El pasado 26 de noviembre, el síndico Herman Chadwick Larraín se presentó, por segunda vez, ante el fiscal del caso Caval, Luis Toledo. Si bien, en una primera instancia optó por guardar silencio, en esta nueva oportunidad decidió declarar.
A las 10.15 horas, y en compañía de sus abogados Ciro Colombara y Rodrigo Piergentelli, reconoció conocer a Juan Díaz hace más de dos décadas. Aún más, confesó haberle pagado por otros trabajos durante 2013 y 2014 más allá del cambio de uso de suelo de los terrenos de Machalí. “En mi calidad de abogado, realicé otros encargos a Juan Díaz, tal como que un cliente mío, necesitaba obtener una aclaración respecto de la situación de un terreno y bodega en Renca por lo que le pagué a Díaz $20.000.000”, señaló.
A su vez, descartó conocer al yerno de Joaquín Lavín, Iván Givovich, asegurando que fue el mismo Díaz el que le entregó la boleta de GES.
En la oportunidad también rechazó alguna conexión con la ex Superintendenta Josefina Montenegro, sin perjuicio de que señaló que su padre conoce hace años a su cónyuge, David Benadava, puesto que su empresa de Marketing le ha prestado servicios.
En su extensa declaración, revela nuevas ofertas por los paños de Machalí y aporta detalles inéditos de la historia.
A continuación, el testimonio íntegro con párrafos destacados:
“Me titulé de abogado el año 1993, soy abogado de la Universidad Católica de Chile. El año 2000 me nombró el Presidente Lagos como síndico de quiebras a través de un decreto del Ministerio de Justicia. El año 2006 obtuve un magíster en administración de empresas de la Universidad Católica.
A raíz de que con anterioridad al año 2000 me desempeñé como interventor judicial en causas de narcotráfico y lavado de dinero propuesto por el Consejo de Defensa del estado, entre las cuales destacaban el Cabro Carrera y la Operación Océano, fui adquiriendo una expertise en administrar problemas y empresas de alta complejidad y exposición pública. Luego vinieron Aerocontinente, El Patronato Nacional de la Infancia y la Colonia Dignidad, entre otras. De esta manera, el año 2000 postulé a ser síndico de quiebras, actividad bajo la cual he destacado en tener quiebras como diversos campos agrícolas, salmoneras y actividades industriales tales como Campanario, Generación Eléctrica, Burger Inn, Rabié, Instituto Chileno Norteamericano, Clínica Alemana de Puerto Varas, Pesca Chile, entre otras. Asimismo, soy un síndico que me caracterizo por intervenir en varios convenios judiciales preventivos, a modo de ejemplo Textiles Polak, Patagonia Salmon, La Polar S.A., Salmones Andes, Curauma y Wiesner S.A., entre otras.
Quisiera hacer mención lo que caracteriza a un Convenio Judicial Preventivo, ya que he percibido en la opinión pública que hay una confusión con los procesos de quiebras propiamente tales. Es de la esencia de un convenio que es un contrato colectivo solemne, entre privados, deudos y acreedores. Prueba de ello es que el llamado síndico liquidador puede ser un tercero que no esté en la nómina de síndicos, y que sea un mandatario. Y que las partes del convenio pueden someter las dificultades que de su interpretación o aplicación nazcan a arbitrajes, como fue el caso de Wiesner S.A.
En mi caso en el período entre que se presentó la proposición de convenio y la junta de acreedores en que se aprobó, me desempeñé como síndico interventor y que a partir de la fecha de la aprobación, nombramiento que podía haber recaído en mi o no, se me denominó síndico liquidador, pero como consta en el convenio, fui un mandatario.
El convenio Wiesner tiene la particularidad de que se incluyeron reglamentaciones que en otros casos no he visto, como que se me encomendara a realizar gestiones administrativas para cambiar el uso de suelo de los predios y fue aprobado por la unanimidad de los acreedores y propuesto por la proponente. Esto consta en el convenio consta en el convenio y en la memoria que se adjunta al convenio. También está en una presentación de Patricio Wiesner a Rabobank del año 2011. También hay antecedentes del Consejo Municipal de Machalí del año 2011, sobre el cambio al Plan Regulador y uso de suelo en el sector Nogales.
