José Codner (69) se cansó. Después de un año para olvidar -el caso colusión, su bullado acuerdo con la Fiscalía Nacional Económica y conflictos con el directorio de su empresa, Fasa-, el empresario que en 1969 abrió su primera farmacia en la esquina de Ahumada con Huérfanos hoy está a punto de soltar la propiedad de la compañía que por años ha sido su vida.
Después de anunciar que se tomaría un año sabático para descansar, y renunciar a la presidencia de la empresa, Codner se instaló en su nueva casa de Punta Pite, entre Zapallar y Papudo, para descansar y reflexionar. "Los últimos meses de 2009 lo dejaron literalmente hastiado de abogados, litigios y pugnas con el directorio. No quería saber nada de farmacias", señala un cercano.
Fue ahí, en su nuevo refugio, donde comenzó a darle vueltas a la idea de deshacerse del control de Fasa. Que evaluara esa posibilidad tuvo un impulso extra: nunca en sus 40 años al mando de Farmacias Ahumada había recibido tantas ofertas de interesados en comprar la firma.
En todo caso, no era la primera vez que el empresario analizaba esta situación. La tenía en mente hace tres años, pero las circunstancias no lo habían acompañado. En 2007, la guerra de precios golpeó fuertemente a la industria farmacéutica. Al año siguiente, la depreciación del peso mexicano hizo caer abruptamente las utilidades de la empresa y el caso colusión terminó por mermar las oportunidades de concretar un buen deal en 2009.
Nunca en sus 40 años al mando de Fasa, José Codner había recibido tantas ofertas. El empresario decidió pedir propuestas formales para analizarlas. No se trata de un mandato de venta, pero sí está abierto a recibir proposiciones.
Ahora el escenario había cambiado. La complicada situación en que quedó Fasa después de que estallara el caso colusión, con un directorio dividido y con dos de los principales accionistas -Falabella y la familia Codner- enfrentados, transformó a la empresa en una presa fácil y despertó el apetito de los bancos de inversión. Expertos en buscar nuevos negocios, los ejecutivos de las áreas de finanzas corporativas de esas instituciones empezaron a mover sus hilos y a contactar a posibles clientes interesados en entrar a la propiedad de la cadena de farmacias. Así surgieron las primeras ofertas.
Los rumores de venta empezaron a expandirse en el mercado a fines de 2009, pero hace dos semanas la posibilidad se hizo más concreta. ¿Qué pasó entremedio? José Codner decidió ordenar el proceso y pedir propuestas formales para analizarlas. No se trata de un mandato de venta propiamente tal. De hecho, la administración de la compañía negó esa versión hace unas semanas y ahora reiteró esa posición ante las consultas de Qué Pasa. Pero sí está escuchando las ofertas recibidas, para ver si alguna resulta conveniente.
La abogada Nicole Nehme asesoró a Codner en el acuerdo firmado con la FNE, a cargo del Fiscal Nacional Económico, Enrique Vergara, en marzo de 2009.
Para eso, Codner contactó a dos bancos de inversión. Uno es Altis, propiedad de Tomas Müller, ex socio de IM Trust, con el cual el dueño de Fasa tiene una relación de años y quien ha sido su asesor financiero en varias oportunidades. El otro es Goldman Sachs, banco cercano al empresario y que maneja parte importante de sus inversiones en el extranjero. Ambos son los encargados de recibir las propuestas de compra y presentárselas a Codner.
Con esta decisión, el tema se activó. En las últimas semanas los llamados telefónicos y las reuniones no han parado. En el mercado se comenta que las ofertas ya están sobre la mesa y que ahora se trabaja en un short list con las mejores propuestas. Mientras, Codner disfruta su tiempo libre: tras hablar con sus asesores, partió al exclusivo centro de esquí Vail, en Colorado (EE.UU.), junto a su señora y a sus amigos más íntimos, entre ellos Eduardo Fosk y Sergio Nudman, ambos activos miembros de la comunidad judía con quienes comparte los fines de semana en el club de golf de La Dehesa.
