Por Natalia Saavedra Mayo 31, 2012

La última película que vio Cristián Varela fue La Dama de Hierro. No la vio en ninguna de las 140 salas de cine que Chilefilms -firma de la cual es socio- controla a través de las cadenas CineMundo y Cinehoyts. La vio en un avión, porque su tiempo se hace poco entre las tareas que desempeña como gerente general del conglomerado audiovisual fundado por el fallecido empresario José Daire, y la presidencia del Club Social Deportivo Colo Colo, que además lo empujó a convertirse en vicepresidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). Ésos son sus roles más conocidos, pese a que “su estreno” en los negocios se inició hace casi 25 años.

Comenzó cuando todo era distinto, cuando ver una película en 3D era impensado, cuando no se proyectaba desarrollar ninguna tecnología con apellido digital y cuando él, recién iniciando su carrera como ingeniero civil en los 80, fue reclutado desde la gerencia de finanzas de la Universidad del Norte para hacerse cargo del canal de televisión de la Universidad de Chile, hoy Chilevisión.

 “Me llamó la directora, Marta Blanco, para que apoyara el desarrollo financiero del canal, pues en ese tiempo era difícil que las señales de televisión fueran rentables”, recuerda el empresario. Pese a que no tenía experiencia televisiva, su MBA en la Universidad de Chicago le valió la aprobación de las autoridades del canal y luego de algunos años en ese cargo saltó a la gerencia general de TVN.

Cuando pensó que su futuro lo construiría como ejecutivo de la industria, a fines de 1988 el llamado de un viejo conocido cambió todo. Se trataba de un ex compañero de curso, José Patricio Daire. Juntos habían estudiado en el Grange y mantenían cierta amistad. La oferta era irresistible: quería que Varela apoyara a su familia en el desarrollo de una nueva aventura empresarial ligada a la industria fílmica.  El negocio del que le hablaba Daire era Chilefilms, una empresa estatal que funcionaba desde 1942 con el objetivo de ayudar a una incipiente industria del cine que nunca logró desarrollarse con profundidad y que en ese momento se remataba. 

La familia Daire estaba hace rato en el negocio audiovisual, a través de la propiedad de cines  y otros servicios relacionados al tema en todo el país, pero sentían que les faltaba algo para dar un paso significativo en la industria. En ese escenario, el remate de Chilefilms fue visto como una oportunidad perfecta para ampliar sus horizontes y, Varela, el aliado idóneo para desarrollarla: sabía de televisión y los apoyaría en un proyecto que hasta ese entonces era sólo una promesa. Los primeros pasos fueron complicados. El fracaso del proyecto de Chilefilms en manos estatales había hecho que el mercado perdiera credibilidad en la empresa, los clientes eran pocos y las pérdidas abultadas. “Partimos con un patrimonio negativo y saliendo de una quiebra. No teníamos capital de trabajo y armamos un proyecto en el aire. El Banco Osorno nos apoyó con un crédito a través de Corfo por US$ 1 millón y montamos un centro de post producción muy chico, pero que fue el inicio de todo”, recuerda Varela.

La apuesta de Chilefilms es parecida a la planteada hace casi 25 años, eso sí con una renovación tecnológica constante. Generan todo tipo de productos audiovisuales desde Chile para el mundo y su principal negocio -además de sus cadenas de cines- es la venta de contenidos.

Pero el arrojo y expertise de los socios permitieron convencer a sus primeros clientes: agencias de publicidad que tenían que post producir sus contenidos fuera de Chile, elevando sus costos y que creyeron que el nuevo proyecto podía significarles un ahorro importante. El modelo fue exitoso y pronto a su cartera se sumaron los canales de TV y productores de cine.  

Hoy la apuesta es parecida a la que plantearon a esos clientes hace casi 25 años, eso sí con una renovación tecnológica constante. Generan todo tipo de contenidos audiovisuales desde Chile para el mundo y su principal negocio -además de sus cadenas de cine- es la venta de contenidos a terceros. Ahí se cuentan áreas como la postproducción de películas -han participado en cintas importantes, como El crimen del padre Amaro, la argentina 9 reinas, y la local Violeta se fue a los cielos, por nombrar algunas- y el arriendo de estudios y de todo tipo de instalaciones para canales de televisión, como unidades móviles. 

Otra área de negocio importante es la distribución de películas para cadenas de toda Latinoamérica y las ventas de DVD y cintas para clientes del retail; modelo que además han exportado fuera de Chile. “Nos dimos cuenta de que había oportunidades en otras partes. En 1992 fuimos a Buenos Aires y montamos una estructura parecida a la chilena. Después vino Brasil y México, luego Colombia y hasta en Perú tenemos una operación más pequeñita. Nos hemos convertido en una empresa con presencia regional en el tema audiovisual y probablemente líderes en este negocio”, asegura Varela.  

Lo dice con cifras en mano: hoy el grupo Chilefilms opera en seis países de la región más de una veintena de filiales, entre las que se cuentan laboratorios digitales, cadenas de cines, estudios de televisión y hasta una empresa de catering, todo lo que les ha valido facturar cerca de US$ 200 millones al año.  

