Que no estaba al tanto, que no se hacía cargo de esos temas, que nadie le informó. Natalia Compagnon mintió una y otra vez en las declaraciones que dio ante la Fiscalía. Amparada en la estrategia de la negación y el desconocimiento, la nuera de la presidenta pensó que saldría victoriosa, pero el miércoles 23 de marzo su socio en Caval arruinó esos planes. “Eran de conocimiento y acuerdo de Natalia Compagnon”, “Natalia tiene pleno conocimiento de la empresa Lo Beltrán”, fueron algunas de las frases que Mauricio Valero repitió ante el fiscal Sergio Moya. Esta fue la primera confirmación de que la estrategia no había dado resultados.
Moya ya inició un completo barrido en torno a Compagnon. Maneja toda su red familiar, todos los viajes realizados al exterior desde 2011 a la fecha, su patrimonio. Y su veredicto ya es claro: “Natalia Compagnon actuó con dolo”, dijo la semana pasada.
Los abogados de Valero le plantearon varias veces a la defensa de Compagnon que la estrategia debía ir en la línea de decir la verdad, ya que en Caval existían dos socios que manejaban igual nivel de información, por lo que el negar ciertas cosas resultaría inverosímil.
A este escenario se suma un antecedente que podría complicar más su situación: Gonzalo Vial Concha. El empresario estaría ad portas de interponer una querella contra Compagnon. Ambos se conocieron en 2012 y tras una serie de supuestas asesorías, Vial terminó pagando del orden de $ 1.200 millones a Caval, siendo su primer y mejor cliente. Hoy acusa haber sido estafado.
Gilda Verónica Vanni Zunino, la profesional que sirvió de nexo entre Vial y la nuera de Bachelet, declaró el 15 de febrero ante la Fiscalía. Aseguró que Compagnon “decía que era la nuera de la presidenta y que tenía acceso a todo” y que“ella insistía en que tenía ‘un tipo mojado en Codelco, que trabajaba para ella y con ella’”.
En este entorno, la defensa de Compagnon aspira a declarar pronto ante el fiscal, mientras Moya alista lo que será un interrogatorio clave.
DIFERENCIAS LEGALES
Dos días antes de que Mauricio Valero volviera a reflotar en la agenda pública el caso Caval con su declaración ante el fiscal Moya, Compagnon vio como su staff de abogados se reducía de tres a uno. El 21 de marzo, Felipe Polanco y Jessica Norambuena renunciaron a su representación. Las razones, señalan cercanos a la causa, dicen relación con que el rol que estaban jugando ambos abogados era secundario y que quien dominaba en la defensa era Antonio Garafulic, el articulador de la estrategia del desconocimiento de Compagnon y amigo a la nuera de la presidenta.
Polanco había sido recomendado por Isidro Solís, fundador del estudio donde trabaja el ex abogado de Compagnon y ex ministro de Justicia del primer gobierno de Michelle Bachelet. La cercanía de Solís con la mandataria hizo que la salida de Polanco también se viera como un corte de Compagnon con La Moneda. Conocedores del caso interpretan que no existe voluntad presidencial para blindar a la nuera de Bachelet, sobre todo considerando la compleja situación en la que está.
Más allá de ello, Polanco y Norambuena nunca jugaron un rol tan relevante en la defensa. De hecho, en las reuniones de coordinación realizadas entre los abogados de Valero y Compagnon, el que asistía de manera regular era Garafulic. Los otros dos estaban prácticamente sólo para las audiencias, aseguran abogados de la causa. Añaden, sin embargo, que los dos ex defensores también habrían sido partidarios de aplicar el plan “me enteré por la prensa”, en clara alusión a lo señalado por Bachelet cuando estalló el caso.
Quienes conocen a Garafulic —también defensor de la sociedad Caval junto a Grace Álvarez— aseguran que es un abogado práctico, impulsivo y arriesgado, más que un estratega estudioso. Varios profesionales cercanos al caso miran con duda la permanencia del profesional en la defensa de Compagnon, ya que no tiene amplia experiencia en casos de esta naturaleza. Su expertise está más bien relacionada con causas ligadas al tráfico de drogas y delitos cruentos: es el abogado de María del Pilar Pérez, representó a dos ciudadanos bolivianos pertenecientes a una supuesta banda de narcotraficantes, entre otros procesos.
