Por Yenny Cáceres Agosto 6, 2010

© José Miguel Méndez

El domingo 28 de febrero de 2010 estaba marcado en la agenda de la ex presidenta Michelle Bachelet. Ese día, el MOP le entregaría la primera etapa del Centro Cultural Gabriela Mistral. Todo estaba dispuesto. Las invitaciones repartidas. Pero ya sabemos lo que pasó ese fatal 27 de febrero. El destino -con un terremoto como aliado- se interpuso, cambiando la historia de este lugar. No era la primera vez.

Vayamos al pasado. Exactamente al martes 11 de septiembre de 1973. El golpe militar cambiaría para siempre el destino de un edificio que un año antes era inaugurado por el presidente Salvador Allende como sede para la reunión de la Unctad. No sólo desaparecieron de sus murallas una veintena de obras de artistas como José Balmes y Toral. De ahora en adelante sería la sede de la Junta Militar, encabezada por el general Pinochet, dejando truncado su nuevo nombre: Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral.

Y, como si se tratara de una intrincada novela, este edificio de la Alameda volverá a entrar de nuevo a la historia el próximo sábado 4 de septiembre. Ese día, paradojas del destino, será el presidente Sebastián Piñera quien encabezará la inauguración de la primera etapa de su remodelación.  Esta vez con un nuevo nombre: Centro Gabriela Mistral (GAM), un espacio cultural dedicado a las artes escénicas, vale decir, al teatro, la danza y la música.

Si por fuera ya quitaron esos horribles murales que estuvieron instalados durante la remodelación de la placa del edificio, desde el interior luce irreconocible. En un hall vemos el mural de José Venturelli, una de las obras "sobrevivientes" del 72. Dos salas de conferencias fueron reconvertidas en modernas salas para representaciones de teatro y danza. En el segundo piso, una luminosa biblioteca, con grandes ventanales con vista a la Alameda, podrá albergar más de 30 mil volúmenes. Las puertas, diseñadas por Juan Egenau, ahora lucen majestuosas a la entrada de la sala que acogerá exposiciones del Museo de Arte Popular Americano. Y los tiradores de las puertas de Ricardo Mesa, con sus puños tercamente invertidos por los militares, han vuelto a su posición original.

Si bien la primera opción para este cargo fue Andrés Rodríguez, director del Teatro Municipal, los vínculos de Alejandra Wood con el mundo privado fueron su mejor carta de presentación para quedarse con la dirección del GAM.

La responsable de que esta vez nada se interponga en el destino del Gabriela Mistral es Alejandra Wood (43), licenciada en Historia de la UC, que por más de una década se desempeñó como gerente de Asuntos Externos de BHP Billiton (operador de Minera Escondida), y que hasta hace poco estuvo a cargo del área de Asuntos Corporativos y RSE del Scotiabank. Wood fue elegida como directora del GAM por el directorio de la Corporación Centro Cultural Gabriela Mistral -que encabeza el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke-, que se encarga de su administración. Si bien la primera opción era Andrés Rodríguez -el histórico director del Teatro Municipal-, los vínculos de la ex gerente de BHP Billiton con el mundo privado fueron su mejor carta de presentación. También pesó que desde Escondida apoyara proyectos como Santiago a Mil y Lastarria 90. Autodefinida como "independiente" y votante histórica de la Concertación, Wood ya lleva dos meses a cargo del GAM.

-¿Por qué aceptaste dejar la empresa privada para venirte al Gabriela Mistral? Me imagino que debe ser menos rentable que trabajar en una minera o en un banco.

-No es comparable, pero cuando me ofrecieron tomar esta responsabilidad, de alguna forma se volvió a encender lo que me mueve, que es el mundo de la cultura. Mi mayor fortaleza es la capacidad para articular equipos de trabajo, en donde las iniciativas son el resultado de la colaboración. Siento que éste es el espacio para hacer algo así.

-Es distinto gestionar proyectos culturales cuando tienes los recursos de una minera, que hacerlo desde el sector público. ¿Cómo enfrentas ese desafío?

-Creo que tenemos un espacio maravilloso. Por el momento tenemos financiados sus costos de operación (1.900 millones de pesos que aporta el Estado) y tenemos que ser lo suficientemente creativos para que todas las partes puedan estar ahí. Estoy segura que voy a conseguir apoyo del sector privado.

-¿Por qué la idea de cambiar el nombre, de Centro Cultural Gabriela Mistral a Centro Gabriela Mistral (GAM)?

