Por Álvaro Bisama Diciembre 31, 2010

1.
-¿Has visto "Amor absoluto" de Felipe Avello? Es una obra maestra. Es imposible de superar. Lo increíble es que lo filmó el mismo Avello- dice Rodrigo Salinas.
Una canción, se refiere a una canción. Salinas (1975) habla de un perturbador videoclip que circula en YouTube, donde Luis Pinto, un modelo rancagüino que hace dos o tres años fue uno de los personajes más camp de la farándula nacional, posa desnudo mientras hace el lip sync de una canción del mismo Avello, en un departamento casi vacío. Luego agrega: "Avello es un maestro. Un genio que está a cien años luz de nosotros. Avello es el más grande artista chileno. Debería ser como Carlos Leppe. Siempre está trabajando. No distingue su vida de lo otro. Constantemente está poniendo en riesgo su pega con tal de hacer su trabajo. Y, en comedia, es el mejor, porque nunca sabes qué va a hacer. Tú no sabes dónde queda eso. Ese lugar se llama arte. Cuando te dicen que algo no es comedia, sí es comedia. O arte".

2.   
Lo anterior describe el lugar desde el que trabaja Salinas. Sus límites borrosos, su movilidad natural. Salinas, que creció leyendo cómics y dibujando, estudió Arte en la Universidad de Chile. Ahí participó del colectivo Kiltraza y encontró a sus socios de La Nueva Gráfica Chilena. Con Kiltraza hizo fanzines y tuvo una banda de rock (donde cantaba a torso desnudo y con ropa de ballet) y con LNGCh se vistió de superhéroe hasta hacerse reconocido en los extraños parajes del arte nacional: Winnis, su álter ego, fue el protagonista de su propia muestra en la Galería Gabriela Mistral.

Entremedio, comenzó a hacer cómics en revistas under como "La calabaza del diablo" o "Mercado negro", mientras se dedicaba a la ilustración y dibujaba "Canal 76", en el Wikén de El Mercurio. Entremedio, causó las iras de la Armada con "Arturo Prat is not dead". Entremedio, Álvaro Díaz y Pedro Peirano reclutaron a La Nueva Gráfica para hacer "31 Minutos". Salinas fue Juanín y Calcetín con Rombos Man. El programa duró tres temporadas y se volvió un culto. Pero Salinas quería más. Con Matías Iglesis armaron "Experimento Wayapolis" para TVN: una serie psicotrónica donde un tuerto Fernando Kliche aparecía al lado de una legión de seres imaginarios. Kliche hizo ahí la mejor actuación de su vida, pero el show, según el dibujante, "era un experimento y no funcionó por lo mismo". El 2008, Salinas tomó una novela inédita de Julio Carrasco y filmó "La represa" , una comedia extraña e imprescindible sobre indígenas, galerías de arte y soft-rock. Ese mismo año ingresó como guionista a "El club de la comedia", donde terminó quedándose. De ahí salieron sus personajes más famosos: el Ratoncito, el Dostor y, ahora, el Guagüito, por los que se volvió una celebridad que puede ser portada de Las Últimas Noticias o parodiar a Salfate.

"Ratoncito es nuestro Mickey Mouse porque es un guarén, una rata. Ya se ganó su lugarcito. Ahora podría venir alguien y parodiarlo. Porque ya viene de la parodia".

Por supuesto, no se quedó ahí: fundó Feroces Editores con su hermana Beatriz, Carlos Reyes y Rodrigo Dueñas. Con Feroces se dio el gusto de publicar a Hervi, Marcela Trujillo y "Una novela ecuestre" (2009), la explosiva novela gráfica que sigue las aventuras del Ratoncito.

El 2010 lo pasó saltando entre esos dos lugares. Mientras filmaba los sketchs de "El club de la comedia", Feroces aceleraba la marcha y retomaba el personaje del Dostor en el primer número de "El Aerss de la salú" (publicación satírica donde fichó como colaboradores a La Mini Revista, un colectivo de humor de Concepción), pero también trabaja para la próxima reedición integral de "La Chiva" (la revista de cómics más importante de los 60 y los 70 en Chile), además de más trabajos de Hervi y el increíble "Pato Lliro", de Christiano.

