Por Diego Zúñiga Octubre 13, 2017

Micah P. Hinson Presents The Holy Strangers.

Puede que alguna vez la voz de Micah P. Hinson lo haya sido todo: la fascinación y el desconcierto, el desgarro y la vida. Cualquier historia que lo tenga como protagonista dice que lo más singular de este cantautor de Memphis es esa voz carrasposa que parece venir de un lugar lejano, quizá del pasado —alguien menciona a Johnny Cash, otro a Tom Waits, y los nombres de Leonard Cohen y Nick Cave también aparecen como fantasmas—, pero lo cierto es que Micah P. Hinson ha venido trabajando, también, con mucha intensidad en el sonido que caracteriza sus atmósferas —el trabajo con las cuerdas, el manejo sutil de algunas distorsiones—, ese mundo oscuro por el que transitan sus historias de amor y de afectos rotos.

Después de tres años de silencio discográfico vuelve con Micah P. Hinson Presents The Holy Strangers, un álbum de catorce canciones en el que aborda la historia de una familia en tiempos de guerra, una historia trágica, por supuesto, como todas las que ha contado Micah P. Hinson en estos años, desde que debutara con el sorprendente Micah P. Hinson and the Gospel of Progress. Aquí, sin embargo, sus atmósferas parecen más ambiciosas —no tiene miedo de quedarse en silencio un buen rato y dejar que la música lo envuelva todo— y su tono además adquiere por momentos ciertos tintes bíblicos, casi proféticos: Micah P. Hinson suena, efectivamente, como un profeta, un viejo sabio que parece haber sobrevivido a todo y que nos puede decir unas cuantas verdades. En un momento, de hecho, “Micah Book One” toma la palabra y lanza un discurso tremendo, justo en la mitad del álbum, para luego dar paso al cierre de esta historia, las últimas canciones, pequeños momentos de alegría que surgen en medio de la oscuridad. Porque, finalmente, de eso se trata todo, siempre, con Micah P. Hinson: descubrir la forma de encontrar un poco de belleza en medio de tanto desamparo, cuando parece que perdimos todo, cuando ya no queda nada.

Relacionados