• Peroni Nastro Azzurro, Italia
Algunos restaurantes adelantados ya la tenían en sus cartas —como Signore en Las Condes—, pero esta temporada ya se instaló de manera, digamos, oficial. Llega con un cartel de cerveza popular, entre el segmento de las industriales y lagers, se entiende. Tan reconocida, que es la única que le hace contrapeso a la popular Birra Moretti. Tiene harta hinchada porque ofrece a la vista un color dorado claro, limpio, con una espuma firme y blanca; como todas las de su estilo, a la nariz es tímida, quizá con algo de malteado que le insinúa un poco de peso. Es en la boca donde hay más expresión. Se desliza fresca y ligera, con ese toque maltoso tenue que ya se había adivinado al olfato. Esto le aporta un cierto redondeo y carácter. Un producto que tiene personalidad y se alza como un grato aperitivo, digno de una tarde de terraza.
Disponible en supermercados. Precio de referencia: $ 5.500 (empaque de seis botellas).
• Barrica de Mahou, España
Es la más singular del grupo, parte de lo nuevo llegado a Chile desde la casa madrileña Mahou. Desde hace años que tiene presencia en el país, pero no con este tipo de botellas con tanto carácter. Se trata de una familia de cervezas envejecidas en barricas de roble luego de su fermentación. En este caso, se habla de la “original”, es decir, una que ha pasado tres meses dentro de la madera, aportándole lo que ese material sabe hacer: notas de caramelo, de vainilla, de toffee y una serie de sensaciones que en una cerveza tipo ale aparecerían dulces, empalagosas. Acá no, o no tanto. Al acoplarse a la lager, se mantiene ese perfil seco y un tono hasta refrescante, sobre todo en boca, a la vez que aporta un carácter distintivo. Para estos tiempos de media estación, es un producto ideal. Para acompañar un asado con aves y cerdo, o una tabla de charcutería, también. Cómo no.
Disponible en La Vinoteca. Precio de referencia: $ 1.490 bot. de 330 cc.