Por Yenny Cáceres Marzo 2, 2018

El proyecto Florida, de Sean Baker.

Todo en esta película es una ironía triste e incómoda. Partiendo por su título, El proyecto Florida, que alude a la idea que tuvo Walt Disney en los años 60 de crear un parque de entretenciones y una ciudad futurista en el estado de Florida. El parque hoy es Disney World, uno de los más famosos del mundo, mientras que Walt Disney murió antes de poder concretar su ciudad utópica.

El director Sean Baker sitúa su película en los bordes geográficos de ese mundo de fantasía que es Disney World, y coloca a sus protagonistas en un motel de mala muerte que se llama El Castillo Mágico, lo que —es fácil adivinar— es otra ironía, porque acá no hay magia alguna y el castillo de Disney no es más que un fantasma. Quienes viven aquí son los marginados de la sociedad estadounidense: madres solteras, desempleados o inmigrantes que transitan por un limbo de incertezas.

Baker parece empeñado en filmar la pesadilla del sueño americano. Su anterior película, Tangerine —que se hizo conocida porque la filmó con un iPhone—, mostraba la vida de dos prostitutas transgénero en el distrito rojo de Los Ángeles. Ahora su protagonista es Moonee (Brooklynn Prince), una niña de seis años que intenta gastar las horas eternas de sus vacaciones de verano como lo haría cualquier otro niño: jugando a lo que sea. Su madre, Halley (Bria Vinaite), apenas sobrevive vendiendo perfumes a los turistas, y lo único parecido a una figura protectora es Bobby (Willem Dafoe, que postula al Oscar por este papel), el administrador del motel.

Esta vez Baker quiso filmar en 35 mm y de una manera muy estilizada, con colores pastel y planos cuidadosamente estudiados, como una manera de acentuar la precariedad y las contradicciones de la sociedad norteamericana. El resultado es feroz, porque Baker no cae en la denuncia fácil ni juzga a sus personajes. Es mucho más sutil y, al mismo tiempo, desolador, porque todo está contado desde la mirada de Moonee, con toda la inocencia y el arrojo que sólo una niña de seis años puede tener.

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