Los abogados de Valero, Ricardo Schomburgk y Felipe Jiménez, le plantearon repetidamente que la estrategia debía ir en la línea de decir la verdad, ya que en Caval existían dos socios que manejaban igual nivel de información, por lo que el hecho de que Compagnon siguiera afirmando no conocer ciertas cosas resultaría inverosímil. Pese a ello, la nuera de la presidenta declaró tres veces ante el fiscal asegurando desconocer lo que conocía. “Eran negociaciones que llevaba adelante Mauricio de manera personal, y en las que yo no intervine nunca”, dijo frente a las tratativas con Saydex. Valero atestiguó haberle presentado el negocio y, además, contó que de ahí salían las utilidades para ambos. “El contrato por Lo Beltrán lo vi porque lo encontró mi abogado en la carpeta de la investigación. En el SII me mostraron unas facturas que yo no conocía”, declaraba Compagnon en enero. Su socio también la desmintió.
Cercanos a la causa intuyen que la jugada final de Compagnon era terminar querellándose contra Valero por el mal manejo de Caval y el respectivo daño en su patrimonio e imagen. Garafulic fue contactado por Qué Pasa para cotejar los antecedentes, pero fue imposible tener su versión.
La estrategia de Compagnon dio frutos iniciales en la audiencia de formalización del 29 de enero. Ese día, la defensa llegó a un acuerdo con el fiscal Toledo —un trato que los abogados de Valero desconocían— para quedar con firma mensual y arraigo nacional. Su socio, en tanto, quedó con arresto domiciliario total. Un triunfo inicial, pero que pronto acabaría.
La independencia de Compagnon en la estrategia legal refleja cómo fue también en Caval: repetidamente actuó sola.
VALERO vs. COMPAGNON
La frase “Fondo a rendir por Natalia” se repite dos veces en la planilla de ingresos y gastos de Caval de 2012. En total, son más de $ 55 millones los que a simple vista nunca fueron justificados por la socia de Valero. A ese monto se suman los retiros que asegura haber hecho a una amiga, a tíos varios, además de los $ 138 millones que habría desviado a una sociedad de su propiedad, según declaró Valero. Es que Compagnon habría administrado Caval como una extensión de su patrimonio, dice un abogado del caso. De hecho, las rendiciones que en algún momento hizo son en un papel con un monto y firma que carecen de justificación. Las de Valero están en un Excel con un agudo detalle.
Compagnon estaba al tanto de todo. Incluso el principal negocio que hizo Caval, relacionado con el empresario Gonzalo Vial Concha, fue gestionado justamente por la nuera de la presidenta, situación que ella misma reconoció en una de sus declaraciones dada en agosto. “El vínculo de Caval con Gonzalo Vial Concha era a través mío, y no directamente por Mauricio, ya que Gonzalo me planteó que no era de su agrado”, declaró.
Hoy, el fiscal tiene en su poder toda la red familiar de Compagnon. Una de las cosas que busca acreditar es si un departamento que tiene una tía en Miami fue adquirido con dineros de su sobrina. En el expediente están los viajes que hizo Compagnon entre 2011 y 2016. Su principal destino: EE.UU.
Esta independencia habría redundado en que muchas veces los cobros que informaba por servicios prestados no fueran tales. “Decía que había cobrado $ 10 y en realidad eran $ 40”, asegura un cercano a Caval. En esa línea puntualizan que los $ 1.200 millones que supuestamente pagó Vial Concha, en realidad habrían sido en torno a $ 1.600 millones. Aún más, el jueves la Fiscalía le incautó a Compagnon dos vale vista por $ 181 millones correspondientes a un remanente por la venta de uno de los terrenos que Silca entregó en parte de pago a Caval por la compra de los terrenos de Machalí. Ese monto —explican abogados de la causa— era más abultado, de $ 220 millones. Sin embargo, Compagnon habría gastado la diferencia en pagarle una parte a su abogado y el resto lo habría destinado a otras gestiones.
