José Alcalde Délano 10425, Local 26. Lo Barnechea.
Su nombre alude a la duna más grande de Latinoamérica, ubicada en el corazón de Atacama y cuyos dueños, amantes de las motos, ven cada verano como objeto de deseo. Tras subirla —o no—, suelen pasar a la costera Bahía Inglesa. Fue hace un par de años, tras gozar de su peculiar cocina de salteados, frituras, salsas peruanas y orientales de sitios como El Plateo, que decidieron emular ese gusto en La Dehesa. Otro desafío, quizá tanto o más complejo que subir más de medio kilómetro de arena en dos ruedas, es que no ha sido fácil crecer donde se instaló Medanoso Rooftop con esta amplia terraza techada: un centro comercial (Patio La Dehesa) de reciente construcción, donde al menos un par de comedores ya cerraron sus puertas al poco andar.
Cerca y en otros minimalls las cosas no andan mejor. Algo que, de algún modo, aporta mérito a una propuesta sustentada ante todo en la comodidad. Espacios bajo techo, al aire libre; una gran mesa para compartir, sillas altas, bajas, sillones que pueden ser poco aptos para comer, pero excelentes si se quiere departir con un trago en la mano. Todo se suma a platos de porciones abundantes, buen producto y, por lo general, rondando sabores reconocibles. Por ejemplo, en el Cebiche de la casa ($ 10.900), de buenos cubos de pescado, colas de camarones, pulpo y, ante todo, con sazón fresca y comedida en picores. O un Filete asaltado ($ 11.900), donde pese a exagerar un poco con la medida de los trozos de carne, se trata de un corte blandísimo y dúctil para una salsa de carne sabrosa y bien matizada por tomates, cebolla y papas fritas hechas a la minuta.
La lista es larga en platos, una sección de sándwiches con ingredientes a elección, ensaladas, aparte de selecciones específicas que cambian a diario, donde prima la inventiva del chef ($ 14.900) y que pueden resultar o no, como cuando presentó dos grandes cortes de atún, pero con una salsa demasiado ligosa y agridulce. Un descalce aparte de toda inspiración cocinera, pero que no le baja el perfil a un sitio donde luce la eficiencia —buenos sus jugos en el área bebestibles— y, sobre todo, supo encontrar la veta para destacar y mantenerse como restobar en un barrio deseado, pero difícil de conquistar.