En el piso 50 de la torre Titanium, Carlos Heller corre de un lado a otro para cumplir con su apretada agenda. Es miércoles y quedan horas para que la Universidad de Chile juegue el partido que definirá su paso a la final de la Copa Sudamericana. Su corazón está ahí, pese a que este hincha -y accionista mayoritario de la Universidad de Chile- tiene su cabeza en las reuniones de directorio de Falabella y LAN Airlines a las que debe asistir en la semana, y que son parte del diverso portafolio de inversiones en el que Bethia -grupo de Liliana Solari, su madre y una de las herederas de Falabella- participa.
El fondo está lleno de aspiraciones, con la idea de entrar a nuevos negocios como la salud y los medios de comunicación. De hecho, la semana pasada sonaron fuerte los rumores de que irían tras la propiedad de Mega, versiones de las cuales Heller se hace cargo. "No tenemos miedo de hacer cosas nuevas", dice.
A pesar de haber sido calificado como el más díscolo de la mesa directiva de la U, por haber planteado abiertamente sus desacuerdos con la mayoría de los dirigentes, (un grupo conformado además por Carlos Alberto Délano, José Yuraszeck, Federico Valdés y Mario Conca), Heller es cauto en sus opiniones sobre la conducción del equipo. "No me hice socio de la Chile para ganar plata, es mi pasión", repite sin resistirse al cliché.
Asegura que las diferencias entre los accionistas -incluso se habló de un quiebre entre él y Yuraszeck en las últimas semanas- se han ido subsanando. "Todo ha sido bien conversado", comenta. La armonía que pregona en la mesa del club le ha tomado dos años.
"Siento que lo mejor es que la U está apareciendo por sus logros deportivos y no por la pelea entre los directores", comenta.
-Se habla de una "familia azul", pero ustedes no son mencionados. ¿A qué se debe?
-Sinceramente han sido errores de interpretación. Justo en el viaje a Brasil (donde se vio a otros directivos celebrando con el equipo tras ganar a Vasco da Gama en el partido de ida) fueron dos dirigentes, pero la familia azul no son sólo ellos, es la mitad de Chile y no dos personas que fueron a un partido. Con Gonzalo (Rojas) fuimos a Uruguay, a Buenos Aires, a México y hay una extraordinaria relación con todos. Llega a ser divertido porque el único viaje que no hicimos fue a Brasil, sencillamente por un problema de agenda.
"Hablo seguido por teléfono con José Yuraszeck", agrega. "Nos hemos acercado y se solucionaron muchas cosas. Quizás he mantenido una posición más cauta, no he querido ir más allá, porque en el pasado se prestaba para malas interpretaciones lo que hablaba. Soy futbolero de siempre y por lo tanto tengo puertas abiertas en todos lados para hablar, y a veces, tanto por parte de los dirigentes como de la opinión pública, declaraciones que hice con un énfasis pasional sobre el equipo se malinterpretaban".
-Se ha mencionado que sus ideas se marginan de la mesa de Azul Azul, ¿es así?
-Eso ya pasó, aunque siempre va a haber diferencias, como en todos los directorios. Un tema, por ejemplo, fue el del estadio, donde yo discutía que no podíamos decirle al hincha que la U no iba a tenerlo. Ahí es donde tenemos que mediar los dirigentes que además somos empresarios.
- ¿En qué va ese proyecto?
- Se está definiendo la locación y el financiamiento es de un endeudamiento a largo plazo muy controlado. Se ha hablado de un costo de entre US$ 30 a US$ 35 millones con varias opciones de terrenos en La Pintana, que ya están vistos.
Cuando nacieron las sociedades anónimas, la gente tenía una imagen, incluso de mí, de que íbamos a adueñarnos del equipo y que los empresarios se iban a llevar a la U para la casa. Lo que no saben es que ésta fue una inversión a fondo perdido.
-¿Siente que esta buena campaña ha permitido que lo deportivo prime sobre lo político?
-Hoy la Chile es totalmente transversal. Siento un cambio, ha sido violento porque cuando nacieron las sociedades anónimas, la gente tenía una imagen, incluso de mí, de que íbamos a adueñarnos del equipo y que los empresarios se iban a llevar a la U para la casa. Lo que no saben es que esta fue una inversión a fondo perdido, llegamos como hinchas más que como empresarios.
"La sociedad ha permitido que se ordene la cosa, se paguen sueldos, se traigan jugadores, haya condiciones como corresponde, ¡tenemos un centro deportivo que nadie tiene en Chile!", apunta. "Los dirigentes somos pasionales y vamos a estar siempre pensando en el bien común de los hinchas, no del bolsillo. Esa tranquilidad ha permitido que lo deportivo prime y que con resultados los accionistas se vean favorecidos".
-Usted mostró su molestia cuando Sampaoli llegó al club. ¿Cuenta con su aprobación ahora?
