Por Natalia Saavedra Febrero 23, 2012

En tres días detallaron el bosquejo de un negocio que venían craneando hace ya meses. El último fin de semana de enero, Jorge Claro -creador del Canal del Fútbol- y Gonzalo Vial -el hijo del fundador de Agrosuper- se congregaron en un paño a 40 kilómetros de Osorno, en las 500 hectáreas donde levantarán su nuevo negocio: un criadero de corderos de exportación. Para dar el vamos oficial al proyecto, los empresarios decidieron que allí, en la zona de Pichidamas, donde sus vecinos son pequeños campesinos lecheros, el lanzamiento de la nueva apuesta -que bautizaron como Golden Lamb- sería con un cordero asado a la parrilla.

Lo que celebraban ese último domingo de enero varios de los familiares de la nueva dupla era una iniciativa que Claro comenzó a idear exactamente un año antes. Cuando este ingeniero comercial quiso darle un giro de tuerca a su carrera para innovar en un rubro que jamás había explorado: el negocio ganadero. Entonces, el empresario convocó a varios de sus ejecutivos para que "aterrizaran los números": la industria, la rentabilidad, los competidores y los montos de inversión que requería una iniciativa como ésta.

En unos pocos meses tuvo los datos en sus manos. Se enteró, por ejemplo, que es difícil calcular los ingresos que este negocio genera actualmente en Chile: parte de esa carne se consume informalmente en los mismos predios. Que la industria chilena de cordero produce 10 mil toneladas al año, de las cuales 4 mil se consumen en el mercado interno y otras 6 mil se exportan -con ingresos de US$ 60 millones en 2010-, y que el 85% de esa producción y envíos al extranjero proviene de Magallanes. Por eso sabía que el desafío de convertir a Osorno en otro polo de producción era grande.

La industria chilena de cordero produce 10 mil toneladas al año, de las cuales 4 mil se consumen en el mercado interno y otras 6 mil se exportan, con ingresos de US$ 60 millones en 2010. El 85% de esa producción y envíos al extranjero proviene de Magallanes.

Claro, Vial y Cía.

Las primeras luces para mirar este negocio las encendió Rodrigo Claro, hermano de Jorge, quien murió hace un año producto de un cáncer. Fue él quien "pavimentó" el camino para llegar a Vial Jr.: eran grandes amigos. Se conocieron en la Federación de Rodeo, de la cual ambos fueron mi emb ros y trabajaron juntos para mantener vigente el deporte criollo. Además, Vial es padrino de uno de sus hijos.

"Ellos siempre hablaron de involucrarse en la crianza de corderos y hacer un negocio importante", recuerda Claro, quien reconoce que fue ese episodio el que lo motivó a ingresar a esa industria. Tras ello, comenzó a hacer una radiografía de la idea que su hermano había esbozado sin poder concretar. En los primeros meses de 2011, Claro no dejó de profundizar su conocimiento de la industria. Ni siquiera dejó de estudiarla en los varios meses que le tomó cambiarse de oficina, ni durante el viaje por un mes que realizó para visitar a uno de sus hijos en Estados Unidos. Ya a mediados de año -luego de instalar varios escenarios hipotéticos del tamaño del negocio que quería levantar- tuvo un diagnóstico claro. "Chile contaba con una masa ovina en descenso, niveles de exportación bajos y un escaso desarrollo tecnológico", dice el empresario.

Con los números en la mano, Claro comenzó a buscar un socio. Gonzalo Vial -hijo del creador de Super Pollo, Super Cerdo, Super Salmón- era la persona. Bastó una sola reunión, en noviembre de 2011, para convencerlo. Después de conversar por dos horas en las oficinas de Graneles de Chile, la empresa dedicada a la logística de  granos para nutrición animal que Vial controla en Rancagua, cerraron el acuerdo. Vial propuso la idea de comenzar adesarrollar el proyecto en su campo de Osorno, ubicado a media hora de esta ciudad, en la comuna de Puyehue.

Las metas son ambiciosas: en cinco años quieren transformarse en el principal criadero de corderos de exportación del país. Para pavimentar el camino ya han invertido US$ 4 millones, principalmente en el predio y para comprar las primeras cabezas, que en 2015 quieren aumentar a 50 mil, un gran proyecto tomando en cuenta que los criaderos más importantes del Chile no sobrepasan los 10 mil animales. De ahí que ambos empresarios hayan intensificado sus agendas para viajar al fundo, además de reunirse una vez por mes. Aunque son optimistas, saben que deben enfrentar un escenario complejo. Están al tanto que éste es un mercado poco desarrollado en el país, que tiene bajo nivel tecnológico y que está muy atomizado.