Lo anterior se completa con la multiplicidad de préstamos informales que realizó. Valero declaró que el Servicio de Impuestos Internos le solicitó al gerente de Finanzas de Caval, Marcelo Carreño, el respaldo de esos montos. Si bien este le pidió los documentos a Compagnon, ella nunca los entregó. De hecho, en abril del año pasado Valero autorizó a Carreño a entregar la contabilidad completa de la sociedad al fiscal Toledo. Su socia reaccionó rápidamente, mandándole un “téngase presente” al Ministerio Público, donde se consignaba que “no estamos en condiciones de asegurar que esta información sea el fiel reflejo de la realidad”.
Hoy, el fiscal Moya tiene en su poder toda la red de familiares de Compagnon (en la que, en todo caso, no aparece su suegra). La lista incluye primos y tíos. Una de las cosas que se busca acreditar es si un departamento que tiene una de sus tías en Miami fue adquirido con dineros de su sobrina. En el expediente de la causa se registran todos los viajes que realizó Compagnon fuera de Chile entre 2011 y 2016. Constan cinco idas a Estados Unidos: el 21 de marzo de 2012, el 3 de agosto de 2012, el 8 de julio de 2013, el 20 de noviembre de 2013 y el 5 de noviembre de 2014. Su destino predilecto según consigna la planilla en poder de Moya.
Con todo, la situación financiera de ambos socios es hoy absolutamente dispar. Compagnon sigue manteniendo su estilo de vida, su casa, su auto, etc. Mauricio Valero, en tanto, está en una posición bastante desmejorada. Ha cambiado su auto tres veces, buscando una alternativa más económica; su hija y su señora pidieron préstamos para costear la vida; está ad portas de vender su casa y tiene deudas varias, entre ellos pagos pendientes con trabajadores de Caval. Por ejemplo, a Marcelo Carreño se le deben del orden de $ 60 millones. Tal situación fue una de las que lo llevaron a pedir la rebaja de su medida cautelar, ya que el arresto domiciliario total le impedía trabajar y tenía un ofrecimiento para hacer clases en un MBA; una oferta que, sin embargo, no se pudo materializar dada la exposición pública del caso y su vinculación.
El abogado de Valero, Felipe Jiménez, pidió los primeros días de febrero la revisión de la medida cautelar. En su petición aseguraba que presentaría nuevos antecedentes que acreditarían que su defendido no cometió soborno y que las supuestas facturas ideológicamente falsas de Lo Beltrán sí habían sido por servicios prestados. Pedían una reducción “a una (medida) similar aplicada a la socia de mi representado, Sra. Natalia Compagnon”.
El fiscal Moya llamó a la defensa de Valero a una primera reunión, la cual no se efectuó, porque ambos representantes del socio de Caval tenían juicios a esa hora. Luego Moya se fue de vacaciones y el encuentro se pudo realizar justo un día antes de la audiencia de revisión. La estrategia de la defensa de Valero era acreditar con estudios y datos concretos que su defendido no había cometido delitos. La idea de Moya era otra. Les pidió cotejar nuevos antecedentes con su representado con miras a que aportara más datos, sin dilatar la audiencia discutiendo el fondo. Con eso, les dijo, la Fiscalía apoyaría una reducción de cautelar.
Valero se sentó a las 7.30 horas del 23 de marzo frente al fiscal. Se le mostró una planilla de ingresos y gastos de Caval en 2012, y él respondió respecto de todas las partidas. Si Compagnon aseguraba desconocer las facturas de Lo Beltrán y otros detalles, las palabras de su socio anularon su discurso, confirmando los antecedentes en poder de Moya. Valero quedó con arresto domiciliario nocturno, decisión que fue apelada por el Consejo de Defensa del Estado.
Para Compagnon esto no es todo. Otro problema va por ella: una inminente querella de Vial Concha y la defensa de sus cercanos.
