The Deuce, por HBO.
Una Nueva York sucia y decadente, donde Times Square es un pudridero atiborrado de prostitutas, proxenetas y sueños rotos es la carne de The Deuce, la nueva serie de David Simon (The Wire) y George Pelecanos. Esta crónica del auge de la industria del porno en los años 70 es una historia que ocurre en las calles, donde el sexo y la violencia van inevitablemente de la mano.
The Deuce tiene algo de ese ritmo frenético de Escándalo americano, de David O. Russell, o bien podría ser la precuela de Boogie Nights de Paul Thomas Anderson, en que Mark Wahlberg era una estrella del porno en la otra costa, en California. Pero tampoco cae —al menos en su primer capítulo, disponible en HBO Go, a la espera de su debut, el 17 de septiembre— en esa trampa narrativa que convierte a este tipo de producciones de época en un Wurlitzer de canciones y grandes éxitos.
The Deuce es una serie cinéfila, que tributa
—Mondo Trasho, de John Waters, y El conformista, de Bertolucci, comparten cartelera en la Nueva York de ese entonces— y respira cine, un relato coral construido con muchas historias, donde todas —lo que no siempre ocurre— nos importan. Una es la de James Franco, —un tanto insoportable en su hipsterismo del último tiempo— que aquí resulta perfectamente soportable en su papel de Vincent Martino, un barman que en un solo episodio deja a su esposa, renuncia a un trabajo en Brooklyn y salva de la quiebra a un restaurante coreano en Manhattan. Su estrategia es simple y contundente: lo convierte en una suerte de café con piernas o, para ser más precisos, en un bar con piernas, mientras debe lidiar con los problemas de su hermano mellizo, adicto al juego y endeudado con media Nueva York.
Su contraparte es Candy, interpretada por la gran Maggie Gyllenhaal, una prostituta que trabaja por su cuenta, sin rendirle cuentas a nadie. Candy es una profesional, sabe que esto es un trabajo, pero hasta puede ser tierna con un cliente que es casi un niño un poco mayor que su hijo, que vive junto a su abuela. Candy no se queja, pero intuimos su dolor y un gran personaje por venir. Los destinos de Vincent y Candy se cruzarán con las vidas al límite de personajes tan opuestos como un chulo inescrupuloso y explotador (Gary Carr) y una guapa y cándida estudiante (Margarita Levieva) de Literatura de NYU que es detenida por comprar drogas.
The Deuce es ambiciosa, promete convertirse en uno de los mejores estrenos del año y tiene la fórmula ideal para desintoxicarnos de tantos dragones y sexo de matiné. Aquí no hay fantasía posible: sólo un golpe de realidad, duro, incómodo y directo al corazón.