Por María José López Julio 9, 2010

Hay olor a nuevo en Santa María 5.888. Hace diez días el empresario Christoph Schiess se instaló en sus oficinas, una moderna construcción de más de 12 mil metros cuadrados, líneas curvas, ventanales y hormigón a la vista. Situado entre áreas verdes, una laguna artificial y una privilegiada vista al Manquehue, el edificio Transoceánica, que alberga a todas sus empresas, promete ser "el más verde" de Chile. Es, además, el primero, de un parque de oficinas -Business Park-, en el que Schiess invertirá US$100 millones.

"¿Y qué te parece?", pregunta orgulloso Schiess con su característico acento alemán, mientras destapa una botella de agua mineral Puyehue en la sala de reuniones. Se apresta a explicar por qué hoy es considerado como uno de los empresarios más diversificados del país: "La base de esta compañía la formó mi padre. Hace doce años, cuando me hice cargo, Transoceánica no manejaba muchos negocios, sino que más bien propiedades, desarrollos inmobiliarios e inversiones. Yo quise hacer más intensa la cartera de negocios propios, a los que en un principio uno ingresa basándose más que nada en la intuición. ¿Cómo funcionamos? Yo soy el de la idea. Luego se la cuento al equipo, que evalúa".

Hoy controla los hoteles Hanga Roa, Cottage de Uruguay y Alto Atacama, el Teatro del Lago y Agua Mineral Puyehue. Además, posee participaciones en Sudamericana de Vapores, Marinsa, Copec y Cencosud. Es socio en KidZania, Antarctic Dream, Banco Internacional, cerveza Kross, Framberry, Oleotop, Puerto Muelles de Penco y los colegios Dunalastair. A eso suma terrenos en La Dehesa -30 hectáreas-, Santa María de Manquehue -20 hectáreas- y Huechuraba -25 hectáreas-.

Pero su ansia diversificadora tiene límites. Schiess dice que jamás invertiría en casinos. Asegura que en los diez años que posee Puyehue le han ofrecido unas cien veces construir un recinto de juegos. "Siempre lo he rechazado, porque a nosotros, como familia, no nos atrae ese negocio. En Puyehue buscamos una filosofía contraria a lo que ofrecen los casinos. Estamos enfocados en explotar la naturaleza, lo ecológico, el espacio familiar".

-¿Cuántas veces al mes lo llaman para ofrecerle nuevos negocios?

-Uno permanentemente está recibiendo propuestas y analizando las oportunidades que se presentan.

-¿Le ofrecieron ingresar a LAN o a Chilevisión?

-No.

-¿Y le parece interesante ingresar a Chilevisión?

-No nos interesa.

-¿Qué tipo de negocios son los que le parecen atractivos para incursionar?

"Yo tengo padres alemanes, y sangre alemana, pero nací en Chile y mi país es éste. Me identifico completamente con Chile, y no se me ocurriría vivir en Alemania".

-Todo el tema de innovación, distinto e inexplorado, me atrae. No me interesa hacer lo que otras 30 personas ya han hecho. Quizás, en Chile si uno mira el pasado, se acostumbraba a copiar las buenas ideas. De un emprendimiento, al poco tiempo aparecían muchas ideas iguales. Por ejemplo, uno trajo los kiwis y al poco tiempo todos los estaban plantando. Luego por el exceso de producción, la mitad arrancó del negocio. Mi enfoque consiste en buscar proyectos que son un poquito más distintos. En ese aspecto es importante analizar las tendencias mundiales. Quizás hace 30 años a la gente que viajaba le interesaba llegar a algún hotel como el Hilton, Sheraton o Marriott, pensando en que ahí habría una pieza de un tamaño establecido y las cosas funcionarían bien. Pero hoy la gente viaja tanto, que busca otra cosa, busca una experiencia única. Esa experiencia única no es copiable, pues justamente la gracia es que sea algo que nadie más ofrece. Por eso me concentro mucho en buscar este tipo de negocios. Me preocupa mucho emprender.

-¿Teme al fracaso?

-Es muy importante fomentar las ganas al riesgo. En Chile es mal visto que alguien fracase en su emprendimiento.

-¿Ha fracasado?

