Por Carl M. Cannon Editor de Real Clear Politics Diciembre 27, 2012

El presidente ha dado pistas -y en algunos casos, ha prometido- de que pretende ser un líder más fuerte en este segundo mandato. También ha asegurado a los grupos latinos que tendrá una nueva legislación migratoria en este período. 

Esa es su idea: ser un presidente activista que aparentemente deja que sus verdaderos instintos (liberales) salgan. Veremos si tiene éxito. Un signo temprano puede ser cómo maneja las iniciativas legales para restringir las armas de fuego tras la matanza en Connecticut. Después de que la congresista Gabrielle Giffords fuera atacada en Tucson, hace dos años, Obama instruyó al Departamento de Justicia que propusiera ideas para atacar la violencia con armas de fuego. Pero esas recomendaciones fueron enterradas hasta después de la elección. Hasta ahora, él no había querido agitar las aguas en este tema, ni mucho menos. Ahora que no puede ir a otra reelección, no hay mucha razón para postergarlo. 

Su postura en la discusión sobre el “precipicio fiscal” es otro ejemplo. En sus primeros dos años de ejercicio, los demócratas tenían considerables mayorías en el Senado y en la Cámara, pero el presidente no tocó las exenciones fiscales de la era Bush. Ahora está aferrado a la línea de su partido, de subirles los impuestos a los más acaudalados. Lo que toda esta discusión fiscal revela sobre Barack Obama es que él puede ser un político pragmático y negociador. Pero ahora tiene que encontrar una verdadera manera de traer al partido de vuelta del precipicio. 

En cuanto a sus desafíos, la economía de Estados Unidos aún está mal, a cuatro años del inicio del mandato de Obama. Liberales, jóvenes, latinos, afroamericanos, gays, demócratas activistas y una mayoría de independientes de centro aún gustan de él. Pero es hora de que empiece a mostrar resultados. 

¿Cuál será el legado de Obama? Eso está por verse. Pero sea lo que sea que pase en su segundo período, siempre será recordado como una figura histórica y un pionero. No sólo es el primer presidente afroamericano, sino además el primer huésped de la oficina oval que no es un hombre blanco. Eso no es poco. 

En cuanto a logros de políticas públicas, también será recordado como la persona que extendió el acceso a un seguro de salud a millones de estadounidenses. Pero si no puede ordenar las finanzas del país, creo que principalmente será recordado como una figura histórica simbólica cuyo talento retórico no fue suficiente para superar su falta de experiencia ejecutiva. 

 

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