Por Nicolás Alonso Abril 13, 2017

“Yo creo que el ser humano nace con un deseo de exploración. Uno lo ve en los niños, que al desarrollarse cognitivamente necesitan explorar el mundo que los rodea. Viene en la mente. Ese deseo se manifiesta en toda creación: en el arte, en la música, o también, en mi caso, en el deseo de ir a territorios vírgenes. Voy a zonas donde no hay información previa, donde no sé hacia dónde voy ni qué problemas me voy a encontrar. Es la atracción por lo desconocido”

“No me siento un conquistador. Mi búsqueda es más bien espiritual. Los seres humanos hasta hace poco vivíamos en contacto directo con la naturaleza, y las ciudades lo cortaron. Yo creo que nos completamos cuando nos relacionamos con ella. Hay cosas que están dormidas, que vienen de un desarrollo evolutivo largo, que descubres cuando estás allí, solo, desvinculado de tantas cosas materiales y códigos sociales”

“Ir a la Antártica es lo más cercano a salir de la Tierra, a viajar a otro planeta. Es el único continente que no pertenece a ningún país:_es tierra de nadie. Es, en cierta forma, una utopía, en donde los científicos viven en paz y colaboración. Como la naturaleza evolucionó sin la presencia del hombre, los animales no te ven como un depredador. Las focas, los pingüinos, las ballenas, no sienten temor por ti. Si estás en busca del contacto directo con la naturaleza, allí es donde lo concretas”

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