirección ejecutiva, de programación y de gestión.
En un canal en crisis, todo ahorro sirve, era el mensaje. Pero hubo otras dos medidas que sorprendieron. La primera fue la rebaja de sueldos de toda la plana ejecutiva. Justo antes de la salida de Enzo Yacometti, Carmen Gloria López les pidió a los ejecutivos que se bajaran en un 5% su sueldo. Una iniciativa en la que ha querido predicar con el ejemplo: López se ha rebajado dos veces su sueldo. Primero cuando llegó a TVN, en julio del año pasado, y ahora en medio de esta reducción colectiva, lo que suma una disminución de un 10% de su sueldo.
La petición de López a los ejecutivos fue recibida con críticas y protestas, pero al final tuvo una adhesión cercana a un 90%, lo que significó que más de 30 funcionarios, entre gerentes, subgerentes, directores y productores ejecutivos, se bajaran su salario.
Aunque no estaba mencionado en ese correo, la disminución de sueldos al interior de TVN no es algo nuevo. Es una política que López empezó a aplicar primero con los rostros, conocidos por sus millonarios sueldos. Desde el año pasado, toda la renovación de los contratos de los rostros se está haciendo por un menor salario. Así pasó el año pasado con Claudia Conserva, quien aceptó estas nuevas condiciones, a diferencia de Fernando Solabarrieta, que prefirió marcharse este año ante esta medida. Entre los rostros existe conciencia de que los tiempos son otros y que la petición no es tan descabellada. Como dice uno de ellos: “Es la realidad de la industria. La torta no da para todos”.
Pero hubo otra medida que generó suspicacias en los sindicatos. En su mail, López explicaba que se cancelaban todas las asesorías externas. Desde los tiempos de Daniel Fernández como director ejecutivo, son conocidas las numerosas asesorías en TVN. Una de esas asesorías que se cortó en junio pasado fue la de la periodista Gloria Stanley en el área de comunicaciones, quien estaba desde la época de Fernández. La administración de López tuvo dos asesorías. Otra es la que realizaba desde inicios de año Eugenio García, el ex director de programación del canal, que hoy suena como una de las cartas fuertes para reemplazar a Nicolás Acuña. El rol de García era el de asesor creativo, lo que implicaba reuniones semanales con Acuña. La otra asesoría estaba en manos de la periodista Claudia Godoy, ex gerente de contenidos en TVN, y amiga de Carmen Gloria López. Pese a que Godoy cuenta con una trayectoria de dos décadas en televisión, que la directora ejecutiva tuviera como su principal asesora a una amiga desde los tiempos del colegio y la universidad, generó ruido al interior del canal público.
Desde octubre del año pasado, Godoy asumió su rol de asesora en varios frentes:a López le ayudaba a revisar guiones, hacía análisis de la parrilla programática, y también asesoraba a Nicolás Acuña.
A mediados de junio pasado, TVN publicó un aviso en Laborum.com buscando un subdirector de programación. La descripción del cargo especificaba entre sus funciones: “monitorear la parrilla programática de TVN, evaluando su efectividad y analizando estratégicamente el entorno competitivo, haciendo las indicaciones pertinentes al director de programación y a los comités de decisión respectivos”.
En medio de un canal en crisis y con fuertes ajustes presupuestarios, sorprendió la creación de un nuevo cargo ejecutivo que, a todas luces, tendría que cumplir las labores de Nicolás Acuña. De hecho, el propio Acuña le ofreció el cargo a Godoy. Pero su contratación era cuestionada al interior del canal.
El puesto quedó finalmente en manos del ingeniero comercial Francisco Espinoza, una decisión impulsada por Alicia Hidalgo, quien ante los nefastos resultados financieros de la estación, defendió que el cargo fuera para alguien capaz de ordenar los presupuestos. Espinoza ya había trabajado en TVN como jefe de proyectos y subgerente de planificación y luego se desempeñó como gerente de planificación de programación en Canal 13. En TVN se lo reconoce por ser un experto “parrillero”, que programa con el Excel financiero a la vista.
Junto con dejar partir a Godoy en junio, esta semana López tuvo que concretar otra de las decisiones más difíciles de su gestión: sacar a su cuestionado director de programación. Para muchos, la permanencia de Nicolás Acuña se hacía insostenible y en gran medida incomprensible, dados los pésimos resultados de su gestión. Al interior del directorio tampoco estaban dispuestos a seguir respaldándolo. “A Acuña hay que evaluarlo por los resultados”, decía un miembro del directorio, una semana antes de su salida. López venía conversando la idea con Acuña desde hace un par de semanas, y el martes pasado, previa consulta a los miembros del directorio, finalmente lo dejó caer.
En TVN algunos lo interpretaron como la última rendición de Carmen Gloria López. Ahora la gran interrogante gira en torno a las posibilidades del nuevo equipo de revertir los resultados de una gestión con todos los frentes en rojo.