Por Felipe Bianchi Agosto 5, 2009

© Juan Pablo Sierra

Vitacura. Media tarde. En el piso 21 del edificio Millenium, sentado en el sillón de cuero negro frente a Maureen, su secretaria, espero al presidente de la Comisión Fútbol de la Universidad de Chile: José Yuraszeck.

Un gigantesco cuadro de Pedro Lira (al parecer una bucólica imagen de la laguna del Parque Cousiño a comienzos del siglo XX), las paredes enchapadas en madera y una que otra aparición de uno de los Picciotto -sus socios- reafirman que no estamos en la sede de Azul Azul, sino en las oficinas que Yuraszeck ocupa como gerente general de Viña Undurraga. Por eso, al lado del Lira cuelga un póster de Aliwen, uno de los vinos estrella de la casa. Llega Yuraszeck, sin corbata (no usa generalmente), y ofrece disculpas por el atraso. Se las acepto, tomando en cuenta la buena educación y que se percibe de verdad complicado porque dijo a las cinco y ya son… las cinco-cinco.

Vengo a hablar de fútbol. Sólo de fútbol. Bueno, casi.

-La caricatura del empresario, especialmente del empresario exitoso, y por extensión la de José Yuraszeck, es la de un hombre frío, que no transfiere nunca sus emociones a los negocios, que se cuida mucho de caer en eso. Sin embargo, con el fútbol usted es capaz de desmayarse, como le pasó hace poco celebrando el título de la U…

-Seguramente uno influye en que esas caricaturas se vayanformando, pero efectivamente mi frialdad es eso: una caricatura. Si usted les pregunta a los trabajadores de las empresas en las que he estado involucrado, se dará cuenta que, tal como me puedo emocionar con el título de la U, me emociono también con otras cosas…

-Lo del título es entendible, porque ocurre cada cinco años…

-Muy gracioso. Cada vez va a ser más seguido, no se preocupe… En todo caso, todas las cosas a las que dedico tiempo en mi vida me emocionan. Sin ir más lejos, hay pocas cosas más apasionantes que elegir un campo, que se plante, ver que madura la uva, que venga la vendimia y que eso después se traduzca en un buen vino… Yo llevo tres años en esto y tenemos vinos que han sacado muchos premios. Y eso emociona. Distribuimos vinos en 70 países. Y de repente ir caminando por una calle de Beijing y entrar a una tienda y ver una botella de Undurraga, emociona. Cómo no va a emocionar…

- ¿Sabe de memoria los 70 países donde hay vino Undurraga?

-Por supuesto. He visitado al menos 48 de ellos y conozco a todos los distribuidores. El mundo del vino es distinto al de otros negocios. Se establece una relación de amistad.

-¿La "familia del vino", como la "familia del fútbol"? Suena un poco chulo.

-Existe. No se burle.

-En el fútbol los procesos son más cortos. La gente cambia de club, los equipos se desarman, los procesos largos casi no existen…

 

-No estoy de acuerdo. Yo pienso que el fútbol -y en eso se parece mucho al vino- tiene dos ingredientes claves para triunfar: pasión y paciencia. Uno obviamente quiere ganar todos los partidos, los amistosos, los entrenamientos, todo. Pero para hacerlo en forma responsable y eficaz hay que tener mucha paciencia. Se puede hacer lo que hizo la ANFP con Bielsa o lo que hicimos nosotros con Markarian: contratar un estupendo técnico -probadamente exitoso y bastante caro por lo mismo- y con muy pocos refuerzos salir campeones. Pero eso no es sostenible en el tiempo. Los clubes necesitan ir formando identidad.

Las peticiones de Markarian

-Fue sorpresivo lo de Markarian…

-Yo le tengo aprecio. Es una persona que sabe mucho de fútbol, que forma una relación con los jugadores muy fuerte, sabe que tiene autoridad. Tenía un genio bien particular, eso sí. Nos renunció muchas veces. Al final, casi no le hacíamos caso. Y el día que anunció que se iba -primero a los jugadores, después a la prensa y al final a nosotros- pensamos mucho en echarlo de inmediato, pero al final, en forma unánime, decidimos que siguiera hasta el final, básicamente por la relación con los jugadores, para que el equipo no se viniera abajo. Fue una buena decisión. Pero en otra industria, un gerente que anuncia que se va por la prensa, está afuera esa misma noche…

-Una de las cosas por las que se quejaba Markarian era que ustedes, los dirigentes de la U, no eran capaces de manejar los arbitrajes…

-Sí, se quejó de eso en forma privada y en forma pública.

-¿Qué significaba exactamente "manejar los arbitrajes"?