Lo segundo que lo caracteriza es el plazo, 24 meses de la proponente y que los acreedores redujeron a 18 meses ampliables por unanimidad de la comisión de acreedores de 12 meses más, lo cual es de suma importancia por que condiciona las decisiones que se toman, para bien o para mal en el período de tiempo del convenio. El que sea un plazo corto significa que no creen que las deudas se paguen con el flujo del campo, sino con su liquidación. Después de marzo del 2014 se vencía el convenio, y el Rabobank me había transmitido que no quería más plazo y que había que tomar decisiones.
Una tercera característica de este convenio es que se establece por escrito el recupero, hay una expectativa de que valdrán los terrenos. En la memoria que se adjunta a la propuesta de convenio, Patricio Wiesner dice a los acreedores que espera duplicar el valor de los terrenos, el que, considerando la licitación efectuada por Macal, fijaba un precio base de 0,10 UF metro cuadrado. Duplicar sería 0,20 UF metro cuadrado, y vendimos en 0,60 UF, lo que sextuplica el valor de lo que aspiró inicialmente.
Yo no soy un síndico que simplemente remata bienes, sino que me dedico a dar continuidad de giro, recomponer las empresas y venderlas como unidad operativa y obtener un mayor valor.
Wiesner llegó al convenio porque Rabobank ya no le creyó más en sus solicitudes de prórrogas, y era claro que iba camino a la insolvencia, por lo que decidió operar por el camino del Convenio Judicial Preventivo.
La cuarta característica del convenio es que hay un acreedor que es el Rabobank que se crédito es de 6 millones de dólares y luego le sigue el Security con 118 millones de pesos y BCI, 172 millones de pesos. Existe una norma del convenio que decía que los acreedores hipotecarios y prendarios eran quienes tomaban las decisiones de las ventas de los bienes, por el que el dialogo permanente fue con Rabobank y Wiesner, cayendo en un segundo lugar Security y BCI porque ellos eran acreedores valistas.
En relación a Matías Ovalle y Daniel Huerta, he tenido otras vinculaciones con ellos, por ejemplo, en una quiebra en el norte en que ellos representaban a Openhaimer. Y la otra es una empresa en que me pidieron negociar unas deudas con diez bancos para Mainstream y lo logré. Esto fue el 2010 o 2011.
Antes de que se presentara el convenio fui a reuniones con Ovalle, Huerta, Wiesner a Rabobank.
El Rabobank a fin de mantener operativos los campos me confió la suma de 130 millones de pesos aproximadamente a fin de ser yo quien efectuara pagos de leyes sociales, sueldos, servicios básicos, y cualquier costo necesario para la operación y otros, esto fue entre junio y agosto del año 2011, período entre que se presenta el convenio y la junta de acreedores, dinero que consistió en un crédito que le dio el banco y que estableció que fuera un crédito de la masa.
En el mismo período administré el convenio de La Polar por mil millones de dólares y Campanario por 300 millones de dólares. El convenio de Wiesner no era de los más grandes que yo he visto.
En relación al cambio de uso de suelo, se estableció un mecanismo establecido en el convenio por la proponente y aprobado por todos los acreedores para cumplir el objeto del convenio, el cual es uno sólo, recuperar la mayor cantidad posible de los créditos. Yo nunca había hecho un cambio de uso de suelo, por lo que me tuve que asesorar para el tema. Así como en Campanario me tuve que asesorar por ingenieros que supieran de turbinas, en La Polar ingenieros que supieran de retail, etc.
