Por Carlos Lavín* Agosto 22, 2009

Hay dudas sobre la generación que se encuentra en el poder. ¿Deben seguir? No es mi tema el análisis de la sociedad, pero sí las inversiones. En esta área es muy importante saber retirarse a tiempo: sabido es que la ambición rompe el saco y que "más" lleva a querer "más" pero a la larga a tener "menos".

La generación entre 60 años y posterior es un "activo" que tiene mucho valor. No es por causa del azar el cambio de Chile en las últimas cuatro décadas y la forma en que grupos antagónicos lograron generar consensos en diversas materias. Sería digno de un mal analista sostener que la generación dominante "vale cero" o "casi nada" y que habría que "liquidarlos" o "deslistarlos" de la bolsa de comercio humana.

Sin embargo, el entorno del siglo XXI ha cambiado radicalmente en muchas materias. El acceso a la información en sólo segundos no permite que cualquier tinglado del establishment se pueda vender así no más.

Según mi tata, en la generación anterior el 99% de los hombres había tenido una "aventurilla", pero los matrimonios continuaban adelante y visitaban el templo semanalmente. Hoy, a muchos de mis amigos separados las señoras los han botado sin más a cambio de flamantes activos masculinos (a veces femeninos). Cerca del 60% de los nacimientos en Chile ocurre fuera del matrimonio y el sexo "débil" está optando por la maternidad sin imagen paterna. La tecnología está corriendo dramáticamente "el reloj biológico" femenino: dentro de poco no será tema, por lo cual la soltería se alargará más en línea con el aumento de la expectativa de vida.

En el ámbito de los negocios, ya no se es gerente de Copec a los 30, ni se compran las empresas a huevo porque están quebradas y mal administradas. Wall Street dejó de ser el becerro de oro de antaño. El súper centro financiero envuelto en esa aura de honestidad resultó ser un nido de piratas que construyeron "sofisticadas" cajas negras que nadie sabe cuánto valen. El cliché "no es como en EE.UU." ya no es tan claro. Mientras, el gigante occidental se endeudaba como vulgar cliente que pica con la casa comercial, a punta de refrigeradores y microondas, desde el Lejano Oriente, China, principal financista del país del norte, crece a un ritmo que lo llevará con alta probabilidad a ser la primera potencia mundial.

Pero este nuevo líder poco tiene que ver con Eva, la manzana y el sistema de premio-castigo occidental. Por el contrario, las distintas formas de budismo, Hanayana, Hinayana y Zen, apuestan a la muerte total, tras sucesivas vidas una vez que se alcanza la iluminación (enlightment). Su paraíso es el desprendimiento y durante la vida terrenal no existe el concepto de visitar "nuevamente" un mismo lugar, porque ni el lugar ni uno son los mismos con el paso del tiempo. Esto que nos parece tan extraño es fiel sinónimo de que las cosas no son porque deben ser, ni en nombre del profeta, ni del pastor que tiene hijos con distintas mujeres o de la primera magistratura que increpa al ciudadano que le protesta.

Todos estos factores hacen que la generación dominante en los centros de poder sea muy útil como elemento de transición y sabiduría de la experiencia. Pero pocas dudas caben que sus antiguos paradigmas están quedando dramáticamente obsoletos. Por lo que la recomendación es comenzar a "vender" de manera paulatina pero acelerada a la generación anterior y comprar activos renovados que deberían comprender de mejor manera los tiempos actuales y los desafíos futuros.

*Director de empresas y conductor de Información Privilegiada de Radio Duna. 35 años

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