Por Paula Namur // Fotos: Víctor Ruiz Septiembre 22, 2017

Es jueves al mediodía y el barrio Franklin está en pleno movimiento. Falta un día para que comience el fin de semana largo de Fiestas Patrias, y los niños salen de los colegios vestidos con trajes típicos, mientras el comercio se intensifica. Pero unas pocas cuadras más allá el histórico barrio Huemul, que se distancia del ruido y el movimiento, pareciera estar detenido en el tiempo. Sólo algunos transeúntes y perros vagos rompen la quietud del sector.

Ubicado a pasos del metro Franklin, el barrio Huemul data de comienzos del siglo XX, cuando se promulgó la Ley de Habitaciones Obreras de 1906, en un intento por solucionar el problema de las viviendas de bajo costo. De la mano de uno de los arquitectos más reconocidos de Chile en la época, Ricardo Larraín Bravo, el objetivo era transformar un sector del sur de la comuna de Santiago —donde hasta esa fecha predominaban casas de construcción precaria— en un modelo de barrio obrero, ligado al desarrollo industrial. De hecho, en sus alrededores se ubicaban varias fábricas, como la de cartuchos y artificios del ejército (Famae), la de vidrios, y una refinería de azúcar.

El proyecto, construido entre 1914 y 1917, incluyó 166 viviendas, el edificio de la Caja de Ahorros, un teatro, colegios, una iglesia (Santa Lucrecia) y una escuela, todo alrededor de una plaza. “Benjamín Vicuña Mackenna había bautizado al barrio Franklin como ’Potrero de la muerte’, porque ahí funcionaba el matadero desde 1847 y además porque estaba en la periferia y era peligroso. En esa época, Santiago llegaba hasta Av. Matta”, dice Rubén Riquelme, vecino del sector y socio de Puelmapu Turismo Sustentable, que hace recorridos guiados a pie y en bicicleta por este lugar. “El objetivo era dignificar a la clase obrera, por eso en estos edificios realizaban conferencias y les enseñaban a las personas a ahorrar”, añade Riquelme, asegurando que otro de los objetivos era que los vecinos no necesitaran ir al centro a abastecerse.

En marzo del año pasado, el barrio fue declarado zona típica por el Consejo de Monumentos Nacionales.

Sin duda uno de los inmuebles más representativos del sector es el Teatro Huemul, que desde el año pasado tiene categoría de monumento histórico y cuya estructura original se conserva hasta hoy pese a los terremotos que lo han azotado. Conocido como el “Teatro Municipal Chico”, por su elegancia y estilo victoriano, tiene tres niveles, un gran espacio central en el primer piso y balcones interiores que permiten ver el escenario desde los pisos superiores. Su interior está pintado en colores blanco y dorado y su lucarna permite que el teatro se inunde de luz.

Algunos de los materiales usados para su construcción fueron traídos desde el extranjero, todo un lujo para el sector y la época. Con capacidad para 300 personas, desde un comienzo fue utilizado como centro de encuentro social, teatro y lugar de conferencias.

Entre los vecinos circulan versiones de que hasta Carlos Gardel cantó en el lugar en la década del 20. Pero en sus cien años de historia ha sido testigo de matrimonios, fiestas, e incluso videoclips y películas como No fueron grabadas en este lugar.

Últimamente ha sido escenario de eventos políticos. En 2013 la presidenta Bachelet utilizó este recinto para presentar su programa de gobierno. Más recientemente la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez dio a conocer en ese lugar a su comando de campaña y luego fue escenario de la constitución del Movimiento Autonomista.

Ya sea en los distintos eventos o en recorridos guiados, sin duda es un lugar que vale la pena visitar para entender parte de la historia del desarrollo arquitectónico y social de Santiago.

Más información en rutaspuelmapu@gmail.com

 

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