“¿Es usted un famoso?”, le preguntó una pareja de turistas a Stephen Elop, presidente y CEO de Nokia, en medio de una sesión de fotos en el hotel Hilton de Buenos Aires, en Puerto Madero. “No”, respondió Elop. Un segundo después, entre risas, corrigió: “Sí, un poco… aunque por las razones equivocadas”. Una respuesta irónica, considerando el momento que está viviendo la compañía finlandesa que alguna vez fue sinónimo de telefonía celular.
Hasta antes de la irrupción del iPhone, el 2007, Nokia era, por un lado, la marca de más alta tecnología en celulares inteligentes. Es cosa de recordar el codiciado N95, un teléfono de gama alta promocionado durante ese mismo año casi como un computador de bolsillo que, por largos meses, ostentó el trono de ser el celular más avanzado del mundo. Por otro lado lado, hasta hace poco, Nokia fue el fabricante con más ventas de aparatos telefónicos. Hasta que este año, la arremetida brutal de Samsung dejó a la finlandesa fuera de su sitial y con más de un dolor de cabeza tras el impacto. Elop lo tiene clarísimo. Los datos son duros: el gigante surcoreano acabó con un reinado de 14 años por parte de Nokia. En el último trimestre fiscal, Nokia vendió 83 millones de aparatos. 12 de ellos fueron smartphones. Samsung, en cambio, vendió 90 millones de celulares. 44 millones de ellos fueron teléfonos inteligentes. La diferencia no es menor.
Llegó a su cargo en septiembre de 2010 e inmediatamente hizo noticia. Próximo a cumplir 49 años, Stephen Elop es el primer CEO de la compañía, fundada en 1865 en Tampere, que no es finlandés. Es canadiense, y hasta hace un par de años se desempeñaba como presidente de la división de negocios de Microsoft. Pero se le ofreció la misión de reemplazar al anterior jefe, Olli-Pekka Kallasvuo, y Elop aceptó.
Y si la anécdota de la nacionalidad no fue suficientemente noticiosa, sí lo fue el “bombazo” que lanzó a poco de asumir, cuando mandó un memo describiendo su diagnóstico sobre la compañía, el cual fue filtrado a internet. Allí decía que el estado de Nokia era similar al de estar sobre una “plataforma en llamas” desde la cual había que saltar o ser consumido por el fuego.
Aunque Elop estaba describiendo desde las entrañas de su nuevo hogar una crisis que desde afuera ya se avizoraba, sus poco ortodoxas palabras remecieron en su momento a la industria.
El gran sello que marcaría la hoja de ruta en su gestión vendría después. Fue su movida maestra para levantar la alicaída compañía: el sorpresivo anuncio de que Nokia se asociaría con Microsoft para concentrarse en la fabricación de dispositivos que mostraran lo mejor del sistema operativo Windows Phone. Nada con Android. Y muy poco con Symbian, el sistema propio de Nokia lanzado el 2008 (a este respecto, sin embargo, Elop asegura que este último sistema es aún parte integral de gran parte de los dispositivos de gama media y baja de la compañía -los denominados feature phones- y como tal será promovido por Nokia hasta el 2016).
El foco principal, claramente, es Windows Phone, y ahí radica el plan de Elop para ganarles terreno a Apple y los otros fabricantes. Y ahora que Windows 8 y su versión móvil ya están en la calle, las expectativas son altas. Se nota especialmente cuando Elop muestra orgulloso su flamante Lumia 920 “amarillo pato”, el modelo estrella de Nokia, que debutará en las próximas semanas en EE.UU. y otros mercados estratégicos.
