Por Francisco Aravena Octubre 22, 2014

-¿Qué entiende por TV pública?
-Varias cosas, pero principalmente deberían ser los contenidos que nos cuentan lo que hemos sido, lo que somos y lo que queremos ser. Es el lugar donde deberíamos encontrarnos en nuestra identidad, y también donde no sólo se refleja, sino también se nutre nuestra democracia. Como medio de comunicación, debería ser el lugar donde nos termina de cerrar nuestra sensación de que somos parte de una misma cosa.

-¿Se puede hacer TV pública desde un canal privado?

-También contribuyen a ese relato los canales privados, pero no lo tienen como una misión objetiva. No sienten la obligación que sentimos nosotros de ver dónde nos estamos contando, dónde nos estamos viendo, dónde estamos hablando de Chile, de nuestros temas. Eso es muy propio de un canal público. No creo que la televisión de calidad sea exclusiva de TVN. Pero este es el canal  que lo siente como un deber esencial de su servicio.

-Originalmente toda la TV chilena tuvo misión, en el modelo estatal-universitario. En un  modelo privado-estatal, eso pone a TVN en desventaja en el mercado…

-No lo sentimos como una desventaja; es una oportunidad de diferenciación desde el origen. Tenemos una definición legal, que en algunas cosas compartimos con los demás canales. La nueva ley nos exige a todos estándares de pluralismo, de representación de minorías, de expresión del patrimonio. Lo que pasa es que a ese mandato nosotros, en TVN, le sumamos cosas que sentimos que son parte de nuestra razón de existir. Y creemos que hoy eso es una diferenciación y una oportunidad; una ventaja comparativa real. Tenemos que encontrar la sintonía fina de congregar audiencias a partir de esa oportunidad y justamente estamos en ese proceso de revisión.

-Esa revisión ¿tiene que ver con adaptar a TVN al contexto actual?
-No sé si tiene que ver con el contexto. Para ser muy realistas, consiste en la convicción de que para profundizar nuestro servicio público, es necesaria la masividad. A lo mejor eso no significa estar siempre en el primer lugar, pero sí congregar a las audiencias para que nuestro servicio sea lo más profundo posible. Esa es la revisión: tratar de entender en qué espacios no estamos atendiendo tan bien al público como para que no nos prefiera como nos debería preferir.

-En ese “tratar de entender” ¿Cuánto tiempo cree que tienen, o tiene usted?
-Tenemos tuercas que apretar que son más rápidas; hay géneros donde uno puede reaccionar con más velocidad. Pero, en general, la televisión de calidad se cocina lento, con procesos creativos que toman su tiempo. Recién en julio del próximo año vamos a poder poner algunos de nuestros productos en pantalla, pero lo que realmente estamos elaborando va a estar el 2016 al aire. Me doy como un año para que se vea esta profundización del rol de TVN. Y quiero insistir en que esto no es  nada nuevo, este es un discurso que TVN tiene muy metido. Creo que parte de la esencia de la televisión pública es estar en constante corrección, porque los procesos que refleja y que la alimentan están en cambio permanente.

-¿Qué rol tienen en esto los fondos que el Estado reparte a través del Consejo Nacional de Televisión?
-Los fondos del CNTV han hecho cosas bastante positivas. Por ejemplo, cuando se armó la categoría de TV infantil florecieron las áreas infantiles de los canales, y productoras independientes dedicadas a esto, que antes no existían. Lamentablemente, fue un esfuerzo que se fue debilitando hasta quedar en dos horas diarias. Entonces, son políticas que sí sirven mucho para empujar cosas, pero si no hay voluntad de insistir en atender a ciertos públicos -voluntad que yo veo más en este canal que en otros- se diluyen un poco. Los fondos del CNTV son un gran aporte al mundo audiovisual, y deberían estar en constante revisión para focalizarse donde los esfuerzos permanezcan.

-Si como país decidimos tener un canal público al que se le pide cierto servicio ¿no tendría más sentido que el Estado subsidiara a TVN?
-Aunque es difícil, creo que TVN puede, con este modelo, cumplir su rol de televisión pública. Y creo que lo ha hecho. Nuestra primera responsabilidad es tratar de hacerlo de manera más profunda. 

-Pero cuando uno ve la inversión que los privados están haciendo en los otros canales y las preferencias del público, las cosas parecen ir en otra dirección...
-En general, cuando uno mira lo que la gente consume en televisión, salvo algunas excepciones, ve cosas buenas. La gente, al final, premia productos que le parecen bien hechos, historias que le parecen bien contadas. Tenemos un público cada vez más sofisticado audiovisualmente, que tiene la posibilidad de ver cosas hechas afuera, y creo que está exigiéndole a la televisión abierta un poquito de esos estándares de calidad. Entonces me parece que estamos en un lugar privilegiado, porque lo que queremos hacer es lo que la gente está pidiendo: buena tele.

-Este año el CNTV repartió 3.380 millones de pesos. ¿Qué pasaría si el Estado se los entregara al canal del Estado para que produjera televisión pública de calidad?
-Creo que los fondos del CNTV deberían estar dirigidos a apoyar preferentemente a la producción independiente y a canales que no tienen fines de lucro, como éste. Son temas que es necesario discutir. Porque si el Estado les exige a todos por igual tener ciertas horas de programación cultural a la semana y en horario estelar, alguien también podría preguntarse ¿por qué si se les exige lo mismo no pueden los privados  tener derecho a esos fondos?

-Porque están ocupando un bien público, las concesiones…
-Es compleja la discusión. Pienso que podría discutirse un destino preferente de los fondos. No estoy hablando de cambiar nuestro modelo de financiamiento de la señal principal, y quiero ser muy clara en eso. No es mi idea. Distinta debería ser la discusión sobre la llamada señal 2 de TVN, porque el desafío principal de las televisoras públicas es  atender a mayorías y minorías. Tienen que atender a públicos que son comparativamente más pequeños y que buscan cosas más específicas. Como los niños, por ejemplo. Entonces, pienso que en esos escenarios nosotros quizás necesitamos una ayuda especial, porque es complejo hacerlo en este escenario más grande.

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