En junio del 2012 aparece Juan Díaz, a quien lo conocí en 1989, año en que mi papá fue candidato a senador por La Serena, y él lo ayudó en su campaña, ya que ambos eran de la UDI. En mi caso soy militante de Renovación Nacional. Juan Díaz llegaba y salía de mi oficina, pero sólo socialmente pues a esa fecha yo nunca le había pedido algo. De él sabía que era un profesional de la Universidad de Concepción, que había trabajado con Poduje y que había trabajado en el ámbito inmobiliario en el Banco Edwards antes que se fusionará.
Él me pidió una reunión y llegó a mi oficina con Cynthia Ross, ofreciendo prestar asesoría para hecr el cambio de uso de suelo, lo cual me hizo sentido dado el curriculum de Cynthia y su parentesco con los Wiesner. También me dijo que ella en enero o febrero 2011 fue con su tío Patricio Wiesner a la DOM de Machalí a pedir certificados de informes previos y comenzar a ver cómo se podía hacer el cambio de uso de suelo. No me acuerdo si le informé de esa reunión a los Wiesner. A Cynthia no la conocía de antes, la conocí en esta reunión con Díaz, y no le encargué nada directamente, yo a ella no la contraté, sino que el encargo fue a Díaz. Ellos trabajaban juntos del 2008 y lo hicieron en Buín, La Ligua y otros en temas de desarrollos inmobiliarios.
Cynthia me explicó que habían dos vías para modificar el uso de suelo Art. 55 Ley General de Urbanismo, que era un traje a la medida; y art. 61 que es del tipo intercomunal, que venía de la seremi.
Patricio y Alex Wiesner desde septiembre del 2011, tuvieron conocimiento de la intervención de Juan Díaz y de la intervención de su pariente Cynthia Ross. Al igual que Rabobank.
En una segunda reunión con Díaz fue en septiembre del 2011, donde se conversó de sus honorarios me dijo que tenía que contratar muchos profesionales, porque tenía que hacer evaluaciones de impacto ambiental, levantamientos topográficos, etc. Y que todo costaba 6.000 UF. Yo le señalé que el pago sería en tres parcialidades, para ver avances y ver disponibilidad de recursos de la masa. Esto no quedó por escrito, sino que fue informal lo cual pudo haber sido un error. Este honorario de seis mil UF fue ratificado en tres correos electrónicos de Alex Wiesner.
Yo nunca contraté, en ese momento, a Juan Díaz para la venta de los terrenos, sólo para cambiar de uso de suelo.
El 23 de marzo del 2012, Juan Díaz y Cynthia Ross me entregan un power point con un detalle de lo que se haría y el 29 de marzo cité a la comisión de acreedores para dar este detalle, pero en esa oportunidad no se levantó acta.
Posteriormente, al momento de rendir cuentas se redactó el contrató de Juan Díaz, el año 2015, detallando sus servicios. Nunca estos contratos fueron a terceros, o para obtener algo, sino que fue para dar cuentas. En el convenio de Wiesner, es el primer caso en que me ha correspondido rendir una cuenta final.
Repecto de las 6.000 UF pactadas con Juan Díaz, no fueron contra el resultado concreto del cambio de uso de suelo, sino que a todo evento, pues puedo decir que cada paso que avanzaba en la posible modificación del Plan Regulador Intercomunal y el consecuente cambio de uso de suelo, valorizaba los terrenos incluidos en dicha modificación, por lo que las gestiones generaban una eventual plusvalía de los terrenos. Valor agrícola pasó a 0,10 UF, a 0,48 UF, a 0,54 UF.
Esta negociación informal fue posteriormente escriturada por Mariclara González en marzo del año 2015, para fines de rendir cuenta ante la Superintendencia de Insolvencia. Esta decisión de escrituración posterior la tomé para fines de clarificar las cuentas ante los acreedores y accediendo a una petición formal de la Superintendenta.
Yo no conozco a la Superintendenta Josefina Montenegro en el ejercicio de su rol público, sin perjuicio que mi padre, conoce hace años a su cónyuge de apellido Benadava por mantener este último una sociedad de prestación de servicios de marketing y ha trabajado para él.
