Un día después de asumir la presidencia de México, el 1 de diciembre del 2012, Enrique Peña Nieto logró un acuerdo inédito. En el Castillo de Chapultepec se reunieron los dirigentes de las principales fuerzas políticas de ese país para firmar el Pacto por México. El acuerdo, en grandes líneas, plantea las reformas que necesita esa nación para pavimentar su camino al desarrollo. Además, puso fin a más de 15 años de intensas divisiones políticas.
El documento es la cara más visible de la nueva imagen que Peña Nieto quiere imprimirle a su partido, el PRI, colectividad que durante los 70 años que estuvo a la cabeza de México se vio teñida por acusaciones de corrupción y clientelismo político.
A este respaldo institucional se suma el buen momento económico que vive México. En 2012 creció un 3,3%, y para este año las proyecciones apuntan al 3,5%, según cifras gubernamentales. Todo esto ha transformado a ese país en uno de los referentes de la región. “Durante mi gobie rno, el diálogo y la cooperación con América Latina y el Caribe serán fortalecidos y se relanzarán relaciones estratégicas para nuestro país con la región”, adelanta Peña Nieto.
Así, y luego de más de una década mirando principalmente al norte, México se dispone a retomar una posición destacada en Latinoamérica. E, incluso, disputarle el liderazgo a Brasil.
Por ello, Enrique Peña Nieto llega a Santiago convertido en una de las figuras más destacadas de las cumbres Celac y Celac-UE. Pocos días antes de su aterrizaje en Chile (el viernes pasado) junto a su mujer, la famosa actriz Angélica Rivera, el presidente mexicano respondió las preguntas de Qué Pasa.
-Algunos analistas han planteado que uno de los grandes desafíos de México es recuperar su sitial de liderazgo en Latinoamérica, el cual le ha sido arrebatado en los últimos años por Brasil.
-En esta era de globalización cada actor tiene su espacio. México hará lo que le corresponde como un actor con responsabilidad internacional. Creciendo hacia el interior y haciendo realidad las reformas estructurales que requiere el país, construiremos un México fortalecido en lo interno, para participar con mayor vigor en lo externo. En este sentido, creo que México está en una coyuntura muy positiva. Nuestro país está atrayendo inversiones y sus expectativas de crecimiento son favorecedoras, incluso comparado con otros países de la región. Por eso, vamos a redoblar esfuerzos de promoción económica y apoyaremos el fortalecimiento de los mecanismos existentes para incrementar la presencia de empresas mexicanas en los mercados del continente.
-¿Qué importancia le da a la Alianza del Pacífico en este contexto?
-La Alianza del Pacífico está concebida para impulsar el despegue de América Latina y el consecuente apuntalamiento de la economía global. América Latina tiene un papel muy importante que desempeñar en la conformación de los nuevos ejes económicos mundiales, y la cuenca del Pacífico representa una oportunidad que no podemos ni debemos dejar pasar de largo como región. En este marco, debemos redoblar esfuerzos para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. La Alianza del Pacífico es un mecanismo que vamos a aprovechar sin descuidar, desde luego, el multilateralismo que debe primar en el diálogo con toda la región de América Latina y el Caribe en su conjunto.
-Ad portas de la Cumbre Celac-UE que se desarrollará en Santiago, muchos aseguran que Latinoamérica por primera vez deja de ser parte del problema y se convierte en parte de la solución a la crisis financiera que enfrenta gran parte del mundo.
-Gracias a las lecciones del pasado y a su disciplina actual, Latinoamérica puede ser una importante fuente de recuperación económica mundial. El comercio total de México con Europa, por ejemplo, se ha más que duplicado de 2003 a 2012. Este intercambio puede fortalecerse aún más. Estoy convencido de que el libre comercio es un motor de nuestro desarrollo económico y social. Ambas regiones necesitamos consolidarlo. De igual manera, México estará emprendiendo reformas y políticas públicas en favor de la productividad que, sin duda, generan áreas de oportunidad para capitales y empresas que deseen diversificar sus inversiones y contribuir así al crecimiento económico mundial.
-Con todo, hay que reconocer que en América Latina conviven al menos dos modelos muy distintos. Su antecesor, el derechista Felipe Calderón, adhirió a la Alianza del Pacífico, bloque que defiende el libre comercio. Usted pertenece a un partido ligado a la izquierda, ¿se siente cómodo participando sólo en esta Alianza o tiene pensado adherir también a instancias como Mercosur o el ALBA?
-Mi partido privilegia el pragmatismo y los acuerdos para dar resultados, más allá de posiciones ideológicas. En este sentido, mi gobierno impulsa un diálogo nacional con todas las fuerzas políticas con el propósito de proveer a México las herramientas necesarias para forjarse un futuro sólido y de oportunidades. Un ejemplo claro de ello es el Pacto por México, firmado por las principales fuerzas políticas del país, a través del cual se busca impulsar de manera conjunta el avance de México por medio de la aprobación e implementación de reformas estructurales. Por otro lado, estoy convencido de que la apertura comercial es buena para México y el mundo, así lo he expresado en los múltiples foros.
