“Casi por accidente me encontré explorando las redes sociales de una manera que no se había hecho mucho, y produje información de calidad”, cuenta Higgins desde Leicester. “La abundancia de información en línea puede usarse como fuente en un conflicto cada vez más cerrado”.
“Mis lectores saben cuando estoy 100% seguro de algo o cuando estoy dando mi opinión acerca de adónde apunta la evidencia. Por lo general, entrego todas las fuentes que estoy usando, para que mis lectores puedan confirmarlo ellos mismos”.
Eliot Higgins vive con su mujer y su hija en un departamento en un suburbio de Leicester, una ciudad en el corazón de Inglaterra, a mitad de camino entre Londres y Leeds. Por la mañana se levanta y se hace cargo de su hija. Toman desayuno. Después, mientras ella juega, Higgins se sienta en un sofá, conecta su computador y comienza a trabajar en el Brown Moses Blog. Así, este inglés de 34 años se ha convertido en uno de los principales expertos en las armas usadas en el conflicto en Siria y el responsable de haber revelado que Arabia Saudita estaba enviando armas a los rebeldes sirios y quien consiguió más evidencia para vincular al gobierno de Bashar al-Assad con los ataques de gas sarín.
¿Cómo un ex empleado administrativo -sin ninguna experiencia previa en periodismo ni investigación, que no habla árabe y nunca había estado en Siria- logró descubrir esos hechos, convertirse en fuente de medios como The Guardian y The New York Times y, de paso, transformarse en el mejor ejemplo de cómo la tecnología ha cambiado la forma en que funciona hoy el periodismo investigativo?
“Casi por accidente me encontré en una situación en la que estaba explorando las redes sociales de una manera que no se había hecho mucho, y produje información de calidad, lo que me permitió crear una reputación de trabajo confiable y único”, cuenta desde su departamento. “Por eso creo que la abundancia de información publicada en línea puede usarse como fuente en un conflicto cada vez más cerrado. No es de ninguna manera un registro completo o perfecto, pero es un recurso que no puede ignorarse y creo que en el futuro las organizaciones noticiosas que no lo aprovechen quedarán rezagadas”.
¿QUIÉN ES BROWN MOSES?
Higgins trabajaba como administrador de una ONG que ayudaba a refugiados a instalarse en Inglaterra, cuando en octubre de 2012 perdió su empleo. Fue entonces que, mientras buscaba un nuevo trabajo, se dedicó a cuidar a su hija y retomó el hobby que había iniciado en marzo de 2012: el Brown Moses Blog (http://brown-moses.blogspot.com/). El nombre, inspirado en una canción de Frank Zappa, era el nick que Higgins usaba online desde hacía más de una década para comentar noticias en distintos sitios web. “Cuando creé el blog, pensé que nadie lo iba a leer, así que no vi la necesidad de pensar en un nombre inteligente”, cuenta.
Sus primeros posteos, en abril de 2012, se enfocaron en el escándalo que sacudió a News Corp. Varios correos electrónicos del jefe de seguridad de una de las empresas de Rupert Murdoch -Ray Adams- llegaron a manos de un medio australiano, el que pidió la colaboración de sus usuarios para revisar los miles de e-mails. Higgins se sumó y comenzó a publicar en su blog los que le parecían más interesantes: los que conectaban a la compañía con hackers que habían atacado a uno de sus rivales. Fue entonces cuando lo comenzaron a contactar los primeros periodistas interesados en lo que posteaba.
Semanas después, su interés se trasladó a Siria. Ya tenía experiencia en Medio Oriente: durante la Primavera Árabe se había obsesionado con el tema, específicamente con Libia. Fue allí donde comenzó a usar las herramientas -YouTube, Twitter, Facebook- que se convertirían en su sello. Primero partió leyendo todos los artículos en inglés que encontraba sobre el tema, luego comenzó a revisar videos en línea y a recoger la información que tuiteaban periodistas desde ese país y que -se dio cuenta- en su gran mayoría no era publicada.
Pero a diferencia de Libia, la cobertura del conflicto en Siria tenía más obstáculos. Debido a las prohibiciones impuestas por el régimen a los periodistas, la cantidad de información disponible a través de los medios era -y sigue siendo- muy limitada. A eso se sumaba el hecho que ese país encabeza la lista de los más peligrosos para los reporteros: 50 han muerto desde que el conflicto comenzó en 2011, según datos del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, según sus siglas en inglés).
A pesar de estas restricciones, Higgins se dio cuenta de que en las redes sociales había mucho material disponible -videos, fotografías, tuits-. Como no dominaba el árabe, decidió concentrarse en los archivos visuales. Fue así como este ex fanático de los juegos de rol -World of Warcraft era uno de sus preferidos- empezó a revisar de manera obsesiva toda la información que podía encontrar. Uno de los métodos que usó fue crear listas de canales en YouTube, clasificados por región del país, lo que le facilita identificar las imágenes nuevas que aparecen. Partió con 15 canales, hoy revisa más de 700; y en un día puede llegar a mirar 300 videos.
