Por Emilio Maldonado Quevedo Septiembre 3, 2010

A mediados de mayo de 2009, cuando la opinión pública y las autoridades de la época criticaban la supuesta colusión de las tres mayores cadenas farmacéuticas del país, al interior de Farmacias Ahumada comenzaba a tejerse una historia paralela, que tendría como desenlace la salida de José Codner de la propiedad de la compañía.

Entonces el controlador de Fasa expresó a algunos miembros del directorio sus dudas sobre la veracidad del caso, pese a que, meses antes, la cadena reconoció ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) haberse coludido con sus competidoras, Cruz Verde y Salcobrand, para subir los precios de al menos 222 medicamentos, entre noviembre de 2007 y marzo de 2008.

Tras admitir la coordinación, la firma cerró un acuerdo que permitió terminar con el proceso, comprometiéndose a aportar pruebas -inexistentes según varios directores de la época- y a pagar US$ 1 millón como multa.

Las dudas de José Codner generaron un terremoto dentro de la compañía. "Rosemblatt se mandó una de Hollywood", le dijo a uno de los directores, en alusión a la espectacularidad del caso. Pero en su fuero interno ya había decidido dejar la compañía, que fundó hace 40 años con un local en el centro de Santiago y que hoy suma 1.200 tiendas en tres países y ventas por sobre los US$ 1.500 millones anuales.

Desde la suscripción del acuerdo conciliatorio con la Fiscalía Nacional Económica, cada mes se hizo más complicado para Codner estar dentro de su propia compañía.

En junio de 2009 y ante la presión de varios directores, el empresario contrató al penalista Luis Hermosilla para analizar lo ya obrado por  Sergio Mesías -fiscal interno de Fasa-; Alejandro Rosemblatt, vicepresidente ejecutivo; y la abogada externa, Nicole Nehme. El juicio fue lapidario: no habría pruebas que sustentaran autoinculparse de colusión.

Codner entonces decidió despedir a Mesías, a quien sindicó como responsable de las negociaciones con la Fiscalía Nacional Económica. Pero Rosemblatt, quien es su yerno, no aprobó la decisión. Airado, el dueño de la compañía decidió echarlo a él también. Era un viernes de junio y tres directores recuerdan que el fundador de la cadena entregó un mensaje claro: Rosemblatt dejaba Fasa y en su reemplazo sería nombrado el director y ex presidente de Interamericana Seguros de Vida, Alexander Fernández. Los entonces directores de la cadena Gabriel Berczely y Eduardo Bellinghausen fueron mandatados a negociar el nuevo puesto con Fernández e incluso su sueldo, para que asumiera a la semana siguiente. Pero conversaciones familiares durante ese fin de semana pusieron paños fríos a la situación.

Sin embargo las aguas de la compañía siguieron agitadas. Los demás accionistas -como las AFP y Falabella, que posee el 20% de las acciones- cuestionaron el manejo del caso, la Superintendencia de Valores y Seguros multó a Codner y a otros directores, y el directorio le pidió la renuncia al propio fundador, lo cual terminó con su salida y un recambio casi total en el gobierno de la empresa. Fue ahí que, hacia fines de año, el controlador decidió vender.

"He tomado la decisión de renunciar a la presidencia del directorio, cargo que ostento desde la fundación de la compañía, así como a la presidencia ejecutiva de Farmacias Ahumada, cargo que desempeño desde hace casi 10 años, renuncias ambas que se harían efectivas a contar del 17 de noviembre próximo. He escogido esta fecha, ya que la misma coincide con los 40 años de aniversario de la apertura de nuestra primera farmacia, en la esquina de los paseos Ahumada y Huérfanos. Es un momento muy especial para la compañía, y simboliza también una necesidad de renovación; de cerrar un ciclo y comenzar otro en su fructífera historia", dijo el empresario en su carta de renuncia, enviada a los directores de la firma.

Unos meses después inició silenciosamente los contactos con los bancos de inversión para la venta de la firma. A lo largo de los últimos años, Codner recibió numerosas ofertas por  su negocio. Grupos nacionales y extranjeros, además de varios fondos de inversión se mostraban interesados.

