Salir mal en las fotos también es un arte. En todas las familias están los que insisten en salir con los ojos cerrados, con cara de curado o sencillamente los que no aparecen. Sobre escritores con talentos de este tipo escribe Manuel Vicuña en Fuera de campo, un conjunto de siete retratos de chilenos dislocados: mujeres y hombres que vivían -y escribían- más o menos lejos del canon, de su tiempo o de los caprichos del mercado. De Carlos Pezoa Véliz a Mauricio Wacquez, los apuntes de Vicuña, historiador y académico, no pretenden resumir una vida entera, sino retratar episodios más o menos recurrentes que permiten entender a un escritor y, con un poco de voluntad, al Chile del siglo XX. Pero, más allá de las curiosidades biográficas, Vicuña logra un registro profundamente coloquial y cuidado, una rareza -todo sea dicho- en los tiempos que corren. Así nos enteramos de los tristes días del Paco Lira en París o de las idas y vueltas de Marta Vergara con el Partido Comunista, y no sólo la literatura chilena parece más amplia y menos asfixiante, sino que un poco mejor escrita. En fin, el libro vale por muchos motivos, pero sobre todo porque es un goce leerlo.
En librerías a $ 12.000.