Obviamente, Elop no ahorra entusiasmo y flores para su producto estrella y, al verlo en funcionamiento, uno le cree. El modelo, mejorado de la familia Lumia actualmente disponible, es un atractivo aparato de 4,5” que, entre varias cualidades, tiene la particularidad de poder cargarse inalámbricamente. Pero lo que Elop destaca con mayor acento es la cámara fotográfica de 8,7 megapixeles con lentes Carl Zeiss del aparato, “la mejor disponible en el mercado”. Muestra fotos de su familia y otras que se sacó en un paseo nocturno, horas antes, en Puerto Madero. Las fotos se ven muy bien, hay que reconocerlo. Pero la sorpresa viene cuando Elop sonríe y asegura: “Ninguna de estas fotos fue sacada con flash”.
A pesar de que los modelos previos de la línea Lumia, con los que Nokia debutó utilizando Windows Phone, han sido alabados por parte de la industria y la prensa especializada, la recepción del público ha sido más lenta. No es de extrañar que la competencia está cada vez más fuerte. Consideremos el éxito sorpresivo que ha tenido Samsung con su familia Galaxy y la demanda que genera Apple con su iPhone, hoy la empresa de mayor valor en el mundo. Pero también por parte de la misma Microsoft. Al momento de estrenar Windows Phone 8, el pasado lunes 29 de octubre, su CEO, Steve Ballmer, apareció en escena sosteniendo un celular HTC. No un Nokia. Y aunque la política de Microsoft sea de trato igualitario a todos sus socios, fue un gesto que no dejó de llamar la atención, aunque después Ballmer sí destacara las bondades del nuevo Lumia.
DONDE ESTÉS, CON QUIEN ESTÉS
Pero Nokia no sólo quiere posicionarse con buenos dispositivos. Elop sabe que las aplicaciones y la posibilidad de interactuar socialmente con ellas es algo también clave. Tiene gran confianza en el avance de la tienda de aplicaciones de Microsoft, que crece a pasos agigantados (aunque aún está al debe en relación a la competencia, que le lleva años de ventaja), pero también se escuda en las grandes fortalezas propias de Nokia, como sus servicios de mapas y georreferencia. “La idea es que el celular sea sensible a donde estés para que puedas tomar la mejor decisión respecto a las opciones que tienes a tu alrededor”, agrega. Y lógicamente, se muestra particularmente orgulloso cuando le comento la sugerencia de Tim Cook, CEO de Apple, quien públicamente recomendó los mapas de Nokia como alternativa para los criticados mapas nativos de Apple.
Elop sabe cuáles son las fortalezas del software de Nokia. Por ejemplo, la realidad aumentada. “Por supuesto, es algo que tenemos muy presente y que queremos potenciar”, dice. Se detiene en City Lense, una aplicación nativa de la finlandesa que busca entregar información urbana al usuario a partir de la cámara y lo que vea a su alrededor, ya sean restoranes, farmacias, centros comerciales, servicios de utilidad pública, lugares de interés turístico y hasta puntos para abordar locomoción colectiva. Todo, a través del concepto de la realidad aumentada y la metadata.
El CEO lleva el concepto del ecosistema que provee Windows 8 mucho más allá de que simplemente computadores y celulares. “Piensa en todas las posibilidades que se pueden aplicar a un automóvil”, apunta. Y claro, siendo extensiones lógicas de nuestros hogares, los autos hace rato que ya deberían tener incorporados sistemas operativos. Está por verse si Nokia y Microsoft logran dar un batatazo al respecto.
A Elop se le ve convencido al hablar de las bondades de sus productos. Tiene que hacerlo. Más allá de que el momento actual de Nokia no sea el óptimo, el ejecutivo no escatima palabras para alabar a su equipo multidisciplinario de profesionales, a los que denomina “ciudadanos del mundo”. Y más convencido -y optimista- se le ve al proyectar las posibilidades que va a ofrecer Windows Phone como vitrina para sus productos. Aunque considerando los bombos y platillos con los que Microsoft ha presentado su tableta Surface, la pregunta cae de cajón, considerando la preponderancia que están teniendo estos gadgets.
-¿Entrará Nokia al mercado de las tabletas?
-No digo que sí, pero tampoco digo no -responde, jugando al misterio. Y eso no tiene espacio para la interpretación, así que no lo hagas.