-Hay que completar el catálogo hacia atrás y después empezar a publicar cosas nuevas. Los militares lo destruyeron todo. Nosotros teníamos una tradición de historieta preciosa en Chile y se acabó entera. Ahora hay una ignorancia tremenda. No puedes entender la historieta de ahora si no miraste "La Chiva", si no entendiste el trabajo de Hervi, de Palomo. Es un crimen que no existieran los libros de Hervi antes. La otra vez me preguntaron qué era Feroces Editores, y yo respondí que, por ahora, era una editorial dedicada a rescatar patrimonio.

3.
"Una novela ecuestre", cómic donde Ratoncito debuta en solitario, bebiendo Liquid Paper y demoliendo lo que se le cruce, es la culminación de un trabajo previo. Antes, con el sello editorial de Aplaplac, Salinas había publicado los cómics de Pedro Peirano, Hervi y "La calma después de la tormenta", donde estaban sus cómics completos hasta ese entonces: "Rata Galdames", "Arturo Prat is not dead", algunas tiras de "Canal 76", "Charlie Marx", "Mampato viejo","La isla del No" y "El reino del sí". Todos eran trabajos que exhibían el relato de sus propias obsesiones. Ahí, Salinas se dibujaba a sí mismo como el entrañable Winnis, pero también rescataba los íconos del imaginario gráfico chileno (el niño indio de plásticos Shyf, la muchacha mapuche de Leche Sur, un Mampato viejo y decadente) y los devolvía como escombros moldeados por la nostalgia y el asombro: "Hay cosas que te evocan otras cosas. A mí me pasó, en una época de mi vida. Yo sentí la necesidad de devolver una serie de cosas que me habían influido. Estaba lleno de influencias y referentes y empecé a reelaborarlos, a revisitarlos".

Gracias a lo anterior, valía la pena leer a Salinas, confiar en él. Salinas no esquivaba el bulto. No se hacía el leso. Podía alternativamente ilustrar o narrar, bailar o llorar, lanzarse de lleno a la memoria política ("no tuvo miedo Hervi y voy a tener miedo yo", dice), perderse en el chiste o la melancolía, jugar a la inocencia o a la rabia. "La calma…" incluye una foto suya del 2002, en Disneyworld. Una imagen más que simbólica: "Cumplí una promesa que me había hecho. Disney es el dibujante que creó un imperio. Pero lo hizo gracias a un montón de dibujantes anónimos. No es Disney, son los dibujantes de Disney y es increíble esa idea de un imperio de dibujantes esclavos. De hecho, yo le decía Lapizlandia al lugar. Cuando fui para allá, me compré mi gorrito con orejas porque yo mismo me dibujo con orejas".

Y esas orejas son y no son las mismas que lleva Ratoncito en su propio relato, mientras da vueltas por los salones de una aristocracia revenida, dinamita sus mausoleos y se esconde

"Un gobierno de derecha ayuda a hacer humor. Porque tienes un enemigo más claro. Antes, a mí me preguntaban por qué no hablaba de la Concertación, y yo respondía: porque de eso se encarga 'Caiga Quien Caiga'. ¿Por qué tengo que hacerles la pega a ellos?".

en su cueva hecha con los restos de los objetos de la vida cotidiana de los otros, acaso el momento más emotivo del cómic. Salinas, que trabaja codo a codo con un diseñador montando el cómic, demoró tres meses en preparar el volumen.

"Ratoncito es nuestro Mickey Mouse porque es un guarén, una rata. Ya se ganó su lugarcito. Ahora podría venir alguien y parodiarlo. Porque ya viene de la parodia".

-Cuando hago cómics tengo más tiempo y mayor libertad. El papel soporta más que la tele. La televisión no es de autor, es colectiva, como el cine. Tienes que estar negociando acuerdos para que las cosas sucedan. La historieta, en cambio, es el lugar donde me siento más libre, como el arte.
- ¿Y cuál es el límite entre historieta y arte?

-Ninguno. No debería existir. Me gustaba mucho la Escena de Avanzada cuando tenía algo de humor. Cuando ellos empezaron a odiar la pintura y a reírse de ella, eran muy graciosos. Pero cuando algo es muy chistoso en el arte, se sacraliza. Así que esa división entre artes mayores y artes menores yo no la tengo. Entre las artes menores (que serían la televisión o la historieta) y las artes mayores (que serían la ópera o cosas así), prefiero mil veces la televisión, la música de la radio y los cómics. Para mí, Robert Crumb está al mismo nivel que Duchamp. Para mí, Hervi es lo mismo que Dittborn.