En relación al Sr. Juan Díaz puedo señalar que existe un segundo contrato con fecha 15 de mayo del año 2014 escriturado por mi encargo por Mariclara González en el que mi interés era dejar constancia de las actuaciones relativas a la venta y gestiones realizadas para ese objeto por Juan Díaz en el negocio realizado precisamente con Caval, negociaciones que eran de conocimiento de Patricio y Alex Wiesner, pactando honorarios también conocidos por ellos y que se especifican en la cláusula cuarta del contrato. Dichos honorarios fueron negociados por el Sr. Díaz como le di cuenta a don Alex y Patricio Wiesner y no fueron sometidos a la aprobación de la comisión de acreedores a petición expresa de Alex Wiesner, una vez que ya estaba garantizado el pago del 100% de los acreedores, petición a la que accedí, en consideración a que afectaba directamente a la recuperación de la familia Wiesner. Por error, Mariclara González redactó un contrato previendo servicios futuros, en circunstancias que era para reconocer servicios pasados, cuyo monto se acordó el 15 de mayo del 2014.
Los pagos que realicé a Juan Díaz, por el primer contrato son los siguientes:
1.- Un primer pago fue de mil UF, con fecha siete de septiembre del 2012.
2.- Segundo pago, del 21 de febrero del 2013, por 1.450 UF.
3.- Tercer pago, de 3.550 UF el 16 de abril del 2014.
Estos tres pagos suman 6.000 UF.
En relación al segundo contrato, el 1° de julio del 2014, se hacen dos pagos, uno por $200.000.000 y otro por $75.885.575.
Como en el pago del primer contrato costó mucho que Juan Díaz entregara boletas, en este segundo contrato le pedí una boleta o factura, y presentó una factura de GES, desconociendo yo de quienes se trataban, suponiendo Andrés Orchard, encargado de ese pago, que se trataba de una sociedad de Díaz. A GES nunca se le encargó nada relacionado con el convenio, tampoco Andrés Orchard. Yo no me relación con Isaac Givovich, ni tampoco Orchard. Yo nunca me relacioné con una persona distinta de Juan Díaz.
Este año, cuando se preparó la cuenta, nos dimos cuenta de que la factura de GES no pertenecía a Díaz, por lo que lo llamé y le dije que cómo se le ocurría entregar facturas de una sociedad que no le pertenecía. Luego de ello, mi contador obtuvo de Díaz dos boletas personales.
Andrés Orchard es un ingeniero comercial que me presta servicios no exclusivos, ocupa un espacio en mi oficina y presta asesorías en las quiebras, repartos, flujos y otros propios de su profesión. Lleva unos 6 o 7 años trabajando conmigo. Es la misma situación de Mariclara González. Los tres abogados que trabajan conmigo me dan boletas, al igual que Andrés y Mariclara.
Entre el año 2013 y 2014 en mi calidad de abogado, realicé otros encargos a Juan Díaz, tal como que un cliente mío, necesitaba obtener una aclaración respecto de la situación de un terreno y bodega en Renca por lo que le pagué a Díaz $20.000.000 de fecha 13 de mayo del 2014. Además, realicé otros pagos a Díaz en los mese de septiembre y noviembre, al menos tres depósitos a la cuenta corriente de él por las sumas de 80 millones en noviembre; 24 millones de pesos en septiembre y otro pago de 33 millones en noviembre. Respecto de estos depósitos Juan Díaz no me ha extendido boleta o factura aún, pues le he perdido la pista desde marzo de este año.
Respecto de los pagos realizados a Juan Díaz, ignoró qué destino le dio a esos fondos, sólo sé que parte de ello tuvo que pagarlo a profesionales por los servicios que le prestaron. Ignoro si con ello pagó a funcionarios públicos. Yo nunca recibí pagos o transferencias de Juan Díaz.
Yo cerré precio. Me llegaron los vale vistas por cien millones que le pedí a Valero y me llega una carta del Banco de Chile informándome que estaba aprobado el crédito para Caval. Con eso di por cerrado el negocio. Le instruí a Mariclara que confeccionara la escritura y me informara dónde se firmaría.
