Como de costumbre, en una semana más Marcelo Awad volará a Inglaterra para participar en la LME (London Metal Exchange) Week, evento que reúne durante siete días de octubre a las empresas mineras más destacadas del mundo. Aunque en esta actividad Awad es un “viejo conocido” -ha ido por 25 años consecutivos-, esta vez el periplo tiene un ingrediente diferente: será la primera vez que llega a Londres sin trabajar en una compañía productora de cobre.
“Sí, es raro, lo reconozco, algo totalmente nuevo. No incómodo, pero distinto”, asegura. Ahí espera reencontrarse con Jean Paul Luksic, cabeza de Antofagasta Minerals, a quien dejó de ver en marzo, cuando Awad renunció a la presidencia ejecutiva de esa empresa.
Apenas se fue de la compañía comenzó a cranear qué hacer: decidió ser independiente y se fijó un plazo de seis meses para diseñar un portafolio de trabajo. Apostó por la flexibilidad, y para lograr su objetivo desechó varias ofertas de “jornada completa” que se presentaron en el camino. Entre ellas, un alto cargo en Codelco.
Reconoce que este período lejos de los Luksic no ha sido fácil. Al principio sentía que le sobraban horas del día. Pero ahora, y justo cuando se cumple el deadline que se autoimpuso, el naipe comienza a reorganizarse: desde hace un mes está instalado en el piso 11 de un edificio en Alcántara. Desde ahí distribuye su tiempo entre negocios personales, directorios de empresas y asesorías a grupos económicos, entre ellos la familia Matte. A ellos los asesora en inversiones privadas y nuevos negocios.
-Su renuncia causó revuelo en Chile y en varias partes del mundo. The Wall Street Journal tituló el episodio como “un misterio minero chileno”. ¿Cómo se gestó su salida?
-Tenía planeado que a fines del 2012, o salía de la compañía, o me enfocaba en algo de menor carga laboral. Sin embargo, se anticipó porque hubo dificultades, en Minera Esperanza en particular, otras en Los Pelambres, y había varios ejecutivos que estaban cuestionados. Por eso, en febrero puse mi cargo a disposición del directorio.
"Apenas leí su entrevista (en la que Jean Paul Luksic señalaba que la salida de Awad se debió a un incumplimiento de metas), lo llamé para aclarar el punto. Me dijo: ‘Marcelo, fui malinterpretado’. Y me explicó: ‘No te preocupes, nosotros dos sabemos cómo fueron las cosas’. No hay rencor, para nada"
-¿Se sintió cuestionado?
-Sentía que también debía asumir la responsabilidad de las dificultades que enfrentaba la puesta en marcha de Esperanza. En un comienzo me pidieron que no me fuera. El mismo Jean Paul me dijo que contaba con todo el apoyo del directorio, que tenía su confianza y la de toda su familia. Acepté quedarme, pero a cambio, pedí que cambiaran algunas cosas.
-¿Qué cosas?
-Durante las vacaciones, el presidente del directorio (Jean Paul Luksic) había hablado temas de gestión con varios ejecutivos que no están en primera línea. El acuerdo que teníamos era que él podía hablar sólo con ejecutivos de primera línea, y que con aquellos de la segunda línea hablaba directamente el gerente respectivo o yo. Esto era para mantener roles marcados y definidos. Siempre nos entendimos muy bien, y cada vez que él hablaba con alguno de estos ejecutivos me contaba. Entonces, acepté quedarme, pero insistiendo en el acuerdo que teníamos.
-¿Y entonces por qué se fue?
-Diez días después percibí que durante mi ausencia, estas conversaciones con los ejecutivos habían sido más profundas de lo que creía. Y al darme cuenta de ello le dije: “Es tu prerrogativa, pero no era ése el acuerdo. Por tanto continúa conversando con ellos, pero sin mí adentro. Lo mejor es que yo me vaya, igual pensaba reducir mis actividades a fin de año. Así es que adelantemos la salida y punto”. Entonces aceptó mi renuncia. Acordamos avisar internamente y al mercado de inmediato y en las semanas siguientes realizamos un proceso ordenado de cierre de todos los temas que estaban abiertos.
-Después de eso, Luksic dijo que la razón de su salida era porque no se cumplieron las metas. ¿Qué le provocaron sus palabras?
-Mucho dolor. Y por lo mismo, se lo dije. Apenas leí su entrevista lo llamé para aclarar el punto. Obviamente yo sabía cuál iba a ser su respuesta. Me dijo: “Marcelo, fui malinterpretado”. Y me explicó: “No te preocupes, nosotros dos sabemos cómo fueron las cosas”. No hay rencor, para nada.
La nueva exploración de Awad
La oferta de Codelco
-Pronto se cumplen seis meses desde su salida de Antofagasta Minerals. Tras 16 años en la empresa, ¿cómo ha sido este tiempo fuera del grupo Luksic?
-Los primeros meses fueron difíciles. A pesar de que estaba ocupado con reuniones de futuros proyectos, sentía que me sobraba el tiempo. Antes tenía una jornada muy absorbente: con 13 horas diarias de trabajo, viajando en promedio una semana al mes y con sábados y domingos 100% conectado. De un momento a otro mi situación cambió y había veces que me sentía sin hacer nada. Eso duró aproximadamente tres meses.
-¿En ese tiempo recibió ofertas interesantes?
-Cuando renuncié decidí darme seis meses para establecer un portafolio entre directorios y asesorías a empresas. Si eso no prosperaba, empezaría a buscar trabajo en alguna compañía. Obviamente que lo primero que me aparecieron fueron ofertas de jornada completa. Hubo dos cosas bien interesantes.
- Fuentes de la industria me comentaron que lo llamaron de Codelco. ¿Es así?