-Claro que sí. Un ejemplo es la empresa Lácteos Frutillar -vinculada a los empresarios Marco Cariola y Carlos Alberto Délano-. Nos asociamos a ellos y hace un año y medio, cuando se complicó el negocio de la leche, decidimos cerrar la planta. Pero no me cabe ninguna duda que de repente encontraremos una interesante forma para abrirla.

Buscando oportunidades

El alemán Guillermo Schiess llegó a Valparaíso el 6 de julio de 1948, a los 23 años, tras huir del ejército ruso que lo tomó prisionero durante la II Guerra Mundial. Lo trasladaban en barco a Liberia cuando logró escapar.

Tras una larga odisea arribó a la V Región, donde tenía un tío que era dueño de un negocio de distribución de alimentos al por mayor. Sus primeras actividades fueron la venta de papas y chuño, y al poco tiempo inició la importación de  electrodomésticos Miele desde Alemania.

A los 34 años, durante un viaje a su país natal conoció a su mujer, Alexa Schmitz, con quien se casó. En Santiago tuvieron a sus cuatro hijos: Claudio, Sonia, Christoph y Nicola.

En 1954 Schiess padre formó Transoceánica, empresa dedicada al comercio exterior. Treinta años después invirtió en Termas de Puyehue, que hoy contempla las Termas Aguas Calientes y el hotel Termas Puyehue Wellness & SPA Resort. Gracias a su buen olfato, se hizo de algunos de los mejores terrenos de Santiago para desarrollos inmobiliarios: La Dehesa, Santa María de Manquehue y Huechuraba. "Mi padre siempre andaba viendo oportunidades, incluso en vacaciones. No lograba quedarse tranquilo. Llegaba a un lugar y empezaba a pensar qué se podía hacer en él. Tenía una visión de largo plazo que en la universidad no se aprende", dice Christoph.

La fórmula Schiess

Su padre, además, siempre les inculcó la cultura. "Todos en mi casa tocamos un instrumento: yo aprendí a tocar el piano", dice y recuerda que su infancia transcurrió entre su casa -en la calle Colón- y el Colegio Alemán. "Me encantaba andar en bicicleta, iba a Las Vizcachas, me gustaba mucho esquiar. Recuerdo con más nostalgia, eso sí, los tiempos de la UP: cómo me impactaba hacer colas de seis horas para comprar 2 kilos de pan", relata.

-¿Cómo describiría la fórmula Schiess?

-Uno tiene que estar constantemente viendo las posibilidades que existen y las oportunidades que se presentan. Además, hay que perseguir la estrategia y las metas en la empresa. Para eso tengo fortalezas y también debilidades.

-¿Por ejemplo?

-Hay administradores de negocios que lo hacen mucho mejor que yo. Quizás una de mis fortalezas es ver una oportunidad, crear un negocio, encontrar socios y desarrollar un concepto atractivo. Pero una vez que esto empieza a tomar cierto ritmo, lo derivo a manos más profesionales y formo un directorio. Tengo muy claro que no soy dueño de la verdad absoluta. Por eso es clave delegar y no concentrar todas las decisiones.

-¿Quiénes integran su núcleo de confianza?

-Yo me hice cargo de Transoceánica con el equipo que traía mi padre: Anselmo Palma, Patricio Schiffrin Palma, Francisco Rojas Palma, Raimundo García Rioseco, Max Pfingsthorn y Werner Gothe.

- ¿Todo este equipo dirime si se hace o no el negocio?

-Claro. Y con el tiempo fui integrando a gente más joven, como Matías Guzmán, Sergio Lacámara, Juan Hardessen, Alejandro Molnar. Con él desarrollamos un pequeño fondo de inversión, mediante el cual decidimos ingresar a proyectos nuevos: Antarctic Dream, cerveza Kross, KidZania.

-Sus 2 hermanos -Claudio y Sonia- que viven en Europa, ¿participan de sus negocios?

-No participan localmente. Nicola, en cambio, está a cargo del Teatro del Lago:  ella es parte del directorio.

Alemania, la elite y Paulmann

Tras terminar el colegio, Christoph Schiess viajó a Sudáfrica a hacer la práctica en el Standard Bank. Luego, ingresó a la University of Capetown. "En esa época en Chile había muchas huelgas. Quise viajar para perfeccionar mi inglés, y como a mi familia nunca le gustó Estados Unidos, me inscribí allá. Hice un Bachelor of Commerce, que en Chile es algo así como una licenciatura económica. Después cursé un MBA en la Universidad Católica", indica.