Después de ello, Juan Díaz pidió se le premiara por todas sus gestiones, dado que sus gestiones habían sido exitosas, lo que cual se le planteó a Alex Wiesner, estando de acuerdo en dicho premio. Concretamente Díaz trajo al cliente Caval, trajo a Mauricio Valero en enero del 2014, siguió el negocio, tras tres ofertas de Valero, logró el precio final. Por ello se le pagó 11.500 UF.
Respecto de las ofertas que recibimos por los terrenos puedo señalar:
1.- Una primera oferta de octubre del año 2011 de la Inmobiliaria Hurtado, fijando un 20% de mayor valor para sr. Wiesner y 5% a Cynthia Ross. Esta oferta se hizo directamente a don Patricio Wiesner. Acompaño mail.
2.- Una segunda oferta realiza por Groppo, a través de Pedro Hempell, actuando como corredores Nabid Mansur y Juan Díaz, y quien me habla de este tema es Romano Bercellino, socio de Hempell, y es de agosto del 2012:
-de 0,58 UF m2, sujeto al cambio de uso de suelo.
-0,50 UF m2, no condicionado a cambio de uso de suelo, pero informando en qué iba el trámite de cambio de uso de suelo.
-0,52 UF m2, que es lo que pide Wiesner. Se redacta una promesa con Hempell y yo me fui de viaje, como expliqué anteriormente.
3.- Una tercera oferta del 29 de octubre de 2012 por la empresa Aginsa, de propiedad de Nabid Mansur, que la fórmula Juan Díaz por 0,53 UF m2 por mail y luego 0,54 UF m2 en mi oficina, pidiendo seis meses para el estudio de títulos, mediciones de terreno, garantía treinta días antes del vencimiento de los seis meses, y seis meses para la firma de la promesa, lo cual era inviable, y claramente ellos estaban especulando con el cambio de uso de suelo.
4.- Una cuarta oferta de Caval, que para mí sólo eran caras visibles Juan Díaz y Mauricio Valero. La oferta de fue de 03 de abril del 2013 por 0,54 UF m2, que rechacé, fundamentalmente a instancia de Patricio Wiesner. Posteriormente una segunda oferta por 250.000 UF, o sea 0,56 UF m2, que también se rechazó, y la última del 14 de agosto les mandé las condiciones a Mauricio Valero bajo las cuales se debía realizar el negocio en la que se pide o,6 UF m2 que fue lo que se aceptó. Adjunto carta que fija las condiciones, acordadas por el Rabobank y Wiesner.
Respecto del cheque en garantía de Caval que caducó, puedo señalar que 05 de noviembre del 2013, Mauricio Valero llegó con una carta fechada el día anterior, señalando que en diez días llegaría con una garantía de cien millones, lo cual cumplió.
Alex Wiesner, en su interés de vender los predios, efectuó gestiones directas para ello a través de Todd Huckaby, representante de un banco de inversiones extranjero denominado Hudson Bankers, quien gestionaría un proyecto levantando un fondo de inversión para esos fines.
En esa función Alex Wiesner comenzó una sucesión de mails, que acompaño, y mantuve una reunión con este representante de nacionalidad norteamericana, con quien manifesté la mejor disposición para llegar a un acuerdo que permita la venta y el recupero de los acreedores, sin que al efecto haya gestionado mandato alguno con esta persona contactada por Alex Wiesner. Para el evento de prosperar esa negociación, naturalmente se habría reconocido la labor de ese intermediario. Con esto quiero señalar que la familia Wiesner nunca estuvo impedida de encontrar un comprador para obtener un mejor precio. Adjunto una presentación que me hizo llegar Pedro Zanon de Rabobank y que habría efectuado Alex Wiesner en abril del 2011 que da cuenta del interés de ellos de levantar un proyecto con Crystal Lagoons.