Del Paseo Ahumada a México
José Codner es un self-made man. Después de estudiar Química y Farmacia en la Universidad de Chile, compró una pequeña farmacia en el centro de Santiago. Un año después, en 1969, fundó la que sería la primera farmacia Ahumada, que bautizó así por su estratégica ubicación en la esquina del Paseo Ahumada con Huérfanos. En 1970 ya contaba con 10 locales en diferentes lugares de la capital y, a inicios de la década de los 90, comenzó el plan de expansión y la internacionalización.
Hoy Fasa es la cadena más grande de Latinoamérica -con farmacias en Chile, Perú y México- y ventas anuales superiores a los US$ 1.500 millones. Del total de locales, el 71,7% se ubica en el extranjero y -según los resultados de la empresa al tercer trimestre de 2009- un 60,8% de los ingresos provenían de sus operaciones internacionales (en Perú 7,8%; y en México, 53%).
En ese escenario, es natural que entre los inversionistas interesados en quedarse con la compañía sean los mexicanos quienes se ven con mayores probabilidades. "Farmacias Benavides, su filial mexicana, es su activo más importante. Veo más interés en comprar la empresa allá que acá en Chile", comenta un inversionista que ha seguido de cerca las negociaciones.
Quiebres y divisiones
El mercado mira con buenos ojos esta decisión de Codner de dar un paso al costado. En los últimos días, la acción ha subido y al cierre del miércoles registraba un alza de 15,17% en lo que va de 2010. Según un analista de un importante banco de inversión, "en el precio de Fasa está internalizado que algo tiene que pasar, que entrará un nuevo socio o que habrá un nuevo orden".
El vicepresidente ejecutivo de Fasa, Alejandro Rosemblatt, ha sido la mano derecha de Codner en la compañía.
Las críticas a la gestión de Codner como presidente de Fasa no fueron menores. El empresario enfrentó cuestionamientos del mercado, de los consumidores e incluso de sus propios colaboradores por no informar debidamente de las decisiones que tomaba al mando de la empresa. El caso colusión -a principios del 2009- fue la gota que rebasó el vaso.
"Nunca entendió que ser dueño y ser controlador no era la misma cosa", dice un cercano a la compañía. La sistemática toma de decisiones sin consultar al resto de los directores -como ocurrió con el acuerdo alcanzado con la Fiscalía Nacional Económica en marzo de 2009, que no fue informado a Falabella, dueña de un 20% de la compañía-, el arriendo de oficinas y la contratación de abogados penalistas costeados por la firma, terminaron por mermar la confianza de los inversionistas e incluso de sus colaboradores más cercanos. La actitud de Codner tampoco ayudó a calmar los ánimos. "Espero no volver a verlos nunca más en mi vida", les dijo en noviembre -poco antes de renunciar a la presidencia- a los directores elegidos con sus votos: Gabriel Berczely, Alex Fernández, Jaime Sinay y Eduardo Bellinghausen.
"Se quedó literalmente solo para manejar la empresa y aunque sea el controlador, es difícil poder sacar adelante una compañía sin apoyos", comenta un cercano.
¿Codner vende Fasa?
En estos tres meses sin vinculación con la compañía, el empresario se dedicó por completo a otras actividades, delegando en su yerno y vicepresidente de Fasa, Alejandro Rosemblatt, todas las decisiones de la empresa. Codner puso su energía en otros negocios, casi todos de corte inmobiliario y que no comparte con ningún socio, y en la construcción del centro israelita en la calle Comandante Malbec, en La Dehesa, donde se ubica la nueva sinagoga que reemplaza a la que existía en la calle Serrano.
