Con sorpresa el mercado se enteró, el pasado 8 de abril, que Fernando Cañas, el gerente general del Banco de Chile y quien lideró la fusión entre esta entidad y el Citi, dejaba su cargo. Habían pasado sólo tres años desde que asumió esa posición en 2007 y cinco desde que emigró desde la gerencia de medios de pago para América Latina de Santander en Madrid a hacerse cargo de la presidencia del banco de los Luksic. Los rumores cundieron.
Nadie se explicaba cómo el hombre en el que Andrónico Luksic confió para llevar adelante uno de los procesos de fusión más complejos de la industria bancaria chilena de los últimos tiempos dejara su cargo. En el mundo financiero local, Cañas es considerado uno de los ejecutivos con más experiencia. Lleva 32 años en la industria y es un testigo privilegiado y protagonista de todo su proceso de consolidación y modernización. Fue él quien lideró las más importantes uniones entre bancos en el país, como la del O´Higgins con el Banco Santiago (1997), la del Santiago con el Santander (2002) y la del Chile con el Citi (2009).
En el mercado se especuló que su abrupta salida se debió a una suma de factores, entre los que destacaban las dificultades técnicas experimentadas por el Banco de Chile tras el terremoto y las enormes deudas que le generó, el año pasado, el proceso de reestructuración de la cadena de tiendas Johnson`s.
En esta entrevista, Cañas enfrenta esas versiones y aclara que su gestión en el banco siempre tuvo fecha de término. Añade que ya era hora de asumir nuevos desafíos, esta vez desde Quiñenco -el holding que agrupa los negocios del grupo Luksic-, donde fue nombrado, hace dos semanas, director; y en el mundo de las inversiones, como presidente de Banchile y de la Bolsa Electrónica.
Desde su nueva oficina, en el piso quinto de Agustinas 975, habla también sobre la banca tras la crisis, el nuevo gobierno y la fusión de las bolsas de valores de Chile.
-Su salida de la gerencia general del Banco de Chile generó varias dudas y comentarios. ¿Para usted fue tan sorpresivo como para el mercado?
-Mi salida no tiene nada de extraordinario. Cuando me vine al banco, a petición de Andrónico, definimos que era por un período de tres a cinco años. Y se cumplieron los cinco años. Y cuando me hice cargo de la gerencia general hablamos de que iba a ser por un período de dos a tres años y se cumplieron los tres años. Además, se cumplieron los objetivos que nos habíamos trazado.
-¿Cuáles?
-Finiquitar las negociaciones con el Citi, ejecutar la fusión y estabilizar la operación posterior a la fusión. Y eso fue lo que se cumplió. Entonces es lo que desde siempre habíamos conversado con Andrónico.
-¿Pero quedó la sensación de que fue una decisión más bien abrupta?
-Es que cuando uno tiene una posición como la que yo tenía, no se puede andar diciendo: "Me voy en seis meses más", sino que a medida que se acercaba el plazo, íbamos definiendo las cosas que tenían que ocurrir, de tal manera que, cuando llegara el minuto, los hechos sucedieran normalmente.
-¿Con Andrónico Luksic siempre definieron que sería abril de 2010 su fecha de salida?
-No existía una fecha fija necesariamente: había un horizonte de tiempo. No tuvo nada de raro. Estábamos cerrando el capítulo y eso fue. Fue una conversación desde el inicio y yo tenía claro cuáles eran mis tiempos.
-¿Siente que cerró su etapa como gerente general del banco?
-Claramente cumplí las etapas. Para mí el ciclo se termina y se termina bien. Se cumplió lo que habíamos definido y me voy absolutamente tranquilo.
-¿Le habría gustado quedarse más tiempo?
-Como me lo planteé en esos términos, siempre supe que esta cosa tenía un término. Por eso nada me extraña.
"Cuando me vine al banco, a petición de Andrónico, definimos que era por un período de tres a cinco años. Y se cumplieron los cinco años. Y cuando me hice cargo de la gerencia general hablamos de que iba a ser por un período de dos a tres años y se cumplieron los tres años".
-¿Quedó completamente cerrada la fusión del Citi con el Chile?
-Yo cerré el capítulo y entiendo que ya se hizo la última integración sistémica que faltaba entre ambos bancos.
Sin sistema y Johnson´s
-¿Su salida tuvo que ver con el terremoto? El banco fue la única institución financiera del país que se quedó sin sistema después del sismo. Dicen que eso se debió a que los sistemas y el respaldo estaban en un mismo lugar, en Huechuraba.