“UN TIPO MOJADO EN CODELCO”
El 15 de febrero a las 15.35 horas llegó a las dependencias de la Fiscalía Regional de O’Higgins Gilda Verónica Vanni Zunino. Las acusaciones de estafa de Gonzalo Vial Concha contra Compagnon hicieron que su testimonio ganara relevancia. Vanni Zunino había sido el nexo entre ambos y tenía antecedentes que aportar, por lo que llegó a declarar ante el fiscal Moya de manera voluntaria.
Partió su declaración relatando que trabaja en el sector minero hace años, básicamente ofreciendo proyectos a interesados. Por esa labor Natalia Compagnon la contactó en 2012. Le dijo que tenía proyectos mineros para ofrecerle. Se reunieron en un café en Isidora Goyenechea. Compagnon llegó con dos acompañantes, uno de ellos —cuenta— llamado “Luis Lopen Díaz o López Díaz”. “Me ofrecieron minas de platino que, según ellos, estaban en Canadá o Australia (…) que se las estaban peleando el presidente ruso Vladimir Putin y el Senado de Estados Unidos. Yo ahí mismo pensé que todo era falso”, relató en su declaración en Fiscalía, según se puede leer en el expediente. Luego vino una segunda reunión, donde Vanni les señaló que no trabajaría con ellos, porque según acusó, los sujetos que acompañaban a Compagnon habían estafado a uno de sus clientes.
“Natalia y los dos sujetos insistían en querer llegar a Juan Pablo Bamba y Gonzalo Vial, que querían presentarle negocios”.
En ese instante, Vial Concha necesitaba oficinas en Santiago y fue esa la razón por la cual Vanni accedió a presentárselo a Compagnon. “En esa reunión nosotros teníamos que hablar de la oficina, pero ahí Natalia empezó a hablar de muchas asesorías y negocios que podría prestar a Gonzalo, decía que conocía a todo el mundo, que era la nuera de Bachelet y que tenía acceso a todo”, contó al fiscal.
Luego de esa reunión vinieron varias más, hasta que la socia de Caval le ofreció un puerto que tenía Codelco en el norte, en momentos en que Vial Concha necesitaba un terminal. “Natalia se mostraba muy convencida de que podría lograrlo. Yo le dije que eso era imposible y ella insistía en que tenía a ‘un tipo mojado en Codelco que trabajaba para ella y con ella’, así Gonzalo Vial les creyó todo”. Vanni asegura que el empresario confiaba, porque creía que la nuera de la presidenta no se involucraría en cosas fraudulentas.
Compagnon le hizo un presupuesto por su asesoría que era cercano a los $ 20 millones al mes, sólo por el proyecto inicial. “Le aseguraba que el puerto sería para la empresa de Gonzalo”. Ante la incredulidad que mostraba Vanni Zunino y la confianza que le tenía Vial, “me ofreció simple y llanamente $ 4 millones mensuales si Gonzalo Vial aceptaba este proyecto. Yo me negué a esta situación”.
Dentro de la planilla de gastos de 2012 que el fiscal Moya le mostró a Valero aparece un ítem denominado “Raylex” por $ 15 millones. El socio de Caval declaró que Compagnon usó ese dinero para negociaciones con esa empresa destinadas a un proyecto de Codelco. Esta firma está siendo investigada por la Fiscalía.
Vanni —continúa su relato— indagó en el tema del puerto y reafirmó su idea de que era un negocio imposible, además le repitieron que el grupo de Compagnon eran “unos estafadores”. En su declaración agregó que habló con “alguien que tenía conocidos que trabajaban con Bachelet y le dije que le informaran está situación, no sé qué pasó”, según se lee en el expediente.
Luego, afirma, Compagnon la llamó para otras cosas, pero no quiso seguir involucrada con ella.
La declaración de Vanni Zunino agrega una pieza más al puzle de intrigas en torno a Compagnon. Hoy, abogados relacionados con la causa apuntan a que la única defensa posible es decir la verdad e intentar apelar al fondo de los hechos, desacreditando los delitos. Por su lado, el Ministerio Público ya abrió una decena de líneas de investigación tras la declaración de Mauricio Valero, por lo que la estrategia de la negación de Compagnon parece enfrentar un fin inminente. Su defensa prepara su nueva declaración.