Excelencia y prestigio académico son cualidades que buscan las universidades en Chile. Una forma de medirlos es mediante la especialización de los profesionales que conforman su cuerpo docente. Para ello, Qué Pasa considera el perfeccionamiento académico medido en jornadas completas equivalentes (JCE), estándar utilizado internacionalmente y que corresponde al equivalente del trabajo de un académico contratado por 44 horas a la semana. Este indicador sirve para no otorgar el mismo valor a los profesores full time que a los que trabajan por hora. Las dos variables que se consideran en este ranking son las JCE con doctorado y las JCE con magíster y especialidades médicas u odontológicas.
Según los datos que registra el SIES, en 2015 se desempeñaron 85 mil académicos en 154 instituciones de educación superior, un aumento de un 21,1% respecto del año 2011, cuando en el sistema había 70 mil. Un 34% tiene estudio de posgrado, un avance de 6 puntos porcentuales con respecto a 2011; un 11% tiene un doctorado y un 23% posee un magíster.
Cifras que en los últimos diez años van al alza, pero que todavía quedan al debe. En este sentido, Becas Chile, el ambicioso plan de becas para estudios de posgrado tanto en el país como en el extranjero, busca desarrollar capital humano avanzado, considerado la base de una economía del conocimiento. Entre 2005 y junio de 2015, cerca de tres mil profesionales lograron obtener un doctorado gracias a los programas de Conicyt y Becas Chile. Pero se necesitan más profesionales especializados. La meta país es ambiciosa, en una década se espera que el 50% de los profesores full time cuenten con un doctorado.
Subir este indicador es fundamental, ya que tiene una estrecha relación entre la investigación y el desarrollo de las áreas definidas como prioritarias para aumentar la competitividad del país.
Motivar y comprometer a los alumnos con sus estudios es un trabajo que se puede potenciar con académicos competentes quienes, además de entregar conocimiento, puedan proveer a sus alumnos de una amplia red de contactos. Para que este escenario se desarrolle, otro desafío es renovar las plantas docentes con personal con mejor formación inicial y un desarrollo profesional continuo. Hoy, la edad promedio de los docentes durante el último quinquenio es de 43 años, aunque los con doctorados y especialidades médicas un mayor promedio de edad (sobre los 47 años).
El 82% concentra sus actividades en una institución educativa.
En el país hay 43.834 jornadas completas equivalentes (JCE). Si se analiza esta cifra de acuerdo con el número de instituciones donde trabajan los académicos, un 72% lo hace en una sola casa de estudio. Al considerarse en JCE, el porcentaje de docentes con estudios de posgrado en el sistema de educación superior aumenta a un 45%, de los cuales el 18% posee grado de doctor y 27% grado
de magíster.
El Ranking de calidad académica lo encabezan nuevamente las universidades de Talca, de Concepción y Católica, está última descendió del segundo al tercer lugar. Si bien permanecen las mismas casas de estudio en el top ten, la Alberto Hurtado escaló del noveno al cuarto lugar, y la Chile descendió del sexto al noveno.
A nivel de doctorados, factor que pesa un 60% en el índice, la delantera la llevan la U. Católica de Valparaíso con el 53% de sus JCE con el grado de doctor, seguida por la de Chile (50 %), Alberto Hurtado, de Concepción y de Talca con 49% cada una. Mientras que los porcentajes menores son los registrados por las universidades San Sebastián (5%), Mayor (5%) y del Pacífico (7%).
Metodología