-En diciembre pasado, el Banco de Chile tomó las decisiones respecto de migrar todo su outsourcing a un nuevo proveedor. Estábamos conscientes de que teníamos riesgos y trabajamos muy duro y muy concentradamente para tener una mejor solución para problemas de esa magnitud. Lamentablemente el terremoto ocurrió entremedio y fuimos el único banco que perdió su site principal y tuvo daños significativos en otros sites. No hay otros bancos que hayan tenido esa situación. Es lamentable, pero es así. Ahora, mi salida no tuvo nada que ver con esos problemas. En el banco existe conciencia de que durante los tres años en que estuve en la gerencia general, hubo avances bien significativos en materia de tecnología y, por lo tanto, está muy lejos el poder vincular ambas cosas. El banco tiene hoy una arquitectura tecnológica y un proceso tecnológico mucho más confiable que el que tenía antiguamente, y lo que ocurrió tras el sismo no es nada más que un accidente lamentable. Mi trayectoria en el Chile es mucho más que un terremoto y no está bien poner mi salida en ese contexto.
-También se comentó que habría influido en su salida la reestructuración de deuda de Johnson´s que usted gestionó el año pasado.
-Durante mi gestión alcanzamos una reducción bien significativa de nuestra exposición con Johnson´s. Pero adicionalmente, producto de la negociación en la cual participé activamente, Marcelo Calderón aportó entre US$100 millones y US$ 120 millones para amortizar deuda de distinta naturaleza. Por lo tanto, ahí hay una prueba evidente de que la negociación anterior fue exitosa, sin perjuicio de que no resolvieron completamente los problemas de la compañía, cosa que sabíamos. Y, después de un tiempo, ha sido necesario volver a estructurar una solución que esté más acorde con la realidad que hoy se conoce de la compañía. Entonces, mi salida no tiene nada que ver con eso.
-Otro tema que se menciona es la edad. Entiendo que usted cumplió los 60 años en enero pasado ¿Existe alguna cláusula especial en el banco para que los ejecutivos se desempeñen en sus cargos sólo hasta esa edad?
-En el banco no existe y yo entiendo, pero no lo puedo confirmar porque lo leí en una entrevista que le hicieron a Francisco Pérez, que en Quiñenco existe una regla: los gerentes de las empresas del grupo no pueden tener más de 60 años. Pero sinceramente no conozco esa cláusula. Y, por lo demás, es un tema que existe en otras compañías.
"Mi trayectoria en el Chile es mucho más que un terremoto"
Un hombre de los Luksic
Fernando Cañas ha estado toda su vida ejecutiva vinculado al grupo Luksic. Comenzó trabajando, en 1973, en Lucchetti, empresa en la que estuvo cinco años. Desde ahí pasó al Banco O´Higgins. Y nunca más se alejó de la banca.
Por eso, explica, cuando, en 2005, Andrónico Luksic lo llamó para pedirle que se hiciera cargo de la presidencia del Banco de Chile, no lo dudó.
"Es curioso, pero también cuando me fui a España tenía un plazo. Yo pensaba que iba por tres años, pero al final fue un año y medio", recuerda. Por eso, también, seguirá vinculado al grupo, ahora desde lo alto del holding.
-Cuando conversó con Andrónico Luksic sobre su salida del Chile, siempre estuvo sobre la mesa la posibilidad de que se integrara al directorio de Quiñenco?
-No.
-¿Cuándo surgió esto?
-Yo creo que las cosas se van dando en la medida como evolucionan los hechos. Ésa fue una posibilidad, pero podría haber sido otra cosa. Creo que hoy me corresponde jugar un rol distinto y he tenido la suerte de que las cosas que me ha tocado hacer siempre me han gustado. Fui ejecutivo de cuentas, gerente de la banca de personas, gerente de sucursales, de operaciones, gerente de planificación y siempre me entretengo mucho con lo que hago.
-¿Cuál será su mayor aporte en el directorio de Quiñenco?
-Mi rol es el de cualquiera de los directores: colaborar en la gestión de la compañía y aportar con el conocimiento que tengo de la industria financiera en particular y de alguna que otra industria con la cual he tenido relación por mi participación en el banco. En la banca uno tiene la ventaja de que ve tantas cosas, por ello en algunas de ellas se puede agregar valor. Hoy, el 70% del activo de Quiñenco es la actividad financiera, por lo que no es muy raro que ahí yo pueda agregar algún valor. Tengo 32 años en la banca.
-Usted siempre ha sido más cercano a Andrónico Luksic. ¿Cómo es su relación con Guillermo y Jean Paul?