Codner entonces decidió despedir a Sergio Mesías, fiscal de Fasa, a quien sindicó como responsable de las negociaciones con la Fiscalía Nacional Económica. Pero Rosemblatt, quien es su yerno, no aprobó la decisión. Airado, el dueño de la compañía decidió echarlo a él también.

Finalmente, en mayo de este año, el grupo mexicano Casa Saba anunció la compra de la cadena en una transacción cercana a los US$ 650 millones. Tras conseguir la autorización definitiva por parte de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) de México para la operación, esta semana lanzó una Oferta Pública (OPA) por todas las acciones de la compañía. La operación reportará al fundador de Fasa cerca de US$ 250 millones.

La decisión de vender el control de Farmacias Ahumada fue sentimentalmente compleja para Codner, ya que la firma representa parte fundamental de su vida, como les dijo a sus más cercanos. Días después, en el  comunicado donde se informó de la operación, afirmó: "Creo firmemente que en los negocios la visión de emprender es tan importante como saber identificar cuándo se debe cerrar un ciclo para que otros continúen la tarea".

Family office

Quienes conocen al empresario aseguran que está decidido a vivir con menos revoluciones. Desde que trascendió la existencia de un mandato de venta a los bancos Goldman Sachs y Altis, el químico farmacéutico ha descansado, viajó y medita qué hacer con los recursos que le reportará el negocio. No ha perdido rutinas, como jugar golf junto a sus amigos Eduardo Fosk y Sergio Nudman en La Dehesa o escaparse a su nueva casa en Punta Pite, la cual construyó para él y sus hijas luego de que decidiera vender la suya en Quintay.

En entrevista con el semanario "La Palabra Israelita", hace algunos meses anunció que se tomaría un año sabático: "Tengo muchas cosas que ordenar", dijo.

Hace un par de semanas viajó en un crucero con amigos por Europa, pero siguiendo de cerca, a través de su BlackBerry, el pronunciamiento de la autoridad regulatoria mexicana, que era fundamental para el negocio.

Aunque en su círculo se ha quejado en más de una oportunidad de que ya no recibe llamadas ni invitaciones desde que dejó la presidencia de Ahumada, Codner ha dicho que administrará inicialmente desde su oficina en avenida Alonso de Córdova los recursos que genere la venta de su compañía.

Su apuesta es invertir en acciones y fondos internacionales, además de negocios inmobiliarios, área que conoce muy bien y que ha desarrollado en conjunto con sus hijas Ethel, Denise y Karen.

Precisamente pensando en ellas es que tiene en carpeta desarrollar un family office. Ha recibido diversas asesorías y planea modificar las siete sociedades mediante las cuales, de manera directa, él y su familia detentan hasta ahora el control de Fasa. Además tiene en mente reclutar a un ejecutivo de alto nivel para manejar este portafolio de capital fresco.

Dudas en la torre Centenario

"Los altos ejecutivos de Ahumada ni se atreverían a mandarnos sus currículum porque saben en el problema que nos metieron con la colusión. Pero sí hemos recibido muchas solicitudes de trabajo de vendedores y químicos farmacéuticos de Fasa", reconoce el gerente de una farmacia de la competencia.

La búsqueda de trabajo del personal de Farmacias Ahumada entre los competidores es confirmada por la empresa, cuya matriz está situada en la torre Centenario, en pleno centro de Santiago.

Según la compañía, es normal que en casos de venta o fusión de una empresa exista nerviosismo entre los empleados, lo cual no ha impedido que -mientras ha durado el proceso de venta- la farmacéutica haya abierto 29 locales e incrementado sus utilidades en 14% hasta US$ 7,3 millones durante el primer semestre.

Donde sí se han notado cambios es en la ausencia de sus representantes en las sesiones del Senado, donde se debate el nuevo escenario regulatorio que afectará a la industria, y donde activamente han participado los gerentes de Cruz Verde y Salcobrand.

Con un proceso de venta en marcha, los nuevos protagonistas de Fasa serán los hermanos Manuel e Isaac Saba, quienes controlarán el destino de la mayor cadena de farmacias de Latinoamérica, y quienes, según conocen de sus jugadas, seguirán con la estrategia implementada por Codner en estos años. Al menos durante los primeros doce meses de la nueva era Saba.

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