Algo tiene el cielo que engancha. A los 52 años, piloto hace 35 y fascinado por la aviación desde su infancia, el empresario Claudio Fischer relanzó Aerocord, la aerolínea que en 1960 fundó su padre, un ex piloto de la Fuerza Aérea de su mismo nombre.
La compañía, que opera vuelos en la XI Región, es uno de sus proyectos más personales. El único en que no está asociado a su hermano Humberto (54) y que él mismo dice "llevarlo en la piel". "Tuve un papá que voló toda su vida, hasta los 71 años, y yo pretendo terminar en eso", sostiene.
Ni la crisis económica, que ha golpeado con dureza a las aerolíneas, provocando millonarias pérdidas en el sector, ni los peligros de volar en los virulentos aires del sur chileno lo asustan. "Ésta es nuestra vida. Los que nos gusta y lo que mejor sabemos hacer", dice.
En los últimos 32 años, Claudio y Humberto Fischer Llop han construido un grupo empresarial enorme y diversificado, que maneja AquaChile -la mayor productora de salmones del país-; negocios agrícolas e inmobiliarios y los casinos de juegos Dreams.
Sus inicios empresariales se remontan a 1978, cuando ambos instalaron salas de videojuegos en Coyhaique y poco a poco se fueron expandiendo hasta controlar más de mil máquinas desde Puerto Montt al sur.
En 1986 entraron al negocio de los salmones, creando Pacífico Sur, que en 1998 se fusionó a AquaChile, de Víctor Hugo Puchi y su familia. En forma paralela incursionaron en los rubros agrícola, forestal e inmobiliario.
Los dos hermanos manejan los negocios en conjunto, pero Claudio se concentra en el área inmobiliaria -que incluye los casinos-, y Humberto en la salmonicultura, que enfrenta el inicio de su recuperación tras la irrupción del virus ISA, una plaga que hizo caer la producción a la mitad y despedir a cientos de personas.
El menor de los hermanos tenía 12 años cuando montó su primer avión. A los 16 siguió a Humberto a Valdivia, para estudiar, ambos, Veterinaria en la Universidad Austral. Pero lo dejó todo porque quería volar. "Mi padre siempre quiso que fuera piloto", revela.
Es que desde el aire la perspectiva es otra, confirma, mientras habla con soltura de aviones y aeropuertos. Hasta hoy, vuela semanalmente por placer y necesidad. Sus proyectos lo llevan a moverse entre Punta Arenas, Temuco, Coyhaique o Valdivia, donde se ubican algunas de las instalaciones de sus compañías, todas agrupadas bajo el holding Pacífico Sur. "Me muevo yo mismo en helicóptero o en avión porque eso me permite tener flexibilidad de horarios. En el sur no hay muchos vuelos y en un país tan largo, la aviación es imprescindible para reducir distancias", explica.
La fascinación por los aviones lo ha llevado a probar y volar todas las aeronaves que explota la compañía. Actualmente, Aerocord posee una flota de 5 aviones para 12 y 20 pasajeros, que atiende a ciudades como Palena, Futaleufú y Santa Bárbara, además de 15 helicópteros en los cuales está asociado a su amigo temucano Carlos Barrié y que se orientan a prestar servicios a la salmonicultura y al sector forestal.
"Creo que HidroAysén se va a terminar construyendo igual y espero que de verdad se haga de la mejor forma posible, con la máxima sustentabilidad y que quienes estén a cargo de este proyecto inviertan un poco más en, por ejemplo, no producir esa tremenda cicatriz que significa la línea de alta tensión".
Es tanta su pasión por la navegación aérea, que hasta consiguió que el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio (MNAE) de Cerrillos le prestara en noviembre del año pasado el avión Saturno -un monumento nacional-, para trasladarlo al lobby del Hotel Dreams de Punta Arenas y así festejar los 100 años del natalicio de Franco Bianco, el piloto civil magallánico que trazó la primera ruta aérea de los vuelos comerciales al extremo austral del país.
Camino a Lima
Aunque con su incursión en los casinos ya pusieron un pie en el norte, los Fischer son considerados uno de los principales grupos empresariales sureños. Sus dominios se extienden, principalmente, entre las regiones IX y XII.