-Efectivamente, he trabajado más con Andrónico. Con Guillermo he tenido menos actividad, pero siento que puedo trabajar con él como cualquier profesional. Además, me conoce por varios años y compartí con él en el directorio del Banco de Chile, durante el tiempo en que fui presidente.
-¿Cómo fue su despedida del Banco de Chile?
-Fue una buena despedida. Hay cosas que para mí son bien significativas. Cuando cerramos el O'Higgins, a cada uno de los ejecutivos que estábamos, nos regalaron un reloj. Ahora, como una muestra de agradecimiento, el banco me regaló este reloj (un Rolex) grabado que dice Banco de Chile. Me lo entregaron el lunes de la semana pasada, en un almuerzo de despedida que tuve con el directorio.
Lecciones de la crisis
-Después de la crisis económica y la caída de Lehman Brothers, el mercado financiero fue supercuestionado y perdió mucha credibilidad. ¿Cómo se recupera esa credibilidad?
-La crisis afectó al mercado global más que a Chile. Aquí, el mercado local se ha comportado extremadamente bien y todos los actores de la industria han tenido un buen desempeño, considerando lo sucedido en el mundo. Creo que en Chile tenemos la ventaja de que éste es un mercado muy profesional, donde la gente ha actuado muy responsablemente, y eso nos hace pensar muy bien respecto de las posibilidades que tenemos de hacer las cosas mejor en el futuro y no cometer los errores que otros han cometido.
"Lamentablemente tras el terremoto fuimos el único banco que perdió su site principal y tuvo daños significativos en otros sites. No hay otros bancos que hayan tenido esa situación. Es lamentable, pero es así. Ahora, mi salida no tuvo nada que ver con esos problemas".
-¿Cree que faltan mayores controles?
-En Chile se ha avanzado muchísimo en todo lo que es la legislación de valores, pero quedan todavía algunas cosas, en las cuales si no hay regulación, por lo menos debe existir autorregulación para que éste sea un mercado mucho más dinámico todavía.
-¿Se puede dar la crisis económica por terminada?
-Una crisis de la magnitud que hemos tenido no se termina de la noche a la mañana. La mayoría de los indicadores ha mostrado mejorías importantes en los últimos 18 meses. La economía americana se recuperan bien, la europea tiene algunas particularidades, es cierto, pero también ha tenido indicadores razonablemente buenos. Yo creo que las crisis también generan oportunidades y la tarea nuestra es identificar dónde están y aprovecharlas.
-¿Y dónde están esas oportunidades para Chile en este minuto?
-Como le decía antes, yo no entiendo los negocios si no es creciendo o buscando por dónde crecer. Hay temas que son claves para el desarrollo de los países a largo plazo: el crecimiento y la eficiencia. Si no aumentamos la productividad, nuestra tarea de ser un país desarrollado se nos hará más difícil. Y, por lo tanto, debemos poner mucho foco en crecer, en mejorar la productividad. Para eso hay una serie de tareas no menores. Esto va más allá de eliminar los lomos de toro. Hay problemas estructurales mayores: por ejemplo, la educación, que es un dilema importante que no está bien resuelto y que compromete el crecimiento a largo plazo.
-Ahora usted es presidente de Banchile, ¿cuáles son los desafíos que ve para adelante?
-Yo no entiendo ningún negocio que no sea creciendo. Mi tarea es ayudar a que Banchile crezca y genere más valor para los accionistas. Y esa frase, que suena muy cliché, se puede dar desde el desarrollo propio de Banchile y de una mayor integración con el propio banco, en donde yo debería ser capaz de agregar mayor valor. Yo puedo aportarle a Banchile visiones del banco, con mayor dedicación de lo que podía aportarle antes.
-¿Qué diagnóstico hace de la situación actual de Banchile?
-Una compañía que ha sido líder de la industria, con participaciones de 25% en los últimos diez o quince años, quiere decir que lo hace bien. Ahora, como siempre, me gustaría que lo hiciéramos mejor: y eso es lo que voy a tratar de hacer.
"Mi trayectoria en el Chile es mucho más que un terremoto"
El nuevo gobierno
-¿Cómo evalúa la gestión de Sebastián Piñera y del nuevo gobierno?
-Le ha tocado un período muy difícil. Iniciar un gobierno con un terremoto no es nada de fácil. Han hecho un esfuerzo titánico y es cierto que ha habido algunas descoordinaciones, pero claramente hay un esfuerzo importante por superar la emergencia y por desarrollar un programa, que fue el que el presidente Piñera le planteó al país y que fue por el que salió elegido.