En 1984, su padre sufrió un ataque cerebral que lo dejó con un lado paralizado hasta su muerte, en 1998. Entonces,  Christoph Schiess, con 35 años, tomó el mando.

-Usted tiene socios como Mario Kreutzberger, Jürgen Paulmann, Andrés Navarro, los Von Appen. ¿Cómo los elige?

-Para mí es muy importante ver con quién uno se asocia: hay que compartir filosofía, ideas, estilo. Si no, es probable que no haya entendimiento.

-¿Es más fácil tener socios alemanes que chilenos?

-Para nada: tengo más socios chilenos que alemanes.

"Admiro a Andrónico Luksic padre y Anacleto Angelini. Pero con el que me saco el sombrero, aunque no lo quiero imitar, es Horst Paulmann. Tal vez ahora que cuenta con un equipo más armado tiene más tiempo, pero es una máquina de trabajo que no soy capaz de imitar. Lo encuentro fantástico, pero yo tengo otro estilo de hacer negocios".

-¿Se siente más chileno o más alemán?

- ¡Chileno! Tengo padres alemanes, y sangre alemana, pero nací en Chile y mi país es éste. Me identifico completamente con Chile. No se me ocurriría vivir en Alemania.

-¿Por qué?

-Porque un país como Chile nos da confianza para invertir: las instituciones funcionan y las reglas son bastante claras. Además, hay muchos negocios inexplorados y, a nivel de emprendimiento, existe una tremenda oportunidad.

- ¿Cuándo se siente chileno y cuándo alemán?

-En una reunión de negocios se pueden percibir mis dos lados bien marcados. Por ejemplo, la puntualidad para mí es clave. Eso es alemán. Pero también es importante tener unos pocos minutos para compartir sobre temas más personales. Y, en Alemania, eso no ocurre. Yo opto por un balance entre la eficiencia y lo humano. En lo humano me encanta Chile, y en la eficiencia, claro que Alemania.

-¿Cómo es su relación con los empresarios chilenos? ¿Asiste a la Sofofa, le gusta la vida social?

-Aunque no puedo ir a todos los eventos que me invitan, trato de elegir lo que suena interesante. Esas reuniones sirven para compartir, saludarse y reunirse con los empresarios. Siempre es bueno ir.

-¿Qué opinión tiene de la elite chilena?

-Eso es lo bueno y entretenido que tiene Chile. Como el mercado económico es relativamente chico, todos se conocen. También es muy entretenido que, incluso a nivel político, uno conoce gente. Conozco a un par de ministros y es muy interesante toparse con ellos en reuniones. Son cosas que en Alemania prácticamente no pasan, porque ahí son 82 millones de habitantes.

-¿A cuáles conoce?

- Tengo cercanía con Felipe Larraín, Laurence Golborne, Ena Von Baer, Juan Andrés Fontaine, y también conozco a Rodrigo Hinzpeter.

-¿A qué empresario admira?

-A varios: Andrónico Luksic padre y Anacleto Angelini. Pero con el que me saco el sombrero, aunque no lo quiero imitar, es Horst Paulmann. Lo que ha armado me parece sumamente impresionante.

-¿Y por qué no imitaría a Paulmann?

-Lo conozco bastante, y aunque se preocupa mucho de sus amistades, su vida privada está muy limitada por sus negocios. Tal vez ahora que cuenta con un equipo más armado tiene más tiempo, pero es una máquina de trabajo que no soy capaz de imitar. Lo encuentro fantástico, pero yo tengo otro estilo de hacer negocios.

-En Chile, los alemanes han tenido éxito en los negocios. ¿Cuál es la fórmula alemana?

-Sin querer herir a nadie, pienso que el alemán ha sido una persona trabajadora, eficiente, ordenada, perseguidora de las ideas que se meten a su cabeza. Pero hoy existen muchos chilenos que han salido a vivir y estudiar fuera del país y son sumamente competitivos a nivel mundial.

-¿Cuál es su relación con los empresarios alemanes?

-Dentro de la colonia alemana todos nos conocemos. Soy cercano a Horst Paulmann, a pesar de ser de distintas generaciones, pero cada vez que nos vemos, hablamos y nos entretenemos. Él es muy buena onda. Lo mismo con Abraham Senerman, los Von Appen y los Kaufmann.