-Efectivamente. Era una buena oportunidad, un puesto de muy alto nivel…
-¿Un enroque con Diego Hernández?
- ¡No...! No sé, la verdad. Sólo sé que era un puesto de alta relevancia en la compañía, pudo haber sido ese cargo, u otro que requería a alguien con expertise internacional. Más no supe, pues inmediatamente contesté que no porque era muy absorbente, y yo estaba optando por otro ritmo de trabajo. Además, una empresa suiza me ofreció encargarme de abrir un área nueva en la compañía, dedicada a inversiones mineras en el mundo.
-¿Louis Dreyfus Global?
-Puede ser. Nuevamente, tuve que desechar una buena oferta. Pero era jornada completa y me tendría que haber ido a vivir a Suiza, y yo quería evitar los continuos viajes. Pero después se me dieron buenas oportunidades, como entrar a la presidencia ejecutiva de Millennium Energy Industries (MEI), empresa de tecnología austríaca. Aterrizó en marzo a Chile, y con ellos trabajo tres días hábiles al mes.
-También es miembro del consejo de Cochilco, director del Deutsche Bank y asesor de la empresa Same. ¿Algo más en carpeta?
-Sí, hay dos proyectos. Uno para trabajar con una empresa naviera extranjera con presencia en Chile. El otro para un conglomerado mundial que tiene participación en minería, celulosa, obras civiles, en grandes turbinas, entre otros rubros. De ambos yo sería asesor externo. Además, trabajo con un grupo económico chileno.
-Los Matte.
-Me han pedido total reserva, pero se trata de un grupo económico grande chileno donde estoy en el comité de inversiones de los recursos privados de las familias que integran el grupo. No es el family office, pero veo nuevos negocios del grupo.
Licitación SQM: “Fue transparente”
-¿Cómo ve el panorama energético nacional? Hay inquietud en el sector: esta semana Jean Paul Luksic, junto a representantes del Consejo Minero, se reunieron con Piñera para manifestar su preocupación por retrasos que tendrán inversiones.
-El tema es preocupante. De los US$100 mil millones que hay en la cartera de proyectos en Chile en el sector minero de aquí al 2020, US$40 mil millones están en la III Región, y de esos, cerca de US$20 mil millones están asociados a nueva generación de energía. Por lo tanto se requiere de nueva generación eléctrica. Y nada de eso se visualiza dentro de cinco años y la criticidad se empieza a producir a partir del 2015.
"Al hablar con el ministro de Minería, Hernán de Solminihac, uno nota cierta incomodidad frente a estos atrasos en la aprobación de proyectos energéticos"
-Por su parte, hace unos días Diego Hernández, su sucesor en AMSA, aseguró que si antiguamente los proyectos mineros tardaban 6 años en concretarse, ahora demoran 12. ¿Comparte su opinión?
-Es cierto, y el proceso ambiental es lo más grave: si antes demoraba 6 meses en los permisos, hoy son dos años. La inversión también se han duplicado en estos 8 años. Hay una fragilidad y ambigüedad en la institucionalidad ambiental.
-Además, Hernández dijo que la meta del gobierno de alcanzar una producción nacional de cobre de 9 millones de toneladas al 2020 “no es realista”. ¿Usted qué cree?
-Esos proyectos se podrían hacer todos, si es que tenemos la energía. Pero al paso que vamos, comparto lo que dice Diego, de que el gobierno es poco realista.
-¿Cuál es su diagnóstico de la situación actual?
-Hay mucha judicialización de los proyectos. Estoy de acuerdo en respetar al 100% las exigencias ambientales. Pero una vez cumplidas, debiera terminar el proceso. Que Castilla se haya postergado es una lástima.
-Muchos dicen que Barrancones fue un mal precedente.
-Fue muy delicado. Ese proyecto estaba 100% aprobado y ni si quiera había una demanda legal, sólo un grupo en Twitter que reclamaba. El episodio demostró que no basta con cumplir todo lo que exige el Estado y la autoridad ambiental. La intervención del presidente fue un error.
-¿Ha conversado del asunto con autoridades?
-Sí, con el ministro de Minería, Hernán de Solminihac, en Cochilco. Él no puede decir que está preocupado, pero al hablar con él uno nota cierta incomodidad frente a estos atrasos en la aprobación de proyectos energéticos.
-En ese sentido, ¿cómo ve el futuro de HidroAysén?
-Debiera ser un tema de Estado. El gobierno no puede permitir que no se apruebe HidorAysén, y la carretera eléctrica pasa a ser fundamental.
-Sobre la reciente adjudicación de SQM para explotar el litio por 20 años, ¿cree que perjudica el desarrollo de este mercado en Chile? Algunos dicen que ésta crea barreras de entrada aún mayores a los nuevos actores.
-El proceso fue transparente con sobre cerrado y todas las ofertas fueron abiertas en público. Así como esta vez fue SQM, la próxima puede perfectamente ser otra compañía. No veo ninguna razón para que la forma en que se desarrolló la licitación y el hecho que el ganador sea SQM signifique barreras de entrada.
-¿Cree que la incertidumbre reglamentaria en el sector inhibe que se hayan presentado más propuestas a esta licitación?
-Para nada: se realizó un road show donde se visitaron más de 20 compañías potenciales en el mundo y todas tuvieron acceso a la misma información. Quizá no hubo más oferentes porque el declarar un recurso como estratégico cuando las reservas mundiales hoy conocidas pueden abastecer la demanda mundial de los próximos 20 años, es decir, no es estratégico ni escaso. Además, la palabra “estratégico” ha sido mal utilizada por algunos países, usándola para estatizar recursos naturales, lo cual puede haber inhibido a algunos.