Debieron transcurrir 14 años para que en Chile se volviera a efectuar una Bienal de Diseño. La falta de financiamiento y la ausencia de un grupo organizador integrado hicieron que la última muestra de este tipo fuera efectuada con regularidad sólo hasta agosto de 1996. Un escenario que este año cambió. A contar del 26 de noviembre, en la Estación Mapocho, en una superficie de 3.000 m2, se realizará la cuarta versión de este encuentro, que congregará a 93 empresas y 35 diseñadores independientes, con una muestra de 397 proyectos en total.
En esta IV Bienal, retomada por las universidades Del Desarrollo y Católica, y auspiciada por diversos actores del sector público y privado, no sólo se verán los últimos proyectos de packaging, interiorismo, mobiliario e imagen corporativa. También se exhibirán propuestas tan novedosas como un sistema que permite adaptar la forma y características de ataúdes destinados a la exportación, hasta los lavados de alma que trae la muestra danesa "It's a Small World", que ya se presentó en Shanghái y Curitiba, Brasil. El creador alemán y referente del diseño mundial Peter Zec dictará una charla sobre el diseño como forma de incrementar el valor de las compañías.
Todo lo anterior bajo el concepto "Chile se diseña" (eslogan de la Bienal), que pretende enfocarse en un modelo sustentable de hacer diseño, entregándoles valor agregado a los productos. "Está pensada en el desarrollo del país. Ya no se trata sólo del hermoso jarrón para decorar la casa, sino que está enfocada a la entrega de soluciones en rubros tan distintos como la salud, minería y cultura", explica José Luis Bayer, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Diseño (QVID).
En Chile, si bien no hay una cifra específica, se estima que la industria del diseño mueve alrededor de US$ 60 millones anuales. Para tener una idea, las 10 empresas más grandes del rubro realizan contratos que alcanzan unos US$ 15 millones al año. De ahí que las expectativas del encuentro sean generar nuevas inversiones, contactar a grandes proveedores con oficinas boutique y generar una propuesta atractiva y transversal para el público. La meta de visitantes es ambiciosa: se espera que cerca de 150.000 personas se acerquen a la exposición.
"La Bienal está pensada en el desarrollo del país. Ya no se trata sólo del hermoso jarrón para decorar la casa, sino que está enfocada a la entrega de soluciones en rubros tan distintos como la salud, minería y cultura", explica José Luis Bayer, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Diseño.
La tarea de integrar diseño y empresa no ha sido fácil. En Chile, la actividad aún es vista como un costo, en vez de como una inversión. Según fuentes ligadas a la industria, se estima que las empresas chilenas destinan sólo un 2% de su presupuesto al diseño. Una cifra muy distinta a la que se desembolsa en países desarrollados. En Gran Bretaña, el 8% del PIB lo aportan las industrias creativas, esto incluye diseño, cine, publicidad y artes escénicas. En este mercado, el negocio genera un promedio de US$ 1.600 millones anuales en exportaciones.
Las cifras de retorno dan cuenta de que, asimismo, se trata de una apuesta rentable. En Corea, por cada dólar invertido las empresas reciben US$ 4 de vuelta.
Las nuevas apuestas de Árbol
Uno de los invitados emblemáticos a la IV Bienal de Diseño es la agencia Árbol de Color. Este equipo multidisciplinario, en el que convergen desde arquitectos hasta filósofos, lleva 27 años haciendo asesorías en las unidades de marketing y arquitectura de sus clientes. En el último tiempo, la firma propiedad de cuatro socios, ha optado por la especialización, específicamente, la museología. Un ámbito poco desarrollado en Chile y en el que ya han implementado proyectos como el Museo de la Memoria, que se presenta en la Bienal de Santiago. El museo será parte, además, de la II Bienal Iberoamericana, que se lleva a cabo la próxima semana en Madrid.
Un total de 397 proyectos se presentarán en la Estación Mapocho.
