Por Yenny Cáceres Abril 13, 2017

Five Came Back. En Netflix.

Cuando Frank Capra vio El triunfo de la voluntad, el documental de Leni Riefenstahl sobre el nazismo, quedó devastado. Hasta pensó que Alemania era capaz de ganar la guerra. Pero la respuesta norteamericana a la maquinaria propagandística de Goebbels vino desde el corazón mismo de Hollywood, con Capra y otros cineastas legendarios, como John Ford y John Huston, reclutados como documentalistas del Departamento de Guerra de EE.UU.

Esta historia detrás de la Historia es la que recopiló el periodista Mark Harris en el libro Five Came Back, ahora convertido en una serie documental de Netflix. Con Steven Spielberg como uno de los productores, es inevitable advertir cómo Hollywood construye su propio mito, pero eso no quita que sea una historia fascinante.

Cada uno de los cinco directores del Hollywood clásico es presentado por un cineasta de hoy. Así, Spielberg, un director devoto de sus raíces judías, presenta a otro judío, William Wyler (Ben-Hur), mientras que Francis Ford Coppola hace lo propio con John Huston (El halcón maltés), Paul Greengrass con John Ford (Más corazón que odio), Lawrence Kasdan con George Stevens (Gigante) y, la elección más sorprendente, Guillermo del Toro con Frank Capra (¡Qué bello es vivir!).

Cuando Five Came Back deja las presentaciones y entra en tierra derecha, emerge lo mejor. Cómo convive el artista con el cineasta militante es una pregunta que ha acosado al cine desde los tiempos de Eisenstein hasta el Nuevo Cine Latinoamericano de los 60, y de alguna forma se vuelve a repetir en estos cineastas, más acostumbrados al brillo de los Oscar que a ver el cine como un arma.

También hay espacio para desmitificar. Es el caso del documental La batalla de San Pietro (1945), de John Huston, que por años se pensó que registraba la liberación de una pequeña ciudad italiana. La verdad es que Huston llegó días después y lo que  filmó fue una cuidada recreación.

La vida de todos cambió después de esta experiencia. Un duro como John Ford no soportó la carnicería que vio en el desembarco de Normandía. Se emborrachó durante tres días y lo tuvieron que mandar de vuelta a Estados Unidos. John Huston se enfrentó a la censura con Let there be light (1946, disponible en Netxflix, igual que los otros documentales citados en Five Came Back), película que mostraba a los veteranos de guerra en un hospital psiquiátrico y que sirvió de inspiración para The Master, de P. T. Anderson.

La transformación más feroz la vivió George Stevens. Conocido hasta antes de la guerra como un director de comedias, filmó la liberación de París, imágenes luminosas y bellas que contrastan con lo que le tocó vivir en Dachau, Alemania, cuando filmó lo que jamás pensó que filmaría: un campo de exterminio y los cuerpos de cientos de judíos apilados. Cuando ya se le hizo insoportable, tuvo la intuición de que debía seguir filmando para juntar evidencia de que esto sí había pasado. No se equivocó. Sus imágenes serían usadas más tarde en el juicio de Núremberg. Las palabras de Stevens al recordar ese episodio resultan aterradoramente actuales: “Entonces piensas, ¿qué clase de mundo es este? ¿Qué clase de criaturas somos?”.

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