4.
Salinas es un hijo del rigor, pero también un crítico del medio. En las tiras de  "Canal 76" (que se burlan de los clichés más urgentes del mundo del espectáculo), Patricia Maldonado siempre aparece con el símbolo de Patria y Libertad en el brazo. Nadie parece darse cuenta, pero Salinas lee la televisión en directa relación con la política. "La Maldonado es una vieja siniestra, es igual que Hasbún, gente que no puedo ver en la tele. Son gente  que uno asocia a la época más oscura de este país".

"Entre las artes menores y las artes mayores, prefiero mil veces la televisión, la música de la radio y los cómics. Para mí, Robert Crumb está al mismo nivel que Duchamp. Para mí, Hervi es lo mismo que Dittborn".

Salinas es consecuente con esa mirada política. Bautizó a su hijo como Salvador (nieto del ex ministro José Antonio Viera-Gallo) y el año pasado apareció en la campaña de Frei, además de publicar un cómic donde satirizaba a Marco Enríquez Ominami parodiando a "Marco", el viejo dibujo animado japonés. Ahora, celebra la llegada a los quioscos del periódico de sátira política "La momia roja".

 -Admiro mucho a Hervi y a los dibujantes que dijeron las cosas en su momento, reaccionando ante la impotencia que les provoca un montón de cosas. Un gobierno de derecha ayuda a hacer humor. Porque tienes un enemigo más claro. Antes, a mí me preguntaban por qué no hablaba de la Concertación, y yo respondía: porque de eso se encarga "Caiga Quien Caiga". ¿Por qué tengo que hacerles la pega a ellos? Si reclama Karen Doggenweiler, que reclame. Porque mientras más plata ganan, más reclaman. Alguien que gana 20 millones al mes puede llamar al diario para decir que no lo molesten más. Si yo ganara 20 palos, me daría absolutamente lo mismo. Cuando a alguien le pagan 20 palos, termina creyendo que vale eso.

"Es que el humor es un músculo", dice Salinas refiriéndose a su trabajo en televisión. Este año, "El club de la comedia" no sólo arrasó en el rating sino que también fue denunciado al Consejo Nacional de Televisión por un segmento donde se burlaban de Jesús y sus apóstoles, en una de las polémicas más impresentables de los últimos años. Ahí Salinas era Judas y el escándalo sirvió para terminar de templar a su pandilla (esa hermandad que Salinas tiene con Fabrizio Copano, Pedro Ruminot y Sergio Freire), que agendó una serie de presentaciones en provincia durante este verano con el nombre de La Nueva Comedia Chilena.

-Siempre me he considerado un rostro obrero de la tele. Para que mi cara aparezca en pantalla, tengo que escribir y actuar, quemar etapas. Para que salgan los 400 gags que se emiten, grabamos 700 -dice-. Y agrega: "Hacer humor para niños está bien, pero hacerlo para los adultos es mejor. Ahí, yo no distingo las repercusiones de lo que hago. Ni practico la autocensura porque eso significa trabajar con miedo y ya no estamos en dictadura. Ahí, los límites están por descubrirse".
 
5.
Ahora mismo Salinas está de vacaciones de la televisión, mientras en la galería Plop! está exponiendo algunos originales de "Una novela ecuestre". Su arte brilla ahí en todo su esplendor. Las manchas de tinta china negra nos remiten a la melancolía o a la felicidad de nuestro presente, a cómo nos relacionamos con los signos que lo leen y cómo eso nos emociona o nos demuele. También prepara la salida del segundo número de "El Aerss de la salú" y dibuja "Una novela mapache", la continuación de las aventuras del Ratoncito.

Mientras, escucha música porque su secreto está ahí, en la música. Es la música que brilla en los espacios en blanco de los cómics del Ratoncito. Es la música que debería sonar en la segunda película que quiere hacer después de "La represa", en un punto indeterminado del futuro.

-El arte que a mí más me gusta son las canciones. Se me ocurren cosas con las canciones. A partir de una digo podría ser esto, podría ser esto otro. Heredé todo eso de mi tío Cristián, al que le gustaban los Beatles y los Beach Boys. Ahora me compré todo Alan Parsons Project. En Estados Unidos, fui a ver a los Hall & Oates y a Michael McDonald. Acá fui a ver a Sheena Easton, a Peter Cetera y a Olivia Newton-John. Con un amigo, que era presidente del fan club, éramos de la barra brava de la Olivia Newton-John. Porque me gustan las canciones. De ahí saco todo. Por eso me gusta hacer películas; porque en las películas puedo poner las canciones que me gustan.

*Escritor y profesor de Literatura.

Relacionados