La fórmula Schiess

"Voté por Piñera"

- ¿Cómo evalúa al gobierno de Piñera?

-Es un gobierno con un proyecto bien interesante, que lógicamente aún no han podido implementar porque el terremoto cambió la agenda. Pero da la impresión que este gobierno ayudará al país a atreverse a emprender. Dados los avances que Chile ha tenido en estos últimos 20 a 30 años es muy sano que hoy estemos tratando de darle un enfoque un poquito más innovador y creativo al país.

-¿Cuál es su opinión de los gobiernos de la Concertación?

-En varias cosas lo hicieron muy bien. Sin embargo, difiero  con el enfoque que le dieron a la parte social. La ayuda social es muy importante, pero si uno le regala las cosas a la gente, no hay progreso. Es mucho más sustentable darles la posibilidad para que ellos mismos puedan emprender. Entregarles herramientas, y que ellos ingenien ideas para salir adelante. Si no, no hay desarrollo.

-¿Políticamente cómo se define? ¿Liberal?

-No liberal, pero independiente. Como empresario hay más afinidad, a veces, en cómo se define la derecha, pero por otro lado ideológicamente hay cosas muy rescatables de la izquierda. Me alegro de que hayamos tenido alternancia.

- ¿Votó por Sebastián Piñera?

-Sí, no tengo problemas en reconocerlo. Tuve más esperanza en que Piñera genere un cambio. Frei ya tuvo la oportunidad seis años y no hubo tanto cambio.

El lado verde

- ¿Siempre se ha dicho que una de las obras a las que la familia Schiess le ha puesto más corazón y energía es al Teatro del Lago, cuya inversión estimada es de US$ 7 millones ¿Es su proyecto preferido?

-Para mí los proyectos regalones son los que estamos iniciando. Este último año le hemos dedicado mucho tiempo al Business Park, y es ahí donde hemos concentrado todas las fuerzas. El terreno de 7 hectáreas lo compró mi padre hace 30 años y ahí ahora partimos con el edificio de Transoceánica, en el cual invertimos alrededor de US$ 15 millones. El metro cuadrado del edificio vale 32 UF (cerca de $ 679.000).

"A mí todo el tema de innovación, distinto e inexplorado, me atrae. No me atrae lo que otras 30 personas ya han hecho. En ese aspecto hay que analizar las tendencias mundiales. Es muy importante fomentar las ganas al riesgo. En Chile es mal visto que alguien fracase en su emprendimiento".

-¿Cómo nace la idea de este edificio?

-Hace diez años que queríamos cambiarnos de oficina, pero la idea tomó fuerza alrededor de 2004, cuando me contacté con los arquitectos de la oficina alemana de Tom Krause y diseñamos el proyecto. Es único por su forma -hay pocos edificios curvos en Chile- y por el sistema de climatización y eficiencia energética. Si bien es cierto que este sistema implica una inversión aproximadamente 40% superior a la de un edificio normal, estimamos que el consumo será 75% inferior.

- Al igual que este edificio, el hotel de Isla de Pascua también es considerado "verde". ¿A qué se debe su opción por este tipo de construcción?

-No me considero para nada ambientalista, lo que no significa que no me preocupen los temas ambientales. Cuando desarrollamos la idea no pensamos en transformarlo en el edificio más verde de Chile. En esto tuvieron un rol clave el arquitecto Alex Brahm y Jeannette Schiess, mi señora, junto a Sergio Lacámara y Matías Guzmán. Ellos comprendieron, organizaron e implementaron toda la tecnología de los sistemas de climatización y eficiencia energética. Sin ellos no hubiera podido transformar en realidad este proyecto.

- ¿Qué pasó con el edificio de La Portada de Vitacura?

-Los departamentos que ahí tenemos siguen siendo nuestros y abarcan tres pisos. Tenemos 3 alternativas de proyectos pensadas para ese lugar, pero aún no es momento de hablar de ello.

- En el mercado se habla de que estaría negociando con Abraham Senerman para crear ahí un proyecto en conjunto...

-Por la cercanía de los edificios es evidente que la gente piense eso. Es lo más lógico. Pero aún no hay nada que contar al respecto.

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