Uno de los protagonistas del gran hall es el avión Lan 18 que fue utilizado como transporte de Correos en el Chile posterior a 1920. Poco más allá, colgado en las alturas del gran hangar principal, está la réplica en madera del Bristol con el que, en diciembre de 1918, cruzó por primera vez la cordillera de los Andes el nacional Dagoberto Godoy. Las maquetas de los ornitópteros, mitad humanos, mitad intento de nave, están en el segundo piso del gran hangar. Décadas más tarde surgieron los dirigibles alemanes. Entre ellos, el más famoso, el Hindenburg de la Alemania nazi, del cual también hay una construcción alusiva en tamaño pequeño.

El Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio depende de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y fue fundado en 1944 para promover ese tipo de patrimonio nacional. Y también la historia de la aviación internacional.

Esta muestra, localizada en Cerrillos desde los años 90, posee el valor agregado de contener réplicas, reconstrucciones y restauraciones de las naves más emblemáticas de la aviación chilena (y mundial).

Los privados (la aviación civil) y la Fuerza Aérea se han comprometido a ceder un modelo de cada ejemplar representativo que saquen de circulación (entren en desuso). El día que alguno de los millonarios F16 de combate que posee la FACh_no esté en condiciones de atravesar el cielo, pasará a engrosar la colección de las casi 100 naves que están en Cerrillos.

Los restauradores y maquetistas del museo han recreado la realidad que dio a luz la aeronáutica mundial. El mito griego de Ícaro y los sueños de vuelo de Leonardo Da Vinci (de crear un ente que alcanzara las alturas) son continuados por la réplica de la nave que utilizaron los hermanos Wright en diciembre de 1903 para lograr el primer vuelo de la historia de la humanidad.

Esta muestra no es, ni pretende ser similar al famoso Air and Space Museum del Smithsonian washingtoniano (EE.UU.). Allí están instalados para exhibición elementos como el Spirit of Saint Louis, en el que Charles Lindbergh realizó el primer vuelo en solitario a través del océano Atlántico, el módulo de la nave Apolo 11 que llegó a la luna en 1969, y el transbordador espacial Discovery (2009), entre otros. En Cerrillos no existe sala de cine IMAX como en Washington, sin embargo, está el encanto de la restauración perfectamente ejecutada y el despliegue de modelos de aviones, avionetas, o planeadores de gran dignidad.

El museo está construido a escala chilena, aunque también relata la historia de la aeronáutica mundial. Pese a que en Chile no existe desarrollo de la aeronáutica, hay una sala que exhibe la ciencia aeroespacial.

La historia del piloto brasileño Santos Dumont, para muchos el real fundador de la aeronáutica moderna, en lugar de los estadounidenses hermanos Wright, está retratada en sus galerías. Más allá, está reproducida la vida de David Echeverría y Miguel Covarrubias, los chilenos que compraron en 1909 un avión Voisin en Francia (a los hermanos Copetta) y que, en agosto de 1910, montaron el fuselaje de su biplano y se alzaron sobre la Chacra Valparaíso, hoy calle Irarrázaval.

En la web www.museoaeronautico.gob.cl se encuentra una autoguía.