“Hay todo tipo de técnicas: buscar la correspondencia de hitos geográficos en videos con imágenes de mapas satelitales para confirmar dónde fueron filmadas, revisar múltiples fuentes para confirmar que algo es preciso”, enumera Higgins. A tal nivel llegó su expertise, que empezó a poder distinguir los distintos tipos de armas que se estaban usando en el conflicto, incluso si sólo quedaban los restos después de una explosión. ¿Cómo? La mayoría de las armas tienen un número que las identifica y, por alguna razón, hay muchísima información en línea acerca de cada una: desde detallados planos, hasta qué países las producen. Y si Higgins no lograba averiguar algo, preguntaba a sus seguidores o en foros. Fue así que comenzó a ganar colaboradores, varios en la misma Siria, que le envían fotografías y videos.
Gracias a su seguimiento del conflicto, a principios de 2013 se dio cuenta de que empezaron a aparecer cuatro nuevas armas en manos de los rebeldes. Después de revisar y contrastar múltiples videos,logró precisar que estas armas aparecían consistentemente en manos del Ejército Sirio de Liberación y como parte de una ofensiva militar en el sur del país, en la frontera con Jordania. Otro detalle clave es que las cuatro armas estaban vinculadas a un país: la ex Yugoslavia. Con esta información, decidió aceptar la invitación que le había hecho el New York Times para escribir en uno de sus blogs. Cuando los editores del diario vieron los datos, le pidieron autorización para seguir investigando con sus fuentes. El resultado fueron dos artículos de primera página que lograron confirmar que Arabia Saudita, con el conocimiento de Estados Unidos, había comprado armas al gobierno croata para internarlas a través de la frontera jordana y entregárselas al Ejército Sirio de Liberación.
NUEVO PERIODISMO 2.0
Los descubrimientos de Higgins le ganaron el respeto de periodistas y expertos internacionales de armas y del conflicto sirio. Sin embargo, hasta principios de año no pagaban las cuentas. “En febrero de 2013 me ofrecieron trabajo como analista de inteligencia, pero éste me exigía dejar de postear acerca de Siria. Anuncié que iba a aceptar el puesto, pero fue entonces que mucha gente se ofreció a donar (dinero) para que pudiera continuar con mi trabajo, y me dieron la idea de financiar el blog vía crowdfunding”, comenta.
La campaña fue un éxito. Los alrededor de US$ 10.400 que recaudó le permitieron continuar con su trabajo y eso, sumado a otros proyectos, le aseguró el financiamiento hasta 2014. Pronto, incluso, dejará su departamento para instalarse en una oficina.
La información que ha producido le ha permitido trabajar con importantes medios, organizaciones como Human Rights Watch y Google Ideas, el think tank interno del buscador, y convertirse en un cotizado invitado a escuelas de periodismo. Porque, además de sus exclusivas, otra de las razones por las que Higgins ha llamado la atención es porque su estilo ha marcado un nuevo camino para el periodismo: uno que busca información en fuentes disponibles para todo el mundo, que explota la tecnología al máximo -desde el uso del blog como plataforma y las redes sociales como fuentes, hasta el crowdfunding como mecanismo de financiamiento- y que usa un estilo de trabajo que no busca competir, sino colaborar. Esto último es la base de su plan para 2014.
-En un posteo insinuaste que estabas trabajando en un importante proyecto relacionado con Siria. ¿Se materializó? ¿En qué otros proyectos estás trabajando?
-Estoy planeando lanzar un nuevo sitio web el próximo año, que reunirá a otros escritores como yo, que se han enfocado en temas muy específicos y escriben en detalle sobre ellos, usando en particular información de fuentes abiertas (YouTube, Twitter, documentos gubernamentales, etc.). Como parte de ese sitio, espero poder trabajar con Uncoverage, un nuevo sitio web de crowdfunding para periodistas investigativos, para ayudar a los colaboradores del nuevo sitio a recaudar dinero para su trabajo. (…) También planeo incluir mucha información acerca de cómo hacer el tipo de investigación que yo hago, hacerlo un lugar donde la gente pueda enseñarse a sí misma. Y si tengo tiempo, también voy a trabajar en un libro.
-¿Crees que los medios deberían estar haciendo el trabajo que tú haces?
-El problema es que esto es algo bastante nuevo, entonces no hay mucha gente que sepa cómo hacerlo. Mis planes a futuro están centrados en enseñarle a la gente cómo hacerlo, ya sean periodistas, personas de ONG, o quien sea.
-¿Te has equivocado en alguna publicación?
-Pienso que no, tiendo a dejar muy en claro cuando estoy trabajando con información parcial y que estoy dando mi mejor estimación, por lo que mis lectores saben cuando estoy 100% seguro de algo o cuando estoy dando mi opinión acerca de adónde apunta la evidencia. Por lo general, entrego todas las fuentes que estoy usando, para que mis lectores puedan confirmarlo ellos mismos. Cuando uno trabaja con información de fuentes abiertas, no hay motivos para no entregar tus fuentes.
-¿Te preocupa tu seguridad?
-No mucho, aunque probablemente evitaré los viajes a Rusia o Irán por ahora.
-¿Qué es lo que más te ha sorprendido de todo esto?
-He aprendido que a veces las organizaciones que uno asume saben sobre algo, en realidad no saben mucho. Es algo preocupante, pero a la vez empodera al individuo.