Respecto de mis honorarios recibí $196 millones de pesos en dos repartos, uno de $80.501.687 y otro de $93.714.568. En estos honorarios está incluido los honorarios de Mariclara González con el 15%, Andrés Orchard 20% y mi contador, Mario Ramírez, 12,5%. Estos son mis únicos honorarios en la cuenta final del convenio.
A su pregunta ¿Ud. No recibió ningún honorario más por su trabajo en el convenio? No, ningún honorario más.
Respecto a las 4.000 mil UF que se ha especulado que es un premio, quiero dejar claro que yo nunca le cobré un premio a la familia Wiesner. Quien habla de premio es Alex Wiesner de manera unilateral en algunos de sus mails. Este supuesto premio aparece ofrecido por el señor Wiesner a parte de las ofertas del año 2012 que aseguraba el 100% del recupero de los acreedores. Cada vez que hubo una oferta para la compra de los terrenos, el señor Alex Wiesner pidió a esta sindicatura que se le calculara el vuelto para la familia Wiesner y para ese cálculo, obviamente, no solamente se contemplaba los ítems propios de los créditos verificados sino que otros gastos proporcionados por la familia Wiesner, como por ejemplo el honorario de Ovalle y Cía. Una vez que los terrenos fueron vendidos y pagados todos los acreedores y que se insistió con el famosos premio y se acordó que dicha suma sería por servicios prestados por Andrés Orchard a la señora Helga por los tres años de convenio, de esa manera Andrés, a través de una sociedad de la que es dueño y socio administrador procedió a facturarle directamente a la señora Helga Riffart, luego de una discusión por mail con Alex Wiesner que quería que se facturara a nombre de otras sociedades que no habían sido parte del convenio y que no habían sido los destinatarios de quienes habían servido Andrés Orchard. Estos servicios fueron durante toda la etapa del convenio a estas sociedades de la familia Wiesner y a la señora Helga, a objeto de maximizar su retorno o vuelto.
En lo relativo a más detalles sobre este último punto, específicamente con quienes negocié, cuáles fueron los términos de ese acuerdo u otros, me reservo mi derecho a guardar silencio mientras no conozcan las declaraciones que sobre el mismo punto han prestado los involucrados.
Quiero dejar constancia que la Superintendencia de Insolvencia al evacuar traslado a las objeciones presentadas a la cuenta final, mediante escrito de fecha 06 de noviembre del 2015 presentado al 4° JL Civil de Santiago, bajo el número 10, y refiriéndose especialmente al honorario adicional supuestamente no registrado en la cuenta final, señala que esa superintendencia no cuenta con antecedentes suficientes que mi persona haya percibido por concepto de honorarios adicionales, las 4.000 UF cuestionadas y la que sociedad Vicuña y Cia. Ltda no está sujeta a la fiscalización de esa superintendencia, por lo que al menos ellos no van a insistir sobre el punto.
Yo voluntariamente, por probidad y transparencia, decidí poner a disposición del 4° Juzgado Civil de Santiago dos depósitos a plazo, uno por 140,86 UF y otro por $415.354.524. Este último correspondiente a los honorarios pagados a Juan Díaz, toda vez que la superintendencia tenía razón respecto de que no había autorización de la comisión de acreedores para dichos pagos por servicios que sí se prestaron y que incluso eran conocidos y autorizados por Wiesner.
Nunca he tenido contacto con Natalia Compagnon o Sebastián Dávalos. Respecto a Patricio Cordero lo conozco, él en marzo de este año fue a darme una explicación de cuál fue su intervención en este tema, dijo que conocía a Valero hace muchos años, desde la época en que él trabajó en la municipalidad.
No conozco al Alcalde de Machalí ni a Jorge Silva. Sólo vine una vez a Machalí cuando se inició el convenio, vine a ver los bienes e inventariarlos. Respecto de Andrónico Luksic nunca he hablado con él sobre este tema. Sólo una vez hablamos por teléfono por la compra de un campo del norte.
Sin nada más que agregar, leído, ratifico y firmo.
Herman Chadwick Larraín”