Asociados al fondo de inversiones Citi Venture Capital -de Citigroup- que posee el 41,76% de las acciones, operan la red de hoteles y salas de juego Dreams, hoy convertida en uno de los principales motores de crecimiento del conglomerado.
A través de los casinos de Iquique, Temuco, Valdivia, Punta Arenas -y en un año más Coyhaique- generaron ingresos por US$ 73 millones y ganancias por $ 25 millones en su primer año de operaciones.
El resultado se compara positivamente con el de los otros dos grandes jugadores de la industria: Enjoy y Monticello registraron pérdidas por más de $ 7 mil millones y $ 11 mil millones, respectivamente.
El vuelo de Fischer
Además, el grupo analiza su ingreso a Perú, donde posee casi mil máquinas tragamonedas que arriendan a otros operadores. "Hubo un cambio legislativo, que despejó incertidumbres legales y tributarias. Podríamos llegar eventualmente a tener un casino allá o a tener salas de máquinas", adelanta el empresario. Tras las modificaciones legales, que permitieron la formalización de la industria, Perú es considerado como uno de los nuevos e importantes mercados de casinos de América Latina.
Respecto de nuevas inversiones en el sector, Fischer sostiene que "uno está mirando y estudiando oportunidades. Siempre las hay: por ejemplo, la posible compra del casino de Rinconada. Pero recién cumpliremos un año de operación en Punta Arenas; abriremos el casino de Coyhaique, más la ampliación de Iquique y si sumamos lo de Perú, creemos que es bastante fuerte por ahora".
No a Hidroaysén
Por eso, Fischer asegura que su condición de empresario regional no ha sido un impedimento para salir a conquistar mercados. "Nuestro crecimiento responde básicamente a nuestra actitud, a nuestra forma de ser. Hemos hecho los negocios que se pueden hacer en regiones, como la salmonicultura en AquaChile, que se generó aquí, y desde aquí se convirtió en una de las empresas más grandes del país y la segunda más grande del sector en el mundo", declara.
Con ese mismo carácter decidido enfrenta la polémica por la construcción de HidroAysén, el megaproyecto eléctrico de Endesa y Colbún que pretende levantar cinco represas en los ríos Baker y Pascua. Éste ha generado el frontal rechazo de su socio Víctor Hugo Puchi. La iniciativa también considera erigir una línea de transmisión de más de 2.200 kilómetros desde la Patagonia hasta Santiago, pasando por parques nacionales, tierras privadas, públicas y vírgenes.
Fischer analiza su ingreso al mercado peruano, donde posee casi mil máquinas tragamonedas que arriendan a otros operadores. "Hubo un cambio legislativo, que despejó incertidumbres legales y tributarias. Podríamos llegar eventualmente a tener un casino allá o a tener salas de máquinas", adelanta el empresario.
"Yo llegué a Coyhaique muy chico y pienso igual que mis socios sobre HidroAysén, tengo las mismas aprensiones. Creo que se terminará construyendo igual, y espero que de verdad se haga de la mejor forma posible, con la máxima sustentabilidad y que quienes estén a cargo de este proyecto inviertan un poco más en, por ejemplo, no producir esa tremenda cicatriz que significa la línea de alta tensión que pasa por todos los valles, ventisqueros y ríos de Aysén, donde está el intangible y el patrimonio de la región", declara.
A su juicio, el mayor daño lo generará la línea de transmisión que llevará la energía hasta el Sistema Interconectado Central. "Me parecería una aberración que se construyan las torres de alta tensión, las que pasan por los lugares más bellos y visitados de Aysén. Las centrales como tales se pueden mitigar, se puede reducir la superficie de inundación tal como se ha hecho, precisamente por la oposición que existe de gente de Aysén que piensa que esto es malo para la región. El gran patrimonio que tenemos es la belleza natural y no veo cómo se puede compatibilizar con esto", dice.
Por eso, añade que el país debiera estudiar la alternativa de optar por la energía atómica. "Los mismos ambientalistas que se oponen a Hidroaysén se oponen a las centrales nucleares. Y eso para mi gusto no tiene sentido, pero es una discusión que como país tenemos que enfrentar", puntualiza.