Por Juan Andrés Quezada Enero 10, 2013

 

Máximo Pacheco Matte vino a Chile a pasar las fiestas de fin de año y, lo más importante, al matrimonio religioso de su hija mayor, Catalina, con Sebastián Pizarro, hijo del senador DC Jorge Pizarro, con quien es consuegro por partida doble. A días de regresar a Bélgica, el empresario habla con alegría de sus recientes vacaciones en el litoral central y Santiago, la que a ratos se interrumpe al expresar cierta rabia por algunas cosas que hoy ve en Chile. “Me sorprende que la gente se trate mal entre sí, que no exista delicadeza entre los chilenos. Es chocante llegar a Santiago, arrendar un auto en Pudahuel, subir por la Costanera Norte y empezar a ver a los chilenos y chilenas manejando enojados, tocando bocinas, peleando en los semáforos. Llego a mi departamento, prendo la televisión -a diferentes horas- y continúa la agresividad. Leo la prensa y hay muy mucha negatividad”, comenta el presidente de International Paper para Europa, Oriente Medio, África y Rusia, quizás el chileno que ocupa el cargo más alto en una multinacional. “Chile es un país que destaca por muchas razones y no tengo una explicación lógica de por qué la gente no está contenta”, agrega desde el piso 14 de su departamento en Las Condes.

-¿Cuál es su preocupación, entonces?

-Que estamos en un bello país, donde se han hecho cosas muy buenas e importantes, pero que hay que cuidar. Hay mucho por hacer y tenemos que hacerlo todos en conjunto. Hoy no veo otra forma de progresar que no sea a través de una propuesta consensuada con la ciudadanía, donde se haya escuchado a la gente, donde las distintas posiciones sean discutidas con un buen lenguaje y que al final se resuelva con un buen juicio, prudencia e imaginación, pero también con decisión.

-Pero eso es lo que todos los sectores políticos querrían…

-No, no es así. Si todos lo queremos, lo vamos a hacer, pero para eso hay que cuidar las formas, el diálogo... Quiero ser positivo y no quiero señalar con el dedo a nadie, porque no me corresponde. Sólo quiero decir que hoy tenemos que cuidar a Chile.

-¿Ve mucha división, muchas posiciones distintas de cara a las próximas elecciones presidenciales? 

-El país viene saliendo de una municipal, la opinión pública hoy está de vacaciones y quiere descansar un poquito de estos climas electorales enervados. Yo no soy de la opinión que tú tengas al país permanentemente en tensión electoral y tensión política. Ya habrá tiempo para que se haga la campaña.

“el tema tributario debe ser central”

-Usted tiene cercanía con varios de los principales empresarios del país, con algunos comparte, además, el hobby del montañismo, ¿cómo ve este sector hoy al país?

-No puedo hablar por ellos, pero mi impresión es que el mundo de negocios en Chile está muy activo. Las empresas están haciendo muchas inversiones para incorporar e integrar a sus agendas de trabajo los temas de la modernidad, es decir, ser una empresa global, responsable con el medioambiente, que incorpore tecnología de punta, que cuide sus relaciones con la comunidad e invierta en su gente. Hay un ambiente de mucha actividad, que no lo limito sólo al campo de la empresa. En este país están pasando muchas cosas, este país se está transformando, está construyendo una tremenda clase media y han ocurrido transformaciones muy importantes en el campo de la sociología. Chile va avanzando muy rápido hacia el desarrollo. 

-Usted se saltó los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera…

-Sí, pero tengo una relación con Chile muy cotidiana. Vivo en Bruselas, pero lo primero que hago todas las mañanas  es leer La Tercera y El Mercurio. Leo todas las semanas The Clinic y Qué Pasa y estoy muy conectado con mis amigos. Ahora, en la última década, ha habido muchos cambios. Éste es un país muy diferente al que dejé hace 10 años. Hay una clase media más potente, más activa y opinante y tenemos que preocuparnos, que este proceso de construcción de esta clase media se continúe fortaleciendo. Aquí se han hecho enormes esfuerzos -y exitosos- por enfrentar la pobreza. Es un país que ha desarrollado su infraestructura. A mí me cuesta muchas veces llegar a las casas de mis amigos o a lugares de reunión porque me pierdo con las salidas de las carreteras, en la Costanera, Vespucio, la Ruta 5…  Me pierdo en toda esa gran obra que se hizo en los gobiernos de Frei y Lagos y eso transforma a los países.

-Hoy la economía pasa por un muy buen momento.

-Chile es un país que tiene muy buenos indicadores macroeconómicos, con cifras de empleo muy positivas, pero que nos abren nuevos desafíos. El más importante, lejos, es cómo conseguir mejoras en la calidad de los empleos que conlleven mejoras en la productividad.

-¿Ve espacio para una nueva reforma laboral? 

-Quiero ser prudente en mi condición de que no vivo en Chile.

-¿Y para una nueva reforma tributaria? 

-Los temas tributarios hoy están puestos en el centro de la agenda en casi todos los países del mundo y por diferentes motivos. En algunos, hay una discusión sobre cómo disminuir la evasión, en otros la exención, en Francia hoy se está discutiendo la tasa de impuestos a las personas más ricas, los norteamericanos llegaron a un acuerdo porque  en la elección presidencial hubo un enorme debate sobre si subir o no los impuestos, y al final ganó Obama.  Entonces la gente entiende que la sociedad en esta materia ya dio una opinión. Y yo tengo pocas dudas de que este tema se va a seguir discutiendo en el mundo por un rato y también en Chile. Hay una enorme discusión que la encabeza The Economist, que es una revista que todos sabemos no es de izquierda, sino más bien conservadora, que ha acuñado el concepto del “progresivismo”, como una nueva forma de hacer política, que enfrente los temas de la desigualdad sin afectar el crecimiento económico. 