"Durante este año, que ha sido muy difícil para mí por los problemas personales que tuve, trabajar en este proyecto fue un refugio. No sé si habría soportado estos siete meses de otra forma, porque venir a la obra era como un escape", confesó el empresario en una entrevista al semanario La Palabra Israelita, en diciembre pasado.
Su intención de olvidar el tema colusión y dejar de lado Fasa se reflejó también en su decisión de no impugnar la sanción de US$ 31 millones impuesta en enero por la Superintendencia de Valores y Seguros por no haber informado oportunamente al directorio de su acuerdo con la FNE. "He tomado la decisión de no impugnar la resolución sancionatoria ante la justicia ordinaria, pues necesito, de una vez, y me parece también que es lo más sano para todos, cerrar este capítulo y ocupar los pocos años que me quedan en cosas más constructivas", escribió Codner en un documento entregado a la SVS.
Comprador estratégico
Tomas Müller hijo y Alejandro Puentes, ejecutivo de Altis, son quienes junto a Esteban Gorondi, managing director de Goldman Sachs, lideran las negociaciones para la venta de Fasa. Consultados por Qué Pasa, declinaron hacer comentarios sobre el tema.
Pero en el mercado se siguen sus pasos. Dicen que trabajan a toda velocidad. De hecho, no se descarta que el deal pueda estar cerrado en 30 días más. "Basta levantar una piedra para encontrar personas interesadas en el negocio", dice un inversionista, quien asegura que fue contactado por uno de los dos bancos de inversión para ofrecerle el 51% de la cadena de farmacias que está en manos de la familia Codner.
También han llamado a los retailers más grandes del país. Según versiones del mercado, Falabella aparece como un comprador natural, puesto que ya tiene el 20% de la empresa y podría ir por más en caso que el precio sea atractivo. "Tiene sinergias con el negocio financiero de la multitienda, por lo que podría estar interesada", dice un analista. Sin embargo, cercanos a la casa comercial dicen que no hay interés: "Se trata de un activo que no es interesante desde el punto de vista de los márgenes. En una industria tan competitiva, donde todos se sacan los ojos y es muy difícil tener un negocio rentable. Además los laboratorios tienen demasiado poder".
Fasa posee un total de 1.236 farmacias, distribuidas en México (710), Chile (350) y Perú (176).
Cencosud es otro de los grupos que habrían sondeado, pero, según versiones cercanas a este grupo, ya habrían respondido que no están interesados. Otra opción podría ser D&S, ya que Walmart maneja una cadena de farmacias en Estados Unidos. Pero una fuente ligada a la empresa lo descarta por completo: "Hay cero interés. No es tema para la empresa".
Sin embargo, hay consenso en que el potencial comprador debería ser un actor estratégico global; es decir, alguien que ya conozca la industria de las farmacias en otro país de Latinoamérica. Cadenas mexicanas y argentinas serían, hasta ahora, las principales interesadas en entrar a la propiedad de Fasa. "Hay todavía mucho potencial de crecimiento para Fasa, tanto en Perú como en México, debido al desarrollo económico de estas economías y al alto grado de fragmentación de la industria de venta de medicamentos", señala un analista.
Cifras sobre la mesa
Lo más seguro es que quien entre a la compañía deba hacer una OPA para quedarse con el control. La ley establece que cuando el precio ofrecido es 10% mayor que el valor promedio de mercado de los últimos 90 días, debe realizarse una oferta pública. Y dado el interés que ha despertado la empresa, en el mercado dan como un hecho que el precio será lo que defina quién se quedará con el control de Fasa. Por eso, tampoco se descarta que en el proceso de OPA otros accionistas, como Falabella, por ejemplo, opten por vender su paquete. Las valorizaciones preliminares apuntan a un precio cercano a los US$ 200 millones por el 50% de la compañía.
El mercado está expectante. Varios bancos de inversión y estudios de abogados están afinando las ofertas. Y se espera que en marzo, cuando Codner se reintegre a sus actividades normales, cumpla su deseo de soltar las riendas de Fasa.