-¿Y qué le han parecido las medidas para financiar la reconstrucción? Algunas han causado bastante polémica en el empresariado, sobre todo el alza de impuestos…
-Concuerdo en que la propuesta del gobierno es bastante equilibrada: toma una serie de reasignaciones de recursos, de mayor carga tributaria y de algo más de liquidación de divisas, de tal manera de resguardar los equilibrios macroeconómicos. Ahora, en general, a uno no le gusta que le suban los impuestos, pero es entendible en estas circunstancias que se haga, o que se pida un esfuerzo mayor a un segmento de la población.
-Algunos sectores empresariales han dicho que esto podría frenar el crecimiento, que es una señal errada. ¿Concuerda con esas opiniones?
-Insisto: la propuesta que se está discutiendo es equilibrada y creo que en la medida que la carga tributaria sea temporal, no debiera afectar el crecimiento. El crecimiento es un problema de mucho más largo plazo que un efecto tributario de dos años.
"En general, a uno no le gusta que le suban los impuestos, pero es entendible en estas circunstancias que se haga, o que se pida un esfuerzo mayor a un segmento de la población".
-¿Usted era partidario de incluir el tema de la depreciación acelerada en este proyecto, para compensar de alguna forma el aumento de los impuestos en las empresas?
-La depreciación acelerada es una buena herramienta. Pero la incorporación o no de la depreciación acelerada tiene más bien un carácter político que uno económico. Por lo tanto, me parece que el gobierno ha tratado de ser muy práctico en términos de que es más probable que se apruebe el proyecto sin un tema tan sensible para ciertos sectores, como lo es la depreciación acelerada.
Integración de las bolsas
-¿Hacia dónde debería apuntar el crecimiento de la Bolsa Electrónica? ¿Debería tener mayor protagonismo?
-Leí con mucha atención y muy contento una cosa que plantea el ministro Felipe Larraín. Cuando se refiere a los siete pilares del Mercado de Capitales del Bicentenario, habla de la mayor transparencia y mayor integración de los mercados. Y ahí hay una tremenda oportunidad para ampliar el mercado de valores en Chile, logrando una mayor integración y transparencia en los negocios de bolsa. Y yo espero contribuir a eso.
-¿Cómo quiere contribuir? ¿Qué cosas puntuales cree que deben hacerse?
-El ministro lo dice mucho mejor que yo. En la integración de los mercados hay un tema pendiente. Estoy hablando de integración, no de fusión.
-Pero el tema de la fusión de las bolsas ha estado desde hace tiempo en el debate… ¿Cree que se debe avanzar en esa línea?
-Es un tema que llegará o no dependiendo de cómo se den los temas en el futuro. Lo que hay que hacer es integrar los mercados, tanto el mercado global como con el local, que operen en línea. Debiera ser relativamente indiferente hacer una transacción en cualquiera de estos mercados.
"Leí con mucha atención lo que plantea el ministro Larraín. Cuando se refiere a los siete pilares del Mercado de Capitales del Bicentenario, habla de la mayor transparencia y mayor integración de los mercados. Y ahí hay una tremenda oportunidad para ampliar el mercado de valores en Chile".
-¿Tiene una deuda en ese sentido Chile: integrar más sus mercados a los globales?
-Tiene una oportunidad más que una deuda. Una oportunidad de estar mucho más integrado. Y para eso hay que resolver algunos aspectos tributarios y regulatorios, que harían que el mercado sea mucho más fluido.
-¿Qué aspectos serían esos?
-El ministro Larraín dice que hay que mejorar la transparencia y la información de precios en el mercado y la certificación de los profesionales que trabajan como operadores. Yo creo que existe un montón de cosas en las cuales se puede perfeccionar el mercado y, por esa vía, hacerlo mucho más masivo, que mucha más gente invierta en valores.
-¿Está participando de esta discusión sobre el mercado de capitales? ¿Se ha juntado con el ministro Larraín para ver estos temas?
-No. Pero claramente es un tema que al interior de la Bolsa vamos a trabajar.
-¿Están trabajándolo como Bolsa Electrónica o la idea es juntarse con la Bolsa de Comercio para revisarlo?
-Nosotros felices de poder trabajar en conjunto con la autoridad y con la Bolsa de Comercio en el desarrollo de estas iniciativas.
-¿Se ha juntado con Pablo Yrarrázaval y los directores de la Bolsa de Comercio?
-No todavía. Pero cuando uno quiere hacer crecer la industria, tiene que hacerlo con todos los actores.