-No lo sé, pero en la peor de las interpretaciones que pueda tener eso, me siento orgulloso de no haber aceptado esa crítica. Nosotros creemos que esta es una actividad que es y debe seguir siendo súper transparente. No estábamos dispuestos a hacer leseras. Puede que en Chile no existan los mejores árbitros del mundo, pero son honestos.

-¿Él tenía otra opinión?

-El pensaba que a la U le cargaban la mano, se quejaba mucho de eso… Pensaba que había algún modo de mejorar la situación...

-¿Habló de pagarles a los árbitros, de influir en las nominaciones, de qué?

 

-Mire, cada vez que entraba en el tema, en el directorio lo frenábamos y no lo dejábamos avanzar, así es que…

-¿Es cierto que también habló de controlar a la prensa?

-El se quejaba de que la prensa lo trataba muy mal. Nos pedía que actuáramos. Pero vuelvo a lo mismo: en Chile no estarán los mejores periodistas del mundo, pero tenemos una prensa limpia, transparente y, si se equivocan, mala suerte.

DT o gerente de producción

- ¿Se siente a una distancia muy grande con el resto de los dirigentes?

-¿Con los antiguos, por así decirlo? Me imagino que no estaban acostumbrados a ver a gente como Heller, Yuraszeck, Conca, Ruiz - Tagle o Piñera hablando de fútbol y participando del Consejo de Clubes…

-En el fútbol es bien difícil saber quién sabe y quién no. No hay métodos objetivos para medir galones, como en otras industrias… ¿Son muy complejos en ese sentido los directorios de Azul Azul, con tanto empresario exitoso acostumbrado a ser líder?

-No. Cada uno tiene su opinión, pero es una sociedad anónima y todos responden a eso. Discutimos mucho, como en cualquier directorio, pero siempre hemos llegado a buenos acuerdos. Voy a hacer una simplificación, pero la labor de un directorio -más allá de los temas de plata- es seleccionar muy bien al técnico y punto. El técnico en el fútbol es lo que puede ser en otras empresas el gerente de producción. Nosotros nos involucramos hasta elegirlo, pero el entrenador es el que define a los jugadores y el que decide cómo se juega. En eso no nos metemos. Y yo creo que esa es la condición más importante para que un club funcione.

-Y la menos vista…

-Claro. Mucha gente lo entiende al revés.

Yuraszeck y su negocio redondo

-Me hablaba de la paciencia y los largos plazos en el fútbol. ¿Por eso la gran apuesta de Azul Azul es el campo de formación en La Cisterna?

-Exacto. Gastaremos 10 millones de dólares en el mejor lugar de entrenamiento de Chile.

-¿Cuándo se inaugura?

El segundo trimestre del próximo año. Será el complejo de entrenamiento más moderno en Chile y quizás en el mundo.

- ...

-De verdad. Vimos lo que hoy tienen el Manchester, el Barcelona y el Real Madrid, estuvimos en Holanda, en Argentina, en Brasil, y no existe nada como esto. Canchas para el primer equipo, para las divisiones inferiores, edificios, centros médicos, piscinas especiales, áreas para prensa, áreas de descanso y un miniestadio para el fútbol joven. Si esto se hace bien, hay tanto niño con ganas de jugar en la U, que la probabilidad de tener buenos jugadores en el futuro será altísima. Y ese es el modelo de negocios para el fútbol: una estupenda cantera para poder vender jugadores.

-¿Por eso contrataron a Sabino Aguad como gerente de Infraestructura y Nuevos Negocios? Vaya golpe que le dieron a Colo Colo…

-Es una apuesta por el profesionalismo. Demostró ser un muy buen gerente general durante tres años en Blanco y Negro. Además, es de la U, así que vuelve a su casa. Esa es una gran ventaja de Azul Azul: somos fanáticos de la U desde chicos. Carlos Heller, Gonzalo Rojas, Mario Conca, Edmundo Hermosilla, Federico Valdés, Carlos Alberto Délano, todos.

-Ha sido muy compleja hasta aquí la relación de Azul Azul con los representantes de la universidad…

-No, fijese. Fue compleja al comienzo, pero Federico Valdés y Roberto Nahum hicieron un gran trabajo y hoy la relación es estupenda, muy integrada. La idea es ligar el club deportivo cada vez más a la universidad, pero eso también es una cuestión de tiempo.

- ¿No influyó en nada el conflicto de Nahum, su salida como decano de la Escuela de Derecho?

-En nada. No nos metemos en eso, no nos corresponde. El sigue siendo académico de la universidad. Lo único que puedo decir es que ha sido un gran aporte al directorio.

Los derechistas en el fútbol

-De qué sabía menos José Yuraszeck hace tres años: ¿De la industria del vino o de la del fútbol? ¿A qué tuvo que ponerle más cabeza?