NARCOTRÁFICO Y VIOLENCIA
-El narcotráfico es posiblemente el problema más grave que vive hoy México. Líderes latinoamericanos han planteado la legalización de las drogas blandas para combatirlo, pero Estados Unidos se opone. ¿En qué vereda de este debate se para usted?
-El verdadero problema de México es la violencia. La legalización de algunas drogas no es la solución. Sin embargo, estoy abierto a que se debata. La violencia está relacionada con la falta de oportunidades y con instituciones de seguridad y justicia débiles. Cualquier debate debe darse de manera seria a nivel internacional, o por lo menos hemisférico, incluyendo necesariamente a Estados Unidos. México no puede tomar esta medida de manera unilateral porque resultaría contraproducente.
-El narcotráfico trae consigo, además, el problema de la seguridad pública. ¿Qué metas se ha planteado en este tema clave? ¿Y cómo espera alcanzarlas?
-Uno de los principales retos que enfrenta México es devolver a sus ciudadanos la paz y la libertad que les han sido arrebatadas por la violencia. El objetivo de la Política de Estado por la Seguridad y Justicia de los Mexicanos -firmada en diciembre pasado- es reducir los tres crímenes que más afectan a la sociedad mexicana: los homicidios, el secuestro y la extorsión. Habrá una coordinación real y efectiva; la prevención del delito tendrá un peso mayor, al igual que la protección y respeto de los derechos humanos. Para lograr disminuir la violencia, también tendremos que transformar nuestras instituciones policiales y de procuración de justicia. Contaremos, por ejemplo, con una Gendarmería Nacional que tendrá presencia en aquellos municipios y territorios de mayor debilidad institucional.
-En México hay un grupo grande de escépticos que creen que una administración priista será incapaz de combatir la corrupción y las prácticas clientelistas. El pasado del partido, en esta línea, no provee los mejores augurios.
-Los priistas estamos orgullosos de los logros de nuestro partido durante el siglo XX, pero también estamos conscientes de que, como en cualquier partido, los errores han existido. Lo importante es aprender de ellos para no repetirlos. A partir de la alternancia en el año 2000, el PRI ha sabido renovarse y convertirse en un partido político competitivo, que sabe ganar elecciones democráticamente, reconocer sus derrotas y, sobre todo, gobernar pluralmente, con transparencia y rendición de cuentas.
MIRADA ECONÓMICA
-Su gobierno se ha perfilado como uno que dará gran importancia a la economía. Además de la reforma laboral que acaban de aprobar, ¿cuáles son las reformas pendientes en este sentido?
-México puede crecer a tasas mayores, de manera sostenida. Lo principal es que los ciudadanos tengan más y mejores empleos. Esto redunda en una mejor calidad de vida, en menos pobreza, menos delitos y menor violencia. Por eso, es necesario que avancemos en el camino de la productividad y las reformas estructurales que el país reclama desde hace ya muchos años. La reciente firma del Pacto por México, que he mencionado, ha sido el primero de los varios pasos que hemos de dar encaminados hacia un futuro sólido, de desarrollo sostenido y de igualdad de oportunidades. Acompañando a las reformas laboral y educativa, impulsaremos otras reformas en los ámbitos de telecomunicaciones, competencia, fiscal, energético y de seguridad social, a fin de dotar a México del andamiaje legal e institucional que le permita despuntar y aprovechar al máximo todo su potencial.
-Usted ha anunciado la privatización de ciertos porcentajes de la industria petrolera. ¿Cuál será el mecanismo utilizado? ¿Cuenta con la aprobación ciudadana y política para llevar a cabo este proyecto?
-En ningún momento he anunciado la privatización de la industria petrolera de mi país. Lo que sí he enfatizado, es la necesidad de una reforma en materia energética en la que, sin renunciar a la propiedad estatal de los hidrocarburos, Petróleos Mexicanos (Pemex) permita mayor participación de capital privado en actividades de exploración y producción. Asimismo, se debe impulsar el aprovechamiento de energías limpias o renovables para cuyo desarrollo nuestra nación cuenta con condiciones privilegiadas. A fin de que el sector energético se convierta en una verdadera palanca de desarrollo, es necesario diseñar e instrumentar mecanismos novedosos de asociación con la iniciativa privada. Debe quedar claro que el Estado no renunciará a la propiedad ni a la rectoría sobre sus energéticos o empresas del sector.
-En México los empresarios son muy poderosos. Usted ha anunciado que atacará los monopolios existentes. ¿A cuáles se refiere en específico y cómo pretende combatirlos?
-No vamos en contra de una empresa en particular, sino a favor de los consumidores mexicanos en general. La competencia es un factor necesario para la innovación y el crecimiento económico. Por ello, en conjunto con las distintas fuerzas políticas del país, impulsaremos importantes reformas en materia de competencia, que permitan a los mexicanos disfrutar de productos de mejor calidad a menor precio. Es necesario contar con tribunales especializados en la materia, lo que permitirá avanzar en el combate a prácticas monopólicas, con plena certeza jurídica para las empresas.