-Fue para evitar los acrónimos, el CCGM. Y que no se llame centro cultural, es para perfilarse como algo distinto de lo que sucede en el Centro Cultural Palacio La Moneda o Matucana 100. Creemos que tenemos una infraestructura que es totalmente distinta a lo que tienen esos espacios. También me interesaba crear una marca y posicionarla para que el público la siga.

La nueva vida del Gabriela Mistral

Un espacio flexible

Pese al poco tiempo que lleva en el cargo, Alejandra Wood ya viajó a Europa para conocer la experiencia de espacios similares en Alemania (Gasteig en Múnich), Inglaterra (Barbican y The Place en Londres) y España (Teatro Lliure en Barcelona). En este último país también se reunió con el experimentado Àngel Mestres,  gestor  de Trànsit Projectes. "Los nuevos espacios son bastante flexibles, se conciben como lugares abiertos para articular una oferta programática que da cuenta de una mixtura de lenguajes. En ese sentido, un centro se transforma en un soporte, en un espacio de mediación, siendo su principal destinatario el público", dice.

-¿Qué vas a hacer para que el GAM no se transforme en un elefante blanco?

-Usar mi capacidad de gestión. Tengo un excelente equipo, que cuenta con prestigio por sí solo. Queremos innovar en términos de gestión cultural a través de la dirección de audiencias, que es algo totalmente nuevo. Es un espacio multipropósito, para una amplia gama de manifestaciones artísticas, en torno a la música, la danza y el teatro.

-Pero que sea un espacio multipropósito genera sospechas. En concreto, ¿qué va a ver el público en el Gabriela Mistral?

-Música y ópera de cámara, conciertos desenchufados, música popular, danza contemporánea, teatro emergente, tocatas de rock, talleres. Clínicas y congresos en torno a la música, la danza y el teatro. Vamos a hacer hasta clases de yoga en las salas de ensayo de danza. En enero vamos a ser sede de Santiago a Mil. La idea es franjear la programación y tener una cierta unidad temática. Pero eso lo lograremos el 2012. Debió haber existido una dirección ejecutiva trabajando desde hace dos años en la programación.

-Igual surge la inquietud. ¿Cuál va a ser el sello de este espacio?

-La demora en perfilar espacios como éste surge porque se crean los edificios sin equipos que trabajen con tiempo en buscar la identidad, desde el punto de vista de la programación y de lo que va a contener.

-En su momento se criticó que el estudio de audiencias se hiciera en paralelo a la elaboración del proyecto arquitectónico.

"Me atrevo a decir que ningún gobierno va a querer dejar ese espacio vacío en el corazón del barrio cultural de Santiago", dice Wood, sobre la postergada construcción de la sala de conciertos.

-Pero al menos se hizo. En mi opinión, tenemos un edificio de clase mundial, pero es una cáscara. Mi desafío y el de mi equipo es dar una identidad desde la programación. ¿Qué nos podría diferenciar? En el mundo de la danza, hay muchas cosas por hacer. No sólo poner a disposición los espacios que tenemos para los creadores, sino también generar alianzas con los países vecinos parar traer coreógrafos y compañías europeas.

-¿Y la Orquesta Sinfónica va a tener su sala de ensayos?

-Eso es materia del directorio. Cuando se construya la sala de conciertos, queremos contar con la programación de los cuerpos estables de la Universidad de Chile. Reconocemos la gran trayectoria de la Orquesta Sinfónica, del coro y del ballet, y sería absurdo no querer tenerlos como parte de la programación. El hecho de que la orquesta tenga un espacio de ensayo exclusivo está en revisión. Hay algunos miembros del directorio, incluido el ministro, que consideran que el GAM es un lugar para el uso de todos, y que no hay ningún espacio con nombre y apellido.

-¿Cómo se va a financiar el GAM, además de los aportes estatales?

-Ya cerramos un convenio con la Asociación de Editores de Chile, ellos van a poner una librería, con música y cine chileno. Ese negocio queremos mezclarlo con otras dos tiendas que atraigan público, pero no sabemos cuáles todavía. A mí me gustaría que fuera una marca que vendiera, porque eso le conviene al centro. Por ejemplo, una tienda de música.

-Has dicho que un 70% del financiamiento vendrá del sector privado. Supongo que eso no se logra sólo con estas tiendas.

