Por Alejandra Costamagna Diciembre 22, 2017

Imagen f-los-tristisimos-veranos-de-la-prin (40256006)Una princesa sin final feliz

Los personajes creados por Carla Zúñiga son seres con una identidad que siempre está en tensión; sujetos esperpénticos, cargados de un humor tan ácido como desquiciado. Así ocurre en Los tristísimos veranos de la princesa Diana, donde la dramaturga toma como excusa la figura de Lady Di para armar un relato que habla de patriarcados y violencias de género, de rupturas con los roles asignados, de soberanas que desafían las órdenes de sus reinos. Dirigida por Javier Casanga y su compañía La Niña Horrible, la obra es un cuento de hadas macabro, la historia de una princesa sin final feliz. Una fábula grotesca que exacerba el kitsch y la farsa en todos sus niveles. En el delirante texto, para empezar. Pero también en el trabajo de diseño escenográfico y de vestuario y en las actuaciones del elenco completo, encabezado por David Gaete, brillante en su rol de la atribulada Diana.

Festival Santiago Off. Teatro Nacional. Del 25 al 27 de enero.

Yo, planta

estado vegetal.jpg“Casi todo el reino vegetal funciona como un colectivo, una sola voz compuesta por varias otras, pero nunca como un ser solo”, dijo Manuela Infante en una entrevista. Palabras claves para entrar al mundo de su obra más reciente: Estado vegetal. Se trata de un unipersonal interpretado con maestría por Marcela Salinas, que nace de un cuestionamiento al lugar antropocéntrico del teatro y recoge ideas de la neurobiología para explorar conceptos como “inteligencia vegetal” o “alma vegetativa”. Dos anécdotas articulan la trama: un hombre queda en estado vegetal tras chocar en su motocicleta contra un árbol, y una anciana se va mimetizando con las plantas de su casa hasta ser abducida por ellas. En ambos casos vemos que la naturaleza estaba ahí desde antes y ahora parece cobrar su lugar en el mundo. Infante y Salinas enfrentan acá el desafío de vegetalizar la mirada. Y ahí estamos nosotros para vegetalizarnos con ellas.

Festival Stgo. a Mil. Centro GAM. 18 al 21 de enero.

Bárbaros en casa

Donde viven los barbaros.JPG“Qué bárbaro”, dirá uno de los personajes de la obra Donde viven los bárbaros, escrita por Pablo Manzi. Esa frase desencadenará una seguidilla de dudas y paranoias entre los asistentes a una reunión familiar. Sabemos que el hombre de la frase ha regresado a Chile tras una estadía en África, a cargo de una ONG que promueve vías democráticas para zonas en conflicto. Sabemos que su madre acaba de morir y que sus últimas palabras han sido: “Mira a tus hermanos”. Pero él es hijo único y ahora le interesa desentrañar ese misterio. Entonces todo se complica: una niña muerta, neonazis rondando, prostitutas asesinadas, un ex policía que hace dinámicas de roles, una mujer griega que busca una democracia sin blancos. Y, de fondo, al acecho, la inquietante figura de los bárbaros. Una obra tan fresca como reflexiva, que da cuenta del agudo sentido del humor de Manzi y la compañía Bonobo.

Festival Juan Radrigán. Plaza Santa María, Quilicura. 25 de enero.

Las bambalinas del Ictus

ESTO-NO-ES-UN-TESTAMENTO-ICTUS-17.jpgTesón es la palabra que mejor define a Ictus, la compañía independiente que se instaló a fines de los 50 en Chile como contrapartida a los teatros universitarios y se transformó muy pronto en un grupo de vanguardia. Por Ictus pasaron desde Víctor Jara hasta José Donoso. Pasó la Unidad Popular, la dictadura, la llegada de la democracia y ellos siguieron ahí. En Esto (no) es un testamento, dirigida por Ítalo Gallardo y Pilar Ronderos, nos adentramos en su historia a través de materiales de archivo, fotografías, objetos, proyecciones y testimonios directos de Paula Sharim, María Elena Duvauchelle y José Secall, además del contacto vía Skype con Nissim Sharim. En este nutrido diálogo entre documento y ficción vemos la historia de un grupo de artistas, de una compañía teatral y de un país en constante transformación, dibujado de fondo. Un ejercicio de memoria, que fluye alejado de las sacralizaciones y los palmoteos gratuitos.

Festival de Teatro Adulto. Corporación Cultural de La Reina. 10 de enero.

El hijo de la peluquera

Hilda Peña.jpgTres talentos juntos: Isidora Stevenson, Aliocha de la Sotta y Paula Zúñiga. La primera escribió la obra Hilda Peña, la segunda la dirigió y la tercera la interpreta. El montaje fue premiado en la XVI Muestra de Dramaturgia Nacional y, tras varias reposiciones, vuelve en un ciclo especial. El punto de partida es un hecho ocurrido en 1993: un comando del Movimiento Juvenil Lautaro asaltó un banco en Apoquindo. Los lautaristas intentaron huir en una micro, pero fueron masacrados por la policía a los pocos minutos. Stevenson aborda la historia íntima y ficticia de la madre adoptiva de uno de los atracadores. Es el día del asalto y la mujer, una peluquera de barrio, se entera de la noticia por la televisión. Y lo que vemos en escena es el dolor y la confusión de la madre ante esta muerte inesperada. La actuación de Paula Zúñiga en el rol de Hilda Peña es tan conmovedora que dan ganas de subirse a llorar con ella.

Ciclo Teatro UC. 3 al 6 de enero. 

Bichos raros

c-b7c4c7ac0a.jpgEl montaje trata de la fealdad y el defecto, pero es hermoso. El trabajo que hace Aline Kuppenheim en Feos, primera obra para adultos que dirige (luego de El capote o Sobre la cuerda floja), conmueve por el minucioso trabajo con marionetas y animaciones que reproducen la gestualidad humana. Y va más allá con las voces grabadas de los actores que dan vida a las marionetas. El dramaturgo Guillermo Calderón tomó del cuento “La noche de los feos”, de Mario Benedetti, sólo la anécdota (un hombre y una mujer con rostros deformes se conocen en la fila del cine y pasan la noche juntos) para indagar en lo que significa ser observados como distintos, como bichos raros. Y lo hizo sin gravedad, con un delicado sentido de la cotidianeidad y la cuota justa de humor que la historia amerita. Un trabajo imperdible.

Selección Mori 2018. Sala Mori Bellavista. 16 al 20 de enero.

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