Super cordero

Aunque la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias detectó en 2011 que Magallanes -zona donde se concentra la producción de cordero, con más de dos millones de animales, registró una caída en su masa ovina de 7,3%, la situación internacional los alienta: Nueva Zelandia, principal productor de cordero, está renovando su ganado, por lo que los precios internacionales se han disparado. Ellos,  además, generaron a través de su propia consultora -Claro y Asociados- un estudio cuyos resultados son auspiciosos: el cordero "ha experimentado una fuerte alza el último tiempo, sobre los $ 2.200 por kilo, sobrepasando el promedio de $ 1.600 de las últimas dos décadas", dice Claro.

Nuevas razas

El viaje que los empresarios agendaron para el último fin de semana de enero no fue producto del azar. Fue entonces cuando el neozelandés Jock Allison, especialista en genética e impulsor del desarrollo de las nuevas razas de corderos en el mundo, pudo concretar su visita.

En esta nueva apuesta también participa el hermano mayor de Jorge Claro, Daniel, agrónomo -quien desarrolló gran parte de su carrera en el INIA- que ha investigado por años el desarrollo genético de las ovejas. Por eso, se transformó en el creador de la raza del nuevo proyecto: la especie Golden Sheep, que es más productiva, pues puede comenzar a reproducirse un año antes que otros animales y generar muchos gemelos, su peso es mayor y su carne menos grasosa, por lo tanto, más cara.

Daniel Claro conoció a Allison en la Universidad de Lincoln en Nueva Zelanda, mientras realizaban un posgrado y quiso convocarlo como asesor de la iniciativa. La apuesta era aventurada: hace muchos años que no se veían y el único contacto que tenía era un mail del neozelandés. Decidió escribirle. Y tuvo una rápida respuesta. "Daniel desarrolló con escasos recursos una raza que es un avance para la industria en Chile", explica Allison, desde Nueva Zelanda, para mostrar por qué le interesó participar como asesor técnico del proyecto. Él, junto a Vial y Claro, realizó varios recorridos en camioneta 4x4 por las 500 hectáreas del campo y observó a los primeros animales que pastaban en sus praderas esos días de enero.

Claro y Vial trabajarán con una nueva raza creada por el hermano de Jorge, Daniel: la especie Golden Sheep, que es más productiva que una oveja normal, puede comenzar a reproducirse un año antes que otros animales, su peso es mayor y su carne menos grasosa, por lo tanto, más cara.

El desarrollo de esta raza no es la única particularidad del proyecto. Las praderas del campo donde se criarán los animales serán sembradas con modernas semillas de pasto importadas: la alimentación es otro aspecto clave para el éxito del negocio, en el cual proyectan una inversión de US$ 80 millones en los primeros seis años.

¿Cordero: próximo pollo?

Los meses de verano han sido intensos para Vial y Claro, quienes continúan reuniéndose una vez por mes, y además hablan por teléfono todas las semanas para definir las últimas líneas del negocio. También están reclutando personal. Acaban de nombrar a Arturo Aguirre -hombre cercano a Vial- como gerente general de la firma y quien deberá supervisar que el primer plan se cumpla: tener 5 mil animales en el campo en 2012, y que de aquí a tres años la firma comience a faenar su producción, para lo cual analizan asociarse a alguna de las dos plantas faenadoras certificadas de carne de cordero que existen en Chile: Tattersall y Carnes Ñuble.

En el país, el consumo de cordero llega a las 4 mil toneladas, una tasa baja en relación a la producción de carnes de consumo masivo como el pollo, que alcanza las 500 mil toneladas anuales. "El cordero podría ser el próximo pollo chileno. Si uno es eficiente en la producción, además pueden bajar mucho los precios, que hoy anda en los $ 4.000 por kilo", asegura Claro.

Febrero del año pasado fue un mes difícil para Jorge Claro. Hoy, a un año de la muerte de su hermano, el empresario perpetúa sus intenciones: poner las fichas en el negocio ganadero. Además, su nueva iniciativa le permite continuar una tradición familiar. "Mi papá tuvo un campo en Punta Arenas donde tenía corderos, que de niño visitábamos. Ahora, de cierta forma, estoy intentando reproducir en Osorno lo que se ha hecho bien en Magallanes y eso me da una cercanía a este negocio", dice Claro, quien además es optimista cuando mira los números. Aspira a que este nuevo emprendimiento signifique "el puntapié inicial del que puede convertirse en el negocio agrícola de la década".

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