-Ni con los estacionamientos. Eso se logra con socios corporativos. Estamos trabajando en eso también.

-¿Qué plazo te has puesto para tener funcionando este modelo de financiamiento?

-Cuando se construya la segunda etapa. Porque el cálculo contempla la sala de conciertos, que es lo rentable, más los estacionamientos. El proyecto considera un flujo anual de 600 mil espectadores, contando todas las salas, por lo tanto el 70% de financiamiento se alcanza cuando esté lista la segunda etapa. Pero mi ambición es tener un socio corporativo grande en el transcurso de este año.

La nueva vida del Gabriela Mistral

¿Y el hoyo?

La noticia cayó como un balde de agua fría. A inicios de julio, en entrevista con El Mercurio, el ministro Cruz-Coke mostraba el "hoyo" en que se construiría la sala de conciertos para dos mil personas del GAM, en la segunda etapa de la remodelación. Y hasta se daban plazos para su entrega: primer semestre del 2013. Una semana después, La Tercera informaba que el gobierno había decidido que los dineros para la construcción de esta sala serían traspasados al Teatro Teletón. Columnistas como Cristián Warnken salieron en defensa del GAM y Cruz-Coke tuvo que aclarar que la continuidad del centro "nunca ha sido puesta en duda".

-Existe preocupación por la postergación de la construcción de la sala de conciertos. ¿Qué va a pasar finalmente?

-Entiendo que el proyecto original se va a construir en su totalidad, pero en plazos diferidos.

-Pero, ¿hay garantías de que eso se cumpla? No es un tema menor, la sala de conciertos era uno de los aspectos clave del Gabriela Mistral.

-Bueno, de hecho la etapa 1 tiene una infraestructura que sólo se entiende desde el modelo de negocios que asegura la existencia de la segunda etapa, de la sala de conciertos.

-Y ahora, ¿qué van a hacer con el modelo de negocios?

-Se están viendo alternativas. Existe una posibilidad de adelantar la tercera etapa, que significa la remodelación de la torre (donde actualmente está el Ministerio de Defensa) para generar ingresos a la Corporación, pero no hay una decisión tomada. Mientras tanto, tenemos una maravillosa primera etapa y el desafío de hacerla brillar por sí sola. Espero que mientras alcancemos una identidad desde el punto de vista de la programación, se construya la segunda etapa que tanto necesita una ciudad como Santiago.

-El GAM era un proyecto emblemático de la administración de Bachelet. ¿Existe la voluntad del gobierno actual de terminarlo como fue concebido originalmente?

-Entiendo que el gobierno tiene la voluntad de terminarlo como fue concebido originalmente. Sin embargo, se enfrenta al dilema de un año complicado por el terremoto, por lo que probablemente no se va a poder cumplir con todas las inversiones que se tenían en carpeta. Pero me atrevo a decir que ningún gobierno va a querer dejar ese espacio vacío en el corazón del barrio cultural de Santiago.

-Pero a ti, como directora de este espacio, ¿no te preocupa esta postergación?

-Sin duda me causó frustración y una preocupación muy grande porque de alguna forma he compartido lo que esto ha significado para el mundo de los creadores y los artistas, en el sentido de que, una vez más, se posterga la cultura.

-Al terremoto se le echa la culpa de todo...

-Es un tema delicado. Efectivamente hubo un terremoto. Hay muchos chilenos que están viviendo en condiciones complicadas, pero me parece que no hay que mezclar las cosas. Uno puede entender que haya un dilema a raíz del terremoto, pero por lo mismo tengo el convencimiento de que este gobierno, como ha dicho, va a terminar este proyecto tan emblemático y tan necesario, tanto para la ciudad como para el mundo de la cultura y de los creadores.

-Este edificio además tiene una carga simbólica muy importante. Fue un espacio pensado para la cultura durante el gobierno de Allende.

-Por eso estoy convencida de que el proyecto original se va a construir en su totalidad, porque se trata de un edificio que ha sido un icono en la historia reciente de este país y que una parte importante de los habitantes de la ciudad siente como propio.

-Pero para toda una generación representa el edificio de la Junta Militar.

-Sí, para las generaciones más jóvenes significa una parte oscura o desconocida, un lugar cerrado. Nos vamos a hacer cargo del pasado del edificio. Queremos transformar ese espacio para el uso y goce de toda la comunidad. El GAM debe ser un lugar de unión y honrar la memoria de lo que fue el edificio originalmente.

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