-A las dos cosas. En el vino le dediqué los primeros dos años a catar durante varias horas a la semana, a aprender. A viajar, a ver los campos, la forma de plantar. Y ahora he aprendido a mirar el fútbol no sólo como hincha. Llevo poco tiempo en el fútbol como dirigente, pero hace 50 años que sigo el fútbol todos los domingos. Recuerdo, como si fuera hoy, haber ido a los ocho años a la final contra Colo Colo de 1959… Dos a uno, la U campeón. Pero ahora he leído mucho, hay cosas escritas, trabajos de universidades muy interesantes respecto del negocio del fútbol. Acabo de leer un trabajo hecho y estudiado en Harvard sobre el caso Boca Juniors durante el período de Macri. Interesantísimo.

-El fútbol es un negocio que crece y crece…

-Tanto, que es redifícil de dimensionar para los que no se han metido en el tema. La Fifa tiene inscritos, hoy, más de 300 millones de jugadores: 250 millones de hombres y 50 millones de mujeres. Y si uno empieza a desglosar, si le agrega las ligas, los colegios, las pichangas, los familares, hay 1.200 millones de personas que se involucran cada fin de semana en el fútbol. En Chile hay 364 asociaciones. Se juegan 13.500 partidos oficiales cada fin de semana. Cada domingo en Chile hay millones de personas involucradas directamente en el tema. Es un fenómeno social muy potente. Y el que funcione bien o mal puede influir, en el sentido más amplio de la palabra…

-Por lo mismo, mucha gente tenía miedo de que entraran a los clubes populares "ustedes", los derechistas: Yuraszeck, Délano, Lavín, Piñera…

-En la medida en que las sociedades anónimas actúen seriamente, y yo creo que lo han hecho, ese mito se acabará. La política aquí no cabe. Aparte, el modelo ha ido funcionando. El nivel del fútbol chileno ha mejorado,  es más profesional la labor de los dirigentes y se contratan buenos gerentes deportivos, buenos gerentes de finanzas. El proceso encabezado por Mayne-Nicholls en la ANFP, con la selección, el gran trabajo de Bielsa, le ha hecho muy bien al fútbol chileno. Permite vender jugadores, nos pone en el foco mundial. Pero hay que ser súper cuidadosos: a la larga la selección se nutre de los clubes por lo cual hay que potenciar el campeonato local. Hacer cosas ingeniosas, novedosas.

-Como dirigente del fútbol, ¿los estadios nuevos le parecen una gran idea? O ahí gana el político y, al igual que a algunos miembros de su sector, le parecen decisiones populistas del actual gobierno…

-Los nuevos estadios se programaron el primer año de gobierno de la presidenta Bachelet, por lo tanto, sería injusto hablar de populismo. Nuestra infraestructura deportiva era lamentable. Y al actual nivel de desarrollo de Chile, al fútbol, como industria, le es imposible construir los estadios por su propia cuenta. O se asocia con empresas de otros ámbitos o con el Estado. Salvo Santa Laura, los estadios en Chile nunca se construyeron con plata del fútbol. Ninguno.

-¿El Monumental, San Carlos de Apoquindo?

-Ninguno.

-¿Y ustedes, cuándo? La familia azul clama por un estadio propio. Si hacen el centro de entrenamiento en La Cisterna,  ¿no está de cajón hacer el estadio ahí mismo, donde hoy está el de Palestino?

-Cada día tiene su afán, pero sería bastante lógico. Hicimos un estudio el año pasado y lo estamos rehaciendo ahora para ver si es posible tener estadio propio de aquí al 2012.

-Al principio se habló de 56 millones de dólares. ¿Por qué tan caro? Ningún estadio de los nuevos costó tanto…

-Hay que revisar, pero lo que está claro es que tiene que ser un estadio multipropósito, no sólo para los domingos…

-Así como el gran sueño con Undurraga es seguir aumentando las exportaciones y ganar premios y sacar mejores vinos, ahora que ya fueron campeones, ¿cuál es el gran sueño con la U?

-La meta, el piso, sigue siendo un campeonato al año y un torneo internacional al año.

-¿Alguna copa internacional?

-Para allá vamos.

-Me bajó una duda: ¿su familia era de la U?

-No. Mi papá era de la Católica, pero tenía un tío que era muy fanático de la U y, veraneando en su campo, conocí a Rubén Marcos, que era de Tegualda, al lado de Fresia, y desde entonces fue mi ídolo. Gran jugador, siete pulmones. De ahí la ligazón. No tengo otra explicación, porque mi hermano mayor también era de la Católica.

-Y en la casa…

-Casi perfecto. Un solo hijo es de la Católica. Pero uno solo.

*Felipe Bianchi es periodista de Chilevisión.

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