Por Natalia Saavedra Octubre 13, 2011

El viernes 30 de septiembre, los gerentes generales y socios de las principales empresas salmoneras llegaron a CasaPiedra a un seminario organizado por la corredora de bolsa LarrainVial. La cita podría haber sido un encuentro más entre inversionistas, pero tenía un sabor especial. En el ambiente se palpaba la necesidad de creer -y demostrar- que la industria del salmón está recuperándose y que tiene una proyección a largo plazo, un tema crucial para quienes han comprado acciones de estas empresas. Las conversaciones en los pasillos del centro de eventos hicieron aflorar las inquietudes que existen en el mundo financiero sobre la solidez de la recuperación que hoy muestra el sector.

No es ningún misterio que el mercado bursátil se ha mostrado desconfiado. Pese a que el levantamiento de capital ha sido del orden de US$ 800 millones (con aperturas a Bolsa), las acciones de firmas salmoneras han experimentado volatilidades muy altas, dejando en evidencia la falta de credibilidad en la etapa de reconstrucción post ISA. Sobre todo, porque la dependencia de países como Estados Unidos y Japón -hoy con signos de debilitamiento en sus precios- vuelve más incierto el panorama.

El flanco que despierta mayor nerviosismo son las deudas que las productoras de salmón mantienen con la banca. El tiempo corre contrarreloj, ya que 2012 es el plazo que ambas partes se impusieron para comenzar el pago de los pasivos por cerca de US$ 1.600 millones que fueron renegociados por primera vez en 2009 -en medio de la epidemia-, y que muchas empresas del rubro no estarían preparadas para saldar. Los bancos, por su parte, están en una posición de inflexibilidad, porque -estiman- las firmas del sector han tenido tiempo suficiente para reordenar sus finanzas.

Un ejecutivo de la banca grafica la situación señalando que "no queremos quemarnos con agua caliente dos veces" y por eso hay una serie de actores de la plaza que no están dispuestos a prestarles nuevamente capital y prorrogar el pago de deudas; esta última,  opción que algunas empresas ya han sondeado.

 "Quienes están abiertos a prestarles recursos frescos son el holandés Rabobank, el noruego DnB NOR  y, a nivel local, diría el Banco de Chile, pero siempre y cuando estén con números muy aterrizados, planes realistas y eficiencias concretas", comenta un conocedor del proceso. La relación ha sido difícil de recomponer, pues los bancos ya hicieron los castigos de estas deudas y el interés por renegociar se ha reducido.

En los últimos días, se sumó a este cuadro de incertidumbre la aparición de un nuevo virus llegado desde Noruega. Se trata del Piscine Reovirus (PRV), que puede implicar que los salmones desarrollen la Inflamación del Músculo Esquelético y Cardíaco (HSMI por sus siglas en inglés), convirtiéndose en un nuevo dolor de cabeza para el sector.

En los últimos días, empresas y bancos han consultado a la industria noruega qué efectos puede acarrearles el brote de un virus que provoca la Inflamación del Músculo Esquelético y Cardíaco (HSMI ). Pese a que la mortalidad sería baja, su control podría traducirse en un aumento adicional de los costos.

¿El fin de la edad dorada?

En los noventa la industria del salmón era, junto a las del vino y la fruta, la exportación estrella de los productos chilenos agroindustriales. El futuro para la industria era auspicioso y la X Región -capital indiscutida de la producción de esta especie- era la prueba evidente de los avances que el sector generaba en la zona. Tanto fue su auge, que en 2008 el salmón se convirtió en el tercer producto más exportado del país, tras el cobre y el molibdeno, con retornos por cerca de US$ 2.500 millones.

Pero en 2009 todo cambió. La Anemia Infecciosa del Salmón (conocida como virus ISA) arrasó con la producción de las costas chilenas y devastó a la industria.

Las consecuencias de esa crisis son conocidas: cerca de 30.000 trabajadores fueron despedidos; se renegociaron pasivos con la banca por parte de empresas al borde de la quiebra; y se destapó una situación de insostenibilidad sanitaria que se tradujo en pérdidas por hasta US$ 5.000 millones, según las estimaciones más recientes.Hoy, a casi dos años de ese episodio, el sector quiere volver a ser la estrella entre los exportadores de recursos naturales. Para este año las estimaciones apuntan a envíos por unos US$ 3.000 millones. Y pese a la recuperación observada en las exportaciones, aún resta camino para recuperar los volúmenes y las rentabilidades previas al estallido del ISA.

Los costos son una materia de preocupación. Si una de las grandes deudas era con la banca, la otra era con los proveedores de alimentos. El alimento puede llegar a representar el 50% de los costos de producción, sumado a otros gastos fijos de alta variabilidad, como el valor del petróleo.

Por eso hoy los márgenes de explotación se han hecho primordiales. "Queremos prestarles plata, pero a las empresas eficientes, es decir, hay algunas que con un valor de US$ 4 por kilo producen a la mitad, pero otras llegan a US$ 3,6, y esas asumen un riesgo muy alto", comenta el ejecutivo de un banco.

En ese sentido, en los últimos días, varias empresas y bancos han levantado sus teléfonos y consultado a sus pares en la industria noruega qué efectos puede acarrearles el brote de PRV en algunas pisciculturas de la zona sur .  Pese a que la mortalidad que genera este virus sería baja -no sobrepasaría el 4%-, preocupa al sector, pues podría traducirse en un aumento adicional de los costos para su control.