El reestreno de Chilefilms

Cuando a Cristián Varela le preguntan por una cualidad  del fallecido fundador de este holding, José Daire, responde que fue “visionario” y que les dio “chipe libre” para ir tras los negocios donde veían potencial. Gracias a él, detalla, aprendieron a ser arrojados en los negocios, pero sin dejar de lado la prudencia. Esa lección fue la que tuvieron en mente cuando en noviembre del año pasado se enteraron que la cadena Cinehoyts estaba en venta. Ellos ya controlaban Cinemundo en Chile y dominaban el 13% del mercado, pero el salto con Hoyts sería significativo. Por eso las negociaciones con Linzor Capital, dueños de la cadena, no duraron demasiado y compraron la firma ese mismo mes, convirtiéndose en el principal operador del país, con 140 salas. “Es divertido ver como el chico se compra al grande. En el pasado fuimos socios de Cinemark, pero salimos porque en ese momento fue lo mejor. Ahora regresamos a un negocio que conocemos bien”, reconoce.

 

Varela de película

Hoy están en proceso de fusión de ambas operaciones y la apuesta es en grande. Las cifras de la industria los avalan, ya que en los últimos años las visitas de los chilenos al cine se han disparado. El empuje definitivo vino a fines de 2008,  cuando este mercado, en medio de la crisis económica, abarató sus costos y se convirtió en una opción de entretención para las familias. Ése fue el año en que iniciativas como los miércoles a mitad a precio volvieron a la cartelera. Las estrategias fueron un éxito. En 2011, las visitas llegaron a 17 millones, doblando el consumo per cápita que se registraba hace 10 años, pero todavía con un espacio importante de crecimiento al compararlo con los números de los países desarrollados: en Estados Unidos la asistencia por persona a las salas de cine es de cinco veces al año, mientras que en México, un mercado más parecido al nacional, esta cifra se sitúa en torno a 2,5. 

“Los cines son en el fondo centros audiovisuales donde en el futuro vamos a ver espectáculos de toda naturaleza desarrollándose en vivo. Pienso en un centro cultural, de entretención, de reunión familiar. Eso es lo que veo en un cine moderno, un solo lugar con muchas actividades, no sólo la proyección de la película”, anuncia Varela. 

“Los cines son centros audiovisuales donde en el futuro vamos a ver espectáculos de toda naturaleza desarrollándose en vivo. Pienso en un centro cultural, de entretención, de reunión familiar”, dice Varela.

Clave para él es también asumir que la industria del cine en Chile sea vista como un catalizador de la cultura, “ello se logra buscando al consumidor donde está y en función de sus ingresos”. Por ahora ya tienen un acuerdo con Mall Plaza para abrir cines en sus nuevos proyectos, como el mall Plaza Barón en Valparaíso.

La otra cartelera

La agenda de Daire y Varela está llena de ideas. Además de capitalizar la fusión con Hoyts, hay otros proyectos que analizan, como la compra de empresas en países extranjeros que puedan significar oportunidades interesantes y el ingreso al negocio de la TV digital. “Antes era difícil que los canales entendieran que tenían que tercerizar servicios, pero ahora saben que es muy riesgoso asumir todo el costo de generar contenidos. Por eso la televisión digital abre una nueva puerta y hay que estar a la altura, porque es un negocio donde si no te renuevas y actualizas, simplemente mueres”, explica.

Además del gusto por el cine, José Patricio Daire y Cristián Varela comparten otros negocios que poco tienen que ver con Chilefilms. En Brasil y Argentina ambos comparten la licencia de la marca española  Adolfo Domínguez. Es un negocio en el que Varela -quien, además, en forma particular maneja la franquicia en Chile- se involucra mucho. “Tengo feeling con el negocio de la ropa, porque mi familia era dueña de varias franquicias”, detalla.

Asimismo, son socios en varios negocios inmobiliarios. Su estreno en el rubro fue la construcción de un edificio de oficinas en los terrenos del ex cine Las Condes -que era propiedad de Chilefilms-, y han participado como inversionistas y ejecutores de proyectos en todo Santiago. “Hasta ahora las cosas en las que nos hemos metido han funcionado”, dice Varela entre risas, evidenciando que éste es un negocio donde se siente cómodo y en el que los costos personales son mucho más acotados que en el fútbol.

“Estoy terminando un ciclo en Colo Colo”

 

- ¿Dejaría sus negocios por el fútbol?

- Por ningún motivo.

-¿Y la dirigencia del fútbol?

- Puede ser, estoy terminando un ciclo. Ser dirigente ha tenido un costo familiar alto y eso afecta. Antes que nada está mi familia, mis actividades profesionales permanentes y después las pasiones.

- ¿Cree que Colo Colo logrará reposicionarse?

 - Por supuesto. Me tocó vivir cuando se salvó de la quiebra y nuestros primeros años de funcionamiento con hartos éxitos deportivos. Lo que ocurre hoy es consecuencia de errores que nos llevaron -pese a hacer un esfuerzo financiero importante- a tener un plantel poco competitivo y Colo Colo ha andado a tropiezos los últimos dos años.

- ¿Hay convencimiento para cambiar eso?

- Veo a los principales accionistas muy convencidos de crear una estructura profesional apropiada para la actividad. No podemos actuar de manera impulsiva y dejarnos llevar por las presiones, hay que mirar al largo plazo. Veo ganas de hacer los cambios necesarios para orientar la marcha del club en la dirección que todos los hinchas esperan. Desgraciadamente creo que ha habido un poco de improvisación y esto ha generado la crisis. Los principales accionistas han confiado en la corporación para dirigir el club y espero que eso signifique que nuestra visión se comprenda y que nos permitan transmitir la experiencia que tenemos y generar los cambios para ir de nuevo por la senda de los éxitos deportivos. 

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