Debutó con un libro de ensayos (Papeles falsos), alguno de los cuales publicó en The New York Times, y ahora lanza su primera novela, Los ingrávidos. Acá, la mexicana Valeria Luiselli (1983) se obsesiona con el poeta Gilberto Owen.
-¿Por qué libro recomiendas comenzar a leer a Owen?
-Por el poema "Simbad, el varado". Es un poema largo y maravilloso, de lo mejor que escribió. También sus cartas son una maravilla. Ahí está muy bien cifrada su poética.
-Uno de los mejores momentos de tu novela es cuando el marido de la narradora le pregunta si lo que está escribiendo es verdad o mentira. Si es verdad que besó a una mujer, por ejemplo.
-Sí, sonará un poco naif, pero creo que la ficción no es inocua. O sea, creo que la literatura sí modifica nuestra realidad, y no necesariamente para bien. Hay gente que se incomoda.
-¿Y tú, como la protagonista de la novela, también viste al fantasma de Owen?
-No sé, como que todo el rato veo gente. Por ejemplo, hace poco estaba en casa y vi a un hombre bajar la escalera. Le pregunté a la empleada si lo vio y me dijo: "Sí, ahí anda todo el día, subiendo y bajando".
-Es bien rulfiano eso, lo de los fantasmas, los muertos.
-Sí. Yo no quería hacer una novela sobre fantasmas que asustaran. En algún momento vi una entrevista a Rulfo en la que decía que haber trabajado con fantasmas le daba mucha libertad, porque no están situados en ningún espacio ni tiempo. Eso me iluminó mucho.
A $ 12.000 en Metales Pesados. Editorial Sexto Piso.