El Sernapesca está investigando los efectos de este brote -que surgió en 1999 en Noruega- desde inicios de año y por el momento no ha detectado el desarrollo de la enfermedad ni mortalidad asociada. Sin embargo, expertos plantean que con el fin de no repetir los errores cometidos en la crisis del ISA, debe realizarse un análisis a fondo.

El gerente técnico del laboratorio especializado en este tipo de enfermedades, ADL Diagnostic Chile, Marco Rozas, señala que en ese sentido es relevante que "el PRV sea reconocido como agente viral en Chile y, en consecuencia, sea necesariamente vigilado y monitoreado en los centros de cultivo", evitando así conocer tardíamente sus efectos o consecuencias.

Aterrizaje forzoso

Reconstruyendo relaciones

No todo es exógeno en el complejo panorama que aqueja a este rubro. Hay factores que provocaron las propias productoras. Uno de ellos fue el acelerador que varias empresas pusieron en sus niveles de producción al observar en marzo un precio por libra cercano a los US$ 6 en Estados Unidos. Ante la perspectiva de que dichos valores se mantuviesen, los volúmenes se incrementaron. ¿Resultado? Un sobrestock de salmón noruego -entre otras razones- generó una caída en el valor, que hoy llega a los US$ 3,9 por libra, un precio no observado desde mayo de 2009.

El presidente de SalmonChile, José Ramón Gutiérrez, reconoce que la premura por aprovechar estos vaivenes puede generar una recaída. "Hay que ser responsables y tener cautela para no imprimir una velocidad que nos haga tropezar", recalca.

De paso por Chile, el director ejecutivo de Análisis Agroindustrial de Rabobank, Kenneth Shwedel, considera que además lo relevante es recomponer una relación de largo plazo entre la banca y las empresas. "Esperamos que las empresas no sólo se acerquen al banco a renegociar, sino a consultar diferentes procesos y etapas de la inversión, de modo de generar una confianza de largo plazo, no una relación de urgencia", manifiesta.

Los expertos saben que en ese sentido también es resonsabilidad de las empresas apostar  por una recuperación "en serio". Patricia Pellegrini, analista senior de LarrainVial, explica que ésta es una industria cuya información pública es muy precaria y bastante desconocida a nivel de analistas. "En las condiciones actuales de mercado, empresas con alto endeudamiento y con riesgo superior son castigadas por el mercado", detalla.

Pese a ello, en la corredora apuestan porque las compañías "más grandes, eficientes y con capacidad de financiar su capital de trabajo", muestren mejores precios en el corto plazo.

José Ramón Gutiérrez, añade que además resulta clave trabajar como una gran industria y por ende, tales como el traspaso de concesiones y el uso responsable de los barrios de cultivo y el posicionamiento del salmón chileno a nivel mundial. "Es necesario que se definan lo antes posible todos los reglamentos pendientes, pues finalmente nuestro principal recurso productivo es compartido por todos: el agua", señala Gutiérrez.

Las empresas corren contrarreloj: 2012 es el plazo que se impusieron para comenzar el pago de las deudas por cerca de US$ 1.600 millones que fueron renegociadas con la banca, y que muchas no estarían preparadas para saldar.

Dentro de los pendientes también se inscribe el afianzar la presencia del salmón chileno en los mercados internacionales, pues Noruega no ha perdido tiempo y ya triplica la producción local. "Chile tiene 1.800 kilómetros de costa desde Puerto Montt al sur, y actualmente sólo utiliza 600 kilómetros en salmonicultura, versus Noruega que utiliza la totalidad de sus 2.200 kilómetros de costa", comenta Gutiérrez.

Las vías de escape

Opciones para que el optimismo de esta industria se traduzca en soluciones concretas hay varias, pero las más realistas dicen relación con la eficiencia del sector. Son varias las compañías del rubro que coinciden en que 2012 va a ser un año de mucho movimiento, una vez que se sincere la necesidad de capital, lo que podría reactivar el ingreso de socios, y las fusiones o adquisiciones.

Muchas de estas compañías, como AquaChile por ejemplo, prepagaron parte de sus deudas y pudieron renegociar ciertos covenants, quedando en un mejor pie para enfrentar los vaivenes del mercado, pero las que no previeron eso van a tener que encontrar ese capital como sea, advierte un ejecutivo de la banca.

Las certezas legales de la nueva regulación y las mejores condiciones sanitarias también atraerían a empresas extranjeras que han tenido intención de invertir en Chile, pero que habrían frenado sus planes por el ISA. El objetivo es ampliar su rango de producción, de modo que se genere una oferta contracíclica. "Menos manos en el mercado producen un manejo más eficiente del producto y se logran mejores precios. Hay que equilibrar esas fuerzas", sintetiza Gutiérrez. Según el dirigente, hay que repensar la industria, pero no necesariamente en las dimensiones que se plantean.

Dentro de los planes inmediatos está el generar un fondo de promoción para el salmón, que incluya a empresas que estén dentro y fuera del gremio, y la apertura de nuevos mercados , como China y Brasil. Eso sí, no está claro si estas acciones serán suficientes para que el año 2020 este mercado mueva $ 5.000 millones  -como se ha anunciado-, meta riesgosa a juicio de algunos actores. De hecho las firmas que se descolgaron de SalmonChile plantean que los objetivos de crecimiento deben ser más conservadores y no cegarse con metas tan altas, que podrían volver a producir "el descalabro que ocurrió en el pasado". Según los productores de Acotruch "no están ni las condiciones de mercado ni la infraestructura que haga posible esta realidad".

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