Algo huele mal:
Daniel Veronese no es un nombre nuevo para la cartelera chilena. Ya hemos visto acá obras suyas, como la brillante Máquina Hamlet, basada en la pieza de Heiner Müller. O Un hombre que se ahoga y Los hijos se han dormido, relecturas de Las tres hermanas y La gaviota, de Chéjov. Lo que presentará durante enero en Santiago es también una reescritura, pero esta vez de un texto propio. Los corderos fue creada en los 90, pero recién este año la estrenó en Argentina. Una pareja y su hija reciben la visita de un hombre maniatado, un vecino algo pervertido se pasea por los alrededores: víctimas y victimarios se confunden en esta historia de relaciones humanas torcidas que funciona, acaso, como el piloto de una sociedad descompuesta. Acá nadie se salva, ni corderos ni lobos.
Nadie en casa:
Si en Los corderos la escenografía figura en segundo plano, en Dínamo —de Claudio Tolcachir, Lautaro Perotti y Melisa Hermida— este elemento será fundamental. Todo ocurre dentro de una casa rodante llena de escondites y rincones fortuitos. Y lo que ocurre, más que una historia lineal, es una sucesión de movimientos de las tres protagonistas, que son mujeres solitarias y algo desquiciadas. Mujeres que viven en sus mundos perdidos, como si estuvieran y no estuvieran presentes: una ex tenista en duelo, una vieja rockera con la cabeza llena de ruidos y una emigrante refugiada en este páramo. La música en vivo es otro personaje de la obra y se suma a los silencios, las palabras sueltas y los diálogos de sordos que sostienen las tres mujeres con perturbadora energía.
Un mundo que encierra un mundo:
Como una “comedia sobre la ingenuidad” es descrita Personitas, obra de Javier Daulte que tiene en su elenco a María Onetto (La mujer sin cabeza) y Darío Grandinetti (Relatos salvajes), entre otros. Daulte también echa mano al absurdo en este montaje. Pero lo suyo es articulado como una muñeca rusa que contiene otras muñecas rusas en una vertiginosa dinámica. Las “personitas” acá pueden ser unos individuos minúsculos que viven en los cajones de un garaje, pero también los tres hermanos adultos que los observan y que son observados por otros seres. Todos habitantes de una vivienda de los años 40 en Argentina, que recuerda la casa tomada de Cortázar, con sus tensiones entre lo real y lo imaginario.
A puertas cerradas:
“El problema de la distribución del ingreso es un problema de envidia”, dice el ex ministro de Economía y Hacienda de Pinochet, Rolf Lüders, en el documental Chicago Boys. “No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán”, dijo el mismo Pinochet en 1979, en una de las reuniones secretas que sostuvo la Junta Militar con José Piñera y el resto de los ministros civiles de la dictadura para formular lo que sería el Plan Laboral, que recoge las doctrinas liberales de los discípulos de Friedman. El Colectivo Zoológico titula su nuevo montaje con esta frase y recrea los pormenores de estos encuentros. Los actores recogen el material de las actas desclasificadas en 2012 por la biblioteca del Congreso Nacional, y convierten el documento en una obra punzante y satírica, de escandalosa actualidad.
Cuerpos abyectos:
Coherentes con el nombre de su compañía (La Niña Horrible), la dramaturga Carla Zúñiga y el director Javier Casanga abordan en su tercera obra, Historias de amputación a la hora del té, el concepto de fealdad y la esclavización del cuerpo femenino. Echando mano al grotesco y al humor negro, la obra trata de una adolescente huérfana de madre, con cáncer terminal, que vive con su abuela octogenaria y se obsesiona con conocer a su padre antes de morir. Zúñiga y Casanga se valen de un recurso extra para radicalizar su propuesta satírica: tanto la niña como la abuela, la amiga, la vecina copuchenta, la prima del campo y las demás mujeres que circulan son interpretadas por un elenco masculino. Ojo con el atractivo vestuario, seleccionado para ser expuesto en la Cuadrienal de Praga 2015.
Somos feos:
Feos habla también de la belleza y sus estereotipos, pero se enfoca en el defecto y lo monstruoso. El uso de muñecos ya había dado buenos resultados a Aline Kuppenheim (El capote), pero la actriz ahora da un salto al trabajar con el dramaturgo Guillermo Calderón en su primer montaje para adultos. La obra conmueve por el minucioso trabajo con marionetas, y magnetiza con las voces grabadas de los actores que dan vida a las marionetas. Calderón toma del cuento “La noche de los feos”, de Benedetti, sólo la anécdota (un hombre y una mujer con rostros deformes se conocen en la fila de un cine) para indagar en lo que significa ser observados como distintos, como bichos raros. Y lo hace sin gravedad, con un delicado sentido de la cotidianeidad y la cuota justa de humor que la historia amerita.
Santiago a Mil. Desde el 3 al 24 de enero. Programación y más información en www.fundacionteatroamil.cl