Se trata de una construcción revestida en cristal, sobre la cual habrá impresiones digitales -como imágenes y documentos- relacionadas con el tema de los derechos humanos, junto con recursos audiovisuales. La idea es que el visitante permee su conocimiento en esta materia a través de una suerte de viaje. En esta línea, hace un mes inauguraron un museo religioso que les encargó la Universidad de los Andes.
También participarán, dentro del desarrollo de imagen corporativa, con una destacada sucursal de telecomunicaciones, en donde los espacios, mobiliarios, la iluminación y señalización están orientados a que el cliente se aproxime al producto, contribuyendo a la valoración de la marca. Una apuesta que podría resultar atractiva para futuros clientes. "Nosotros no tenemos expectativas de ir a vender a la Bienal, pero sabemos que ese contacto ayuda a vender", dice Andrés Martínez, diseñador industrial y socio de la empresa.
Los nuevos negocios de la IV Bienal de Diseño
Retail y telefonía: Los que más invierten
Un estudio realizado por la Escuela de Diseño del Duoc UC en 1999 concluyó que un 5% del costo de producción dedicado al diseño, equivale a un 70% del valor en el mercado. Un dato que las telecomunicaciones y el retail parecen considerar, pues son los rubros que más invierten en diseño. El año pasado se entregó el premio a la empresa que más dinero ha aportado en esta materia, y el ganador fue Unimarc con su cambio de imagen, bajo la dirección de la agencia Porta4, concepto que participa en esta Bienal.
También habrá un stand de Lider Express, a cargo de los creativos de Procorp, quienes perfilaron de manera distintiva a los supermercados de la cadena a través de un formato "de barrio".
En la Estación Mapocho se podrá recorrer la oficina de Entel en el edificio Titanium, donde crearon un centro que permite interactuar a la empresa con potenciales clientes.
Diseño boutique
Pero no todo es consumo masivo y grandes empresas. En esta Bienal también participarán oficinas de diseño de nicho. Una de ellas es Piano & Piano, de los hermanos Luis y Daniela Piano, en la que trabajan tan sólo cinco personas, pero que maneja clientes tan potentes como las viñas Concha y Toro, Tarapacá y Morandé. A ellos los asesoran en el etiquetado de sus vinos premium.
Según estimaciones de expertos, el sector vitivinícola se ha ido convirtiendo en un importante cliente de la industria del diseño, principalmente en todo lo asociado al etiquetado.
Un estudio realizado por la Escuela de Diseño del Duoc en 1999 concluyó que un 5% del costo de producción dedicado al diseño equivale al 70% del valor del producto en el mercado. Un dato que las firmas de telecomunicaciones y retail parecen considerar, pues son las que más invierten en este ítem."
Pero además del etiquetado de vino, Piano & Piano tiene como "estrella" la Muestra Itinerante de las Historias del Salitre. Se trata de un circuito cronológico sobre la historia del mineral, que fue desarrollado para la empresa Soquimich, y que también será exhibida en la Bienal Iberoamericana de Madrid.
Danés y verde
"A través de pequeños cambios en nuestra vida cotidiana se puede ser amigable con el medio ambiente", asegura Alejandra Amenábar -decana de la Facultad de Diseño de la UDD, que organiza la Bienal-, como una de las premisas de la muestra danesa "It's a Small World".
Allí mostrarán desde instalaciones como el "Soul Wash" (Lavado de alma) -donde la persona se expone ante grandes columnas de papel para recibir un cepillado que le retirará los residuos "mundanos"-, hasta objetos funcionales y amigables con el medio ambiente. Aquí destaca "SunTiles", una cortina confeccionada al estilo de un móvil, hecha con fibra óptica, que concentra la energía solar. Esta cortina no sólo guarda el calor sino que también lo libera cuando es necesario.
Bajo la dirección de la curadora Tina Midrgaard -la única danesa que estará en el encuentro-, cada proyecto busca entregar nuevas ideas, y productos de diseño que generen posibilidades en un mundo de cambio constante.