Por Constanza Gutiérrez Septiembre 8, 2017

The Echo of Pleasure.

The Echo of Pleasure es el cuarto disco de larga duración de The Pains of Being Pure at Heart, banda neoyorquina liderada por su guitarrista y vocalista, Kip Berman. Él es quien compone todas las canciones y, por eso, es el único miembro inamovible de la banda, la que para este disco está conformada por Jen Goma (A Sunny Day in Glasgow), Kelly Pratt (Beirut, David Byrne) y Jacob Danish Sloan (Dream Diary).

Si las melodías de este disco nos suenan familiares es porque lo son. Las influencias de Kip Berman están en los ochenta e inicios de los noventa: The Cure, New Order, Echo & the Bunnymen, My Bloody Valentine (por cierto, Andy Savours, quien trabajó en la mezcla del regreso de My Bloody Valentine, mbv, produjo este disco), y el twee pop (desde las bandas aparecidas en el C86, el compilado que fundó el género, hasta sus exponentes posteriores venidos de Suecia, como Club 8). Referencias que ya habíamos podido notar en sus tres discos anteriores y que aquí se funden, contrastándose: la voz suave de Kip Berman, los brillantes ganchos del sintetizador, los riffs reverberados y las baterías siempre al frente. Las letras también son familiares, no sólo porque hablan de amor, como casi todo en este mundo, sino porque precisamente hablan de formar una familia: entre su disco anterior, Days of Abandon (2014), y este, Kip Berman se casó y tuvo una hija, y las letras del disco hablan de esa experiencia, así como de la adultez en general: canciones sobre la sensación de invencibilidad que da el sentirse amado y acompañado (“My Only”), la monotonía en la que pueden caer las relaciones (“The Echo of Pleasure”) y sobre llegar a un punto en el que las únicas expectativas que queremos cumplir son las propias (“Anymore”). Kip Berman no se propuso innovar en este disco, y habrá quien crea que eso es un error. Lo cierto es que conoce bien las fórmulas del pop y se ha propuesto hacer con ellas un buen disco, nada más, y lo logró. Un disco que hablara sobre la gente a la que queremos con las melodías con las que nos sentimos a gusto.

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