Poco antes de morir en París, el músico Ángel Parra tuvo un sueño: hacer un concierto sinfónico a partir de Las últimas composiciones de Violeta Parra (1966), el disco más famoso de su madre. “Él quería venir a Chile en pleno tratamiento de quimioterapia para empezar a planearlo con la gente del coro del Teatro Municipal. No se pudo porque mi papá no pudo viajar. Fue muy triste; lo del cáncer fue espantoso. Y es ese anhelo de hacer lo que no pudimos hacer hace dos años lo que nos impulsó a concretar ese sueño”, explica Ángel Parra hijo, quien se unió a su hermana Javiera para versionar ese disco y realizar el concierto que su padre no alcanzó a organizar.
Después de una gira por Europa, el show llega este 8 de diciembre al Teatro Municipal con varias novedades: “Va a tener una fuerte participación del coro, que en algunos temas cantará a capela, sin la banda —explica Ángel Parra—. Ahí está la influencia de mi padre, de los discos que hizo con formato sinfónico. En vez de utilizar la orquesta sinfónica, el coro va a cumplir esa función armónica más asociada a la música docta, la que, mezclada con nuestros instrumentos, más folclóricos, crea un color increíble. Incluiremos también ‘El Gavilán’, una canción muy difícil de interpretar”.
—¿Qué tanto de impulso hubo en la decisión de versionar a Violeta Parra?
—Tiene que ver con un momento de mi vida en que tomé las riendas de todo lo que quiero hacer a nivel artístico. Tengo 51 años y este atrevimiento de versionar un disco tan respetado, a la vez siendo nieto de Violeta, era un desafío. Lo que más me entusiasma es poder decir con mucha autoridad que llevo 30 años interpretando su música, que todo ha sido gradual, no es un aprovechamiento.
—¿Por qué este disco, en específico?
—La idea fue retomarlo para entusiasmar a los jóvenes con la obra de Violeta. Este disco no es parte de la Fundación Violeta Parra, no está editado, se encuentra en el Persa por 40 o 60 lucas y son las mejores canciones de ella. Como es una idea que parte cuando a mi papá le dicen que tiene cáncer, también está relacionado con cosas sentimentales y bastante trágicas. Todo eso le da al disco una profundidad doble.
—¿Venir desde el jazz y el rock te dio cierta libertad al abordar la música?
—Absolutamente. Con mi hermana nunca nos esclavizamos con el repertorio de Violeta Parra ni con el de mi papá. Nunca fuimos “hijos de”. Nuestras carreras tienen un peso sólido. El folclor viene a refrescar nuestras vidas de cincuentones, porque entenderlo tiene que ver también con los que ya se fueron, con las pérdidas, con los tesoros perdidos, con esos oficios que ya no existen y que Violeta amaba tanto. El folclor me brota con naturalidad.
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