Nunca da lo mismo.

Podemos soportar que la imagen no sea de la mejor calidad, podemos tolerar que los periodistas que están en cancha no sepan de fútbol, pero nunca va a dar lo mismo quién nos relata el encuentro, quién nos comenta esa jugada polémica que no vamos a olvidar por un buen tiempo.

Lo explica con mayor claridad y contundencia el escritor mexicano Juan Villoro en Dios es redondo cuando dice: “En los partidos de mi infancia, el hecho fundamental fue que los narró el gran cronista televisivo Ángel Fernández, capaz de transformar un juego sin gloria en la caída de Cartago”.

De eso se trata: de que el hombre que relata los goles y quien lo acompaña en la cabina del estadio nos puedan dar tanta alegría como el mejor jugador de la cancha. Y lo pueden hacer porque el fútbol tiene que ver, inevitablemente, con el lenguaje.

Villoro de nuevo: “El fútbol exige palabras, no sólo las de los profesionales sino las de cualquier aficionado provisto del atributo suficiente y dramático de tener boca. ¿Por qué no nos callamos de una vez?  Porque el fútbol está lleno de cosas que francamente no se entienden”.

Nunca terminamos de entender el fútbol y por eso disfrutamos tanto cuando un comentarista se aleja de los lugares comunes y se transforma en un lector atento y lúcido, capaz de explicarnos aquello que no somos capaces de ver porque la sangre hierve en la cabeza y nos transforma en cualquier cosa.

Pero están las palabras, el goce de escuchar un gol bien relatado y que nunca olvidaremos: ni el gol ni las palabras que reconstruyeron ese gol. Por eso ahora que comenzará el Mundial de Brasil, una vez más tendremos que tomar una decisión fundamental: ¿quién queremos que nos relate los pases extraordinarios de Jorge Valdivia o los goles que hará Alexis Sánchez? ¿Quién queremos que nos explique cuáles deben ser los cambios que tiene que implementar Jorge Sampaoli para que logremos clasificar a segunda ronda?

Las alternativas esta vez no son muchas: DirecTV -que tiene entre sus comentaristas a Sebastián Rozental- transmitirá todo el Mundial, pero si no estamos suscritos podremos ver algunos de los partidos a través de Canal 13 o TVN.

Y ahí viene, entonces, la decisión.

Porque ambos canales se prepararon para el Mundial, aunque uno con más contundencia que el otro.

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No recuerdo los partidos, pero sí recuerdo su voz, sus palabras, los apodos que les ponía a los jugadores, su acento neutro y personalísimo. Se llamaba Luis Omar Tapia, relataba partidos para ESPN, partidos de la Champions League, y era chileno.

No recuerdo todos los campeonatos que relató, pero sí sus palabras, esa frase que recitaba apenas el árbitro tocaba el pito y daba inicio al partido: “Comienzan los 90 minutos del deporte más hermoso del mundo”.

Cuando relataba Luis Omar Tapia, sin duda que el fútbol se convertía en el deporte más hermoso del mundo. Pero después le perdí la pista, aunque nunca dejé de recordar su talento con las palabras, especialmente cuando veía algún partido relatado por esa dupla desconcertante que eran Pedro Carcuro y Sergio Livingstone. Todo mi respeto por el que fuera uno de los mejores arqueros del fútbol chileno, pero hay que reconocer que sus comentarios eran siempre obvios, algo naif, bastante simplones. Y qué decir de Carcuro, que su voz se parece demasiado a lo que fue la década del 90 en Chile, los años de la transición, los acuerdos en la medida de lo posible y todo eso.

Pero pasó el tiempo y ahora TVN ha decidido hacer una apuesta importante: contrató a Luis Bonini y a Manuel Pellegrini para que comentaran los partidos del Mundial. Un golazo. De buenas a primeras, al menos, pareciera ser un golazo. Se sumarán al equipo de deportes -donde siguen estando Carcuro, Gustavo Huerta, Patricio Yáñez y el inexplicable Fernando Solabarrieta-, que además fichó a dos relatores de categoría: Ernesto Díaz Correa (Cooperativa) y Alberto Jesús López (ADN), hombres de radio, hombres con estilo. Voces reconocibles, intensas, contundentes, muy distintas a las de Carcuro y Solabarrieta, por suerte. Pero las luces caerán sobre Bonini y Pellegrini, sobre todo en este último, que viene de ser campeón de la Premier League. Sin embargo, no tenemos certezas de que la dupla funcione realmente. Son hombres que saben de fútbol, sin duda, pero aquello no asegura nada, pues nunca han trabajado juntos comentando partidos. Podemos intuir que Pellegrini -que ya fue parte de TVN cuando comentó el Mundial de México 86- aportará una visión más sesuda y Bonini será el hombre encargado de la intensidad -recordamos ese grito a Suazo en el Centenario de Montevideo con tanta facilidad como recordamos a esa selección de Bielsa-, pero no podemos decir mucho más. Hay expectativas, sin duda. Y en teoría, al menos, resultan ser los nombres más atractivos y nuevos. Sobre todo nuevos, porque Canal 13 no fichó ningún nombre tan pomposo, sino que apostó por su equipo de deportes -Juan Cristóbal Guarello, Aldo Schiappacasse e Ignacio Valenzuela- y sumó un nombre importante de la liga local, un imprescindible: Claudio Palma, el hombre del CDF.

Decimos Claudio Palma y hablamos de emoción, de discursos inolvidables, como el que se mandó en el partido de Chile contra Colombia, cuando clasificamos al Mundial de Sudáfrica, y recordó a su padre muerto e hizo un repaso notable de lo que fue esa clasificatoria a cargo de Bielsa. Decimos Claudio Palma y hablamos de un hombre que es capaz de torcer el lenguaje hasta lugares insospechados. Difícil no emocionarse con sus relatos, que son más que relatos, pues Palma no tiene miedo de dar su opinión, y muchas veces les discute a los comentaristas que lo acompañan. Ese juego, esta vez puede traer muy buenos resultados cuando haga dupla con Schiappacasse. En ese diálogo pueden surgir momentos que iluminen el fútbol.

No sabemos quién ganará este partido entre TVN y Canal 13, pero sí es seguro que debiera ser un resultado estrecho. Lo que sí se agradece es que los canales hayan elegido nombres que están a la altura de las circunstancias. Hombres alejados de los lugares comunes, del sentimentalismo facilón, de aquellas voces que reinaron por tanto tiempo en el fútbol chileno.