Por Yenny Cáceres Septiembre 1, 2011

Público

Es el lugar favorito del momento para lanzamientos de libros. Isabel Allende presentó su última novela, El cuaderno de Maya, el lunes pasado, en la sala A1, ante más de 200 personas. Jodorowsky también evaluó presentar su libro ahí, y esta semana recibieron una solicitud similar del ex presidente Ricardo Lagos. Todo el mundo artístico quiere estar en el Centro Gabriela Mistral, pero además el espacio suma cifras de visitas inéditas para un espacio cultural en Chile. De septiembre del 2010 a julio de este año, 426.296 personas han visitado el recinto. La cantidad de público se disparó en abril. Ese mes se programó la exposición más exitosa de este primer año: las fotografías de Koen Wessing, con tomas de los días posteriores al golpe de 1973, fueron vistas por 28 mil personas.

Al interior del GAM, lo que más valoran es que se trata de un público fiel. El 25% de los visitantes ha acudido al menos 8 veces al recinto. Su directora ejecutiva, Alejandra Wood, resume así lo que los distingue respecto a otros centros culturales de Santiago: "Es un edificio emblemático, en el corazón de la ciudad, con una oferta variada, que está diseñado para pasar el rato, con una biblioteca exquisita. Por eso el esfuerzo de abrir la biblioteca sábados y domingos. La táctica del edificio alumbrado ha funcionado, tiene esa flexibilidad para que la gente se instale en las plazas interiores con sus computadores".

Otro dato a considerar, que refleja el interés que despierta el proyecto -y la historia del edificio- entre el público: un tercio de quienes llegan al GAM toma una de las visitas guiadas. Lo peor evaluado entre los visitantes es la señalética. "Nos ha costado construir la experiencia al cliente", reconoce la directora. En ese ámbito hay detalles importantes por resolver, como que la boletería esté al otro extremo de donde están las salas de teatro y música.

En el GAM respaldan su gestión con cifras contundentes. Y son capaces de mostrarlas, no sólo por el éxito de su programación entre el público, sino también porque, a diferencia de otros centros culturales en Chile, cuentan con un departamento de estudios que en forma permanente sistematiza datos de los visitantes y hace seguimientos. Eso le permite trazar a Javier Ibacache, director de Programación y Audiencias, el perfil del público: menores de 30 años, de distintas comunas de Santiago, y con un nivel de ingresos alto, que replica las pautas de consumo cultural en Chile. Eso sí, el público más fiel está entre la tercera edad: una vez que conocen el GAM, no se pierden sus actividades.

El GAM necesita 300 millones de pesos más en su presupuesto para operar con tranquilidad. El plan de su directora, Alejandra Wood, es conseguir esos recursos a través del Consejo de la Cultura.

Financiamiento

Antes de llegar a la dirección del GAM, Alejandra Wood trabajó en cargos ejecutivos en BHP Billiton (operador de Minera Escondida) y Scotiabank. Su llegada al GAM -una institución financiada en un 60% por aportes del Estado, vía Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) - significó "toparse con el mundo real". Una de las metas que no alcanzó a cumplir en este primer año de gestión, fue conseguir un socio corporativo del mundo privado. "Me fue mal, porque este edificio estaba pilucho. Llegué tarde para los presupuestos de este año. Los privados quieren conocer bien en qué consiste el proyecto antes de dar su apoyo", dice.

Con un presupuesto de 2.470 millones de pesos, de los cuales 1.550 millones son aportados por el CNCA, Wood reconoce que necesita otros $ 300 millones para operar con tranquilidad. Su plan inmediato para el 2012 es conseguir esos recursos a través del Consejo de la Cultura. Una pelea que deberá dar el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke -quien además preside el directorio del GAM-, cuando en los próximos meses se discuta el presupuesto del Estado para el próximo año.

El modelo de financiamiento de Wood supone que a largo plazo el GAM genere un mayor porcentaje de ingresos propios, una vez que se termine la segunda etapa del proyecto, con la apertura de una sala de conciertos para dos mil personas. La construcción ya fue aprobada, comienza en diciembre de este año, y debería ser entregada a fines de 2013. Mientras tanto, la apuesta es levantar recursos de privados por otras vías. A través de la Ley de Donaciones Culturales, han conseguido el auspicio de Minera Escondida para proyectos educativos, de la Corporación Cultural La Araucana y de Scotiabank.

Una de las novedades del GAM en los últimos meses ha sido la apertura del restaurante y la cafetería Gabriela. La veta gastronómica no sólo busca atraer otro perfil de visitantes al centro cultural. También es parte de una estrategia de financiamiento mediante concesiones. Ya se abrió la tienda BBVinos y la Librería Lea +, y este segundo semestre debería sumarse la marca Puma, que se instalará en un privilegiado espacio, justo al lado del acceso principal por la Alameda, con un proyecto innovador, que promete ser algo más que una mera tienda deportiva.