-Siempre tuvo mi aprobación. Fue algo puntual de cómo se citó la reunión para decidir su contratación, y lo aclaré directamente con él en cuanto llegó. Mi relación hoy día con el técnico es de las mejores, y no sólo con él, sino también con los jugadores. Y los gerentes han viajado conmigo por el día en mi avión a ver al equipo. La diferencia es que yo no ando diciendo de quién soy amigo; es una relación con ellos de cariño y de amistad.
-¿Han evaluado elevar su participación en Azul Azul a través de una OPA si el resto de los accionistas plantea algún pacto entre ellos?
-Nunca se ha hablado de un pacto. Hoy estamos de acuerdo en que no hay que hacer poder con minorías, queremos buscar consensos. Yo no quiero ser presidente de la U ganando la elección por un voto; José Yuraszeck me dijo que tampoco quiere que sea así.
-¿Pero le gustaría presidir el club?
-Algún día voy a ser presidente de la U, pero hoy tengo una agenda muy apretada. Si voy a ser presidente, será cuando tenga el tiempo para dedicarle. Además, insisto, tiene que ser un consenso.
-¿Y apoyaría una candidatura de Mario Conca, que ha sido más insistente en pedir un recambio en la dirigencia?
-Voy a apoyar un acuerdo, no quiero que esto sea por minoría y no creo que nadie quiera ganar seis votos a cinco, sería malo para todos.
Los nuevos aires de Bethia
-¿Qué área debería concentrar los esfuerzos económicos más importantes durante 2012 y en qué posición de caja está Bethia hoy?
-En 2011 compramos Blue Express, la viña Santa Alicia, entramos a Navieras y a Aguas Andinas y nos hemos convertido en un fondo bastante grande. La posición de caja es positiva y hay un endeudamiento menor. Siempre estamos atentos a lo que está pasando y de verdad que todos los días nos llegan negocios que pasan por un comité, porque esto ya ha pasado de ser un family office a ser un holding y tenemos que analizar todo aterrizadamente. Salud es un área donde queremos entrar sí o sí y nos han ofrecido cosas. Vamos a invertir ahí.
Si nos invitan, lo más probable es que participemos. Pero todavía no sabemos que Mega esté a la venta ni nadie nos ha invitado, por lo que no hay ningún proceso oficial.
-Después de entrar a sanitarias y navieras, los rumores apuntan a Mega, ¿por qué les atrae la televisión?
-Es un área interesante, y aunque no se crea, es sustentable y se gana plata. Viene todo el proyecto de televisión digital que es un gran negocio para la industria y es un segmento en el que estamos interesados si el día de mañana Mega u otro decide vender.
-¿Quedaron con gusto a poco con el fallido intento por Chilevisión?
-No necesariamente. Si hay un negocio, uno va a ir al segundo o al tercero, depende de la oportunidad. A Chilevisión nos invitaron y estimamos que valía un determinado precio que no aprobaron. Lo que no queremos es tener que entrar a un negocio a cualquier precio.
-¿No temen ingresar a un segmento que no conocen?
-Para nada. No tenemos experiencia, pero tengo una teoría qua tal vez la adopté de mi abuelo: para entrar a un negocio hay que saber manejar la parte administrativa, manejar las platas, pero el experto tienes que buscarlo afuera. Yo no soy experto en viñas, ni en leche, ni en transportes, ni en minería y, si me compro una clínica no soy doctor. Necesito administrar, pero buscando a los mejores. Si me compro un medio no voy a ser yo el periodista, tendría que tratar que se administre de la mejor manera. Que el experto sea otro.
-Concretamente, ¿qué han analizado con Mega?
-Lo que dijimos es que, si nos invitan, lo más probable es que participemos. Ésa es la visión del directorio, pero todavía no sabemos que Mega esté a la venta ni nadie nos ha invitado, por lo que no hay ningún proceso oficial.
-Una de sus inversiones más recientes, LAN, está en proceso de fusión, ¿piensan mantener su posición?
-No hemos pensado vender. Vamos a apoyar la fusión y si logramos seguir en el directorio sería ideal. Eso lo podríamos hacer al completar un porcentaje que nos falta; estamos en el filo, pero nos gustaría. Ha sido un directorio de aprendizaje, muy profesional, me han acogido muy bien y he podido mantenerme al tanto.
-Compraron además cerca del 5% de Aguas Andinas y Gonzalo Rojas asumió como director, ¿por qué quisieron reinvertir en sanitarias?
-Si entramos a Aguas Nuevas en el pasado fue por una invitación de la familia Solari. Luego llegó una buena oferta y vendimos. Pero es un área que nos gustó y es segura, regulada, donde tienes las fichas claras de cómo apostar. Se produjo la venta del porcentaje de Corfo y pudimos ver que Aguas Andinas era una empresa muy bien administrada por Aguas Barcelona y quisimos entrar. Junto a los Luksic, además, conseguimos tener un director y hoy lo vemos como un lujo.