Por Alberto Fuguet Enero 20, 2017

Tengo la suficiente edad para acordarme del término reaganiano.Hidden-Figures-poster.jpg Se usaba en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile con la misma frecuencia y grado de error que el nuevo presidente Trump ha utilizado el adjetivo overrated. En los 80, y visto desde el filtro resentido e ingenuo de ciertos jóvenes estudiantes que se definían primero, y por sobre todas las cosas, como antipinochetistas, todo era reaganiano y todo, por lo tanto, era sospechoso e imperialista. De pronto, todo el pop (el cine, la televisión, la música) lo era. El pecado original radicaba en una suerte de denominación de origen: lo americano era reaganiano y, por lo tanto, era el mal. Lo que complicaba el asunto es que los blockbusters de esa época en efecto tenían algo que se podría denominar reaganiano (Flashdance, E.T., Top Gun, Rambo). Sin duda que algunas de esas cintas eran, en efecto, reaganianas (captaban una cierta sensibilidad ligada a Reagan y sus ideas), aunque otras no lo eran para nada. El cine es un arte lento; lo mismo va para la series. El cine de Trump (¿trumpiano?) probablemente aún no llega y tardará (quizás lo que más surja sea una consolidación de una cierta televisión basura y decenas de realities infectos), aunque existe una teoría (que me compro) que dice que ese estado de las cosas, ese zeitgeist que eleva a un político a los olimpos estaba antes, y que lo que hizo ese candidato fue darle cara a una moral que estaba sin rostro. ¿Ya existe una sensibilidad Guillier? ¿Por eso acaso Lagos no prende? ¿La cinta Gloria, estrenada durante el gobierno de Piñera, fue acaso la mejor cinta bacheletiana?
Obama, que hoy deja la Casa Blanca, dejó una sensibilidad cinematográfica, sin duda. Y está ligada no sólo a su raza sino a un deseo de que las cosas pueden cambiar (Yes We Can). Obama usó las redes sociales y fue dañado por ellas, pero su período coincide con el estallido de éstas (durante su primer período, de hecho, se estrenó Red social, de Fincher) y su interés en lo femenino, en otro tipo de masculinidad, en los otros, en empoderar a las minorías, en lograr legitimar el matrimonio igualitario, se refleja en el cine de este período. La cantidad de filmes con afroamericanos al centro y el número de cintas centradas en la esclavitud no son casuales: ahí están 12 años de esclavitud o Django unchained de Tarantino; ahí está la aplaudida y reciente Moonlight y ahora, como para despedirse, la cinta de mujeres afroamericanas que trabajan en la NASA, Hidden Figures, que se ha transformado en un inesperado éxito de despedida. Boyhood de Richard Linklater es, quizás, la más Obama de las cintas Obama: un filme que cree en el ser humano y en la familia y en la posibilidad de sobreponerse a las zancadillas. Boyhood es vida, pero en tono menor; no hay grandes tragedias y no usa las convenciones de Hollywood. Uno siempre piensa que al chico algo malo le va a suceder, pero al final sale adelante. Hilando fino, capaz que Stranger Things sea una obra Obama: es pop, es ochentera, es acerca de gente dañada que se sobrepone y al final las cosas no resultan tan mal.
Muy Obama.

Dos cintas que aparecieron durante 2016 son en extremo Obama y el hecho que sean acerca de él es casi secundario. Una nunca llegó a los cines de por acá (aún) y es muy Linklater, pues tiene algo de Antes del atardecer, pero ambientada en la zona sur de Chicago. De hecho, así se llama: Southside with you. Y narra un domingo de verano del año 1989 en que Barack Obama invitó a salir a Michelle Robinson. Es una primera cita en la que el joven abogado de Hawái la seduce hablándole a la comunidad local en una iglesia (el arte de la oratoria también puede ser afrodisiaco). Los dos terminan yendo al cine a ver Haz lo correcto, de Spike Lee.

Boyhood de Richard Linklater es, quizás, la más Obama de las cintas Obama: un filme que cree en el ser humano y en la familia y en la posibilidad de sobreponerse a las zancadillas.

La cinta es en extremo Obama y capta la sensibilidad a la perfección; tiene algo de El joven Lincoln de John Ford (Lincoln, de Spielberg, es otra cinta Obama, por cierto). Después de décadas viendo biopics que destrozan a los presidentes (tanta cinta de Oliver Stone) o filmes como Primary Colors, de Mike Nichols, que intentan humanizar a alguien como Bill Clinton subrayando sus falencias, el hecho de mitificar a un presidente vivo y aún en ejercicio es sorprendente y hasta valiente. Y sí: roza la propaganda. Pero resulta. ¿La razón? Lo dulce, lo piola, lo romántico, lo retro.

Barry, que apareció en Netflix, es una cinta más árida y menos romántica, pero es mejor cine que Southside with you. Varios amigos me han dicho que los aburrió y lateó. Que no la entendieron. Y es que la cinta, que claramente es muy Obama, tiene algo de cine-arte pop y es menos Hollywood.Moonlight Hay una chica (blanca), pero no es acerca de un romance; es cómo un chico birracial que llega a la Universidad de Columbia se encuentra a sí mismo en medio de una ciudad que se está cayendo a pedazos (ver The Get Down). Hay música, drogas, algo de sexo. Obama es mino, es sensible, usa calzoncillos blancos apretados y no sabe quién es (madre blanca intensa progre, padre negro africano ausente). La intriga es tan simple como compleja: el futuro presidente debe convertirse primero en negro (saber quién es) antes que lograr seducir a los blancos y convertirse en el primer presidente birracial o post-racial. Barry aún no es Obama: es torpe, no sabe hablar, no sabe lo que quiere. Barry cierra cuando se da cuenta que es Barack; que no necesita andar por la vida con un nombre blanco. Barry (dirigida por el debutante Vikram Gandhi) es un filme que parece inocente, pero no lo es. Indaga en la inocencia y se la juega por la dulzura; opta por ver las cosas positivas y no tropezar con el lado oscuro. No es cine de autor; es una película Netflix (lo que no es negativo; es el nuevo cine de consumo serio de cierto nivel; la alternativa adulta al cine infantil industrial). ¿Y acaso no hace todo sentido? El triunfo de Netflix es, mal que mal, uno de los legados de Obama.

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