La fórmula GAM

Equipo

"Una de las cosas más difíciles ha sido armar el equipo. Se necesita energía y voluntad. Necesito gente de mi absoluta confianza. En BHP mi cargo consistía en  ejecutar tareas. Acá, es sobre todo liderar un equipo". Así resume Alejandra Wood los desafíos de su puesto.

Desde afuera, tanto para colaboradores como para instituciones que han elaborado proyectos junto al centro cultural, existe la percepción de una alta rotación y de cambios en la descripción de cargos en el equipo del GAM. Al interior del centro cultural, donde trabajan 65 personas, aseguran que la rotación no es mayor que la de cualquier institución que echa a andar un proyecto de esta envergadura.

Wood no tiene una mano derecha, pero sí descansa sobre dos grandes áreas: la dirección de Programación y Audiencias, a cargo del periodista Javier Ibacache, y la dirección de Administración y Finanzas, que desde junio es responsabilidad del constructor civil José Miguel Herencia (ex encargado de gestión de Publivía), quien llegó a reemplazar a Marcelo Muñoz, que antes desempeñó esas mismas funciones en Matucana 100. A su salida se sumó, hace pocas semanas, la partida de Loreto Araya, encargada de Programación Internacional y Audiovisual, ampliamente conocida en el circuito cultural por su trabajo anterior en el Festival Internacional Santiago a Mil, cuyo cargo fue suprimido.

Si bien el GAM cuenta con un directorio -que se reúne cada dos meses e integran otros cabezas de instituciones culturales, como Alejandra Serrano (Centro Cultural Palacio La Moneda) y Arturo Navarro (Centro Cultural Estación Mapocho) -, lo cierto es que funciona con bastante autonomía. La misma Wood reconoce el apoyo que ha recibido de parte de Andrés Rodríguez, director del Teatro Municipal, y también miembro del directorio. De hecho, actualmente la programación del área musical del GAM está a cargo de Cristóbal Giesen, histórico colaborador del Municipal.

La energía y voluntad que Wood exige a sus colaboradores más cercanos implica ciertas rutinas, como un sistema de turnos de martes a domingo. Ibacache, Herencia, Ximena Villanueva (directora de Comunicaciones), Sergio Santos (director de Producción) y la propia Wood, entre otros, tienen la tarea de ser los "dueños de casa" del GAM durante ese período. Eso implica estar en el día a día, en contacto con el público para detectar problemas y necesidades. Como buenos anfitriones.

Al interior del centro cultural, lo que más valoran es que cuentan con un público fiel. El 25% de los visitantes ha acudido al menos 8 veces al recinto.

Programación

Con un promedio de 150 actividades mensuales, el efecto GAM fue innegable en la escena cultural. El foco estuvo en las artes escénicas y la música, y el efecto inmediato es que muchos en el medio artístico querían ser programados en el centro cultural. "Todos se sienten identificados con el edificio, la demanda ha sido altísima. Pero eso también ha generado una disonancia, porque no hemos podido dar cabida a todo", dice Ibacache.

Algunos se quejan de una "sobreprogramación" del GAM, especialmente los  grupos artísticos e instituciones que se sintieron resentidos con la difusión cuando presentaron sus trabajos en dicho espacio. Alejandra Wood reconoce que "quizá fuimos excesivamente entusiastas en muchas cosas, a veces descuidamos el trato de las compañías".

Ibacache cree que a futuro el GAM tiene que ser un canal de comunicación por sí mismo, y desde el área de comunicaciones confirman que Twitter y Facebook han sido herramientas clave para difundir las múltiples actividades, más allá de los medios masivos.

Tanto Wood como Ibacache coinciden que la programación del GAM va estrechamente ligada con el rol de formación de audiencias del proyecto. Es una labor menos glamorosa, pero que implica, por ejemplo, que durante cinco meses Paulina Mellado realice un taller con adultos mayores, que culminará con una presentación, que a su vez será evaluada por un taller de jóvenes críticos que se dictó a estudiantes de enseñanza media. "Eso, para mí, sintetiza el espíritu del GAM", dice Ibacache.

En cuanto a la programación internacional, entre los institutos binacionales existe inquietud por el escaso presupuesto para apoyar esta área. Por lo mismo, la eventual venida de Patrice Chéreau aún no está confirmada. Así lo resume Jacques Peigné, agregado cultural del Instituto Francés de Chile: "La idea es compartir gastos, los países europeos no podemos traer ninguna actividad pagando todos los gastos. Sería una pena que el GAM no tenga un espacio para eso". Ibacache replica que "la programación internacional es factible si hay colaboración con instituciones. Nuestra contraparte son centros como el Barbican (Londres), no podemos entrar en la lógica de competir con Santiago a Mil".

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