-¿Qué propone el “progresivismo”?

-Que la desigualdad importa y afecta el crecimiento y el desarrollo de los países, por lo tanto, el tema tributario debe estar en el centro la discusión. Y, como le decía, eso está pasando en todas partes. 

-Da por hecho entonces que la reforma tributaria será un tema clave de la próxima campaña presidencial…

-Efectivamente, porque hoy tenemos un país que, a raíz de las transformaciones ocurridas, tiene demandas crecientes, que hay que ver cómo se satisfacen. La única forma de no hacerlo a través de una reforma tributaria es a través del desequilibrio fiscal, y ya aprendimos en América Latina el costo que tiene no cuidar la plata fiscal. Yo espero que se haga en un ambiente de máxima seriedad, responsabilidad y moderación.

“HidroAysén no está muerto”

Máximo Pacheco hasta el momento ha tenido una figuración pública casi exclusivamente centrada en sus actividades empresariales, salvo en el gobierno de Lagos, donde jugó un rol para acercar al entonces mandatario al mundo empresarial. Durante la última elección presidencial, Pacheco colaboró con la campaña de Eduardo Frei a conseguir recursos. Sin embargo, en el último tiempo su nombre ha comenzado a sonar como uno de los empresarios cercanos a Bachelet.

-¿Le gustaría hacer lo que hizo con Lagos hoy con Bachelet?

-No, hoy estamos es un país muy distinto. A fines de los noventa había desconfianza e inquietud por el hecho de que Lagos fuese el primer presidente socialista después de Salvador Allende, y se necesitaba de mucha política. Hoy está claro que durante los cuatro gobiernos de la Concertación el país progresó muchísimo y esos temores fueron superados.

-¿En qué le gustaría apoyarla?

-Es muy prematura esa pregunta. Lo primero es lo primero, dejemos que la presidenta Bachelet tome su decisión, dejemos que ese proceso fluya, comience, se desarrolle… 

-¿Qué opina de su silencio?

Cada vez que se habla de ella aquí en Chile lo único que se le pide es que se refiera a algún incidente de la discusión política nacional, sin reparar lo que ella es internacionalmente: una mujer con un cargo de altísima responsabilidad y que pasa todo el año de continente en continente, de hotel en hotel, y todo eso lo hace representando a Chile, porque al final del día la gente te pregunta por tu país y aprende de tu país.

-¿Cómo explica usted que su liderazgo se mantenga con un alto apoyo en las encuestas?

-En estos tiempos se requiere de liderazgos que conecten con la gente, y ella tiene ese atributo. En el mundo que vivimos hoy, donde la gente está en Twitter, en WhatsApp, en Facebook, Bachelet conecta muy bien con la gente. Ahora, puede ser también que el país esté un poco carente de afecto y exista una necesidad de recuperar parte de eso. 

-¿Cuál es su opinión del gobierno de Piñera? 

-No tengo muchas ganas de entrar en ese tema. Todavía falta un año para definir el legado del gobierno de Piñera que, como todas las cosas, tendrá de dulce y de agraz.  Sí puedo decir que una de las deudas de este gobierno ha sido resolver el déficit energético.

-Andrés Allamand dijo hace un tiempo que HidroAysén estaba muerto, ¿comparte aquello?

-No, HidroAysén no está muerto. Allamand, después de decir eso, se dio cuenta y se desdijo. Éste es un país que tiene enormes recursos hidroeléctricos, por lo tanto, cómo construir una matriz energética armónica, equilibrada, diversa, renovable, más las energías nuevas, más las tradicionales, es una cosa que tenemos que ir de a poco conciliándola. En el mundo están pasando cosas en el tema energético que hay que seguir de cerca. La más importante de todas es lo que está sucediendo en Estados Unidos con el shale gas (gas natural que se extrae de las rocas) que será una transformación profunda en su matriz energética. En el pasado veíamos el made in USA, luego vino el made in Japan, y hoy estamos con el made in China. Y vamos a volver al made in USA por las ventajas competitivas que EE.UU. está construyendo en materia energética.

-En el último tiempo varios proyectos se han detenido por conflictos ambientales.

-En febrero estaré en Siberia, en la etapa final de una nueva planta de celulosa de mil millones de dólares, donde el diálogo con las comunidades ha sido un proceso largo y muy importante. Hoy la persona informada pasa a ser una persona opinante que les exige a las empresas y al Estado cuidar el medioambiente. Yo en esa materia no me quejo ni aquí, ni en Rusia, ni en Marruecos, Turquía o España, donde la opinión pública exige que el desarrollo se haga sobre bases sustentables y protegiendo el medio ambiente y garantizando que podamos seguir como planeta funcionando en armonía.

-¿Se arrepiente de no haber seguido el camino de otros ex MAPU y haberse dedicado a la política?

-Lo he hecho por un camino distinto. Me interesa mucho la cosa pública, creo en el bien común, y quien administra ese bien común es el Estado, por lo tanto, alguien tiene que administrar el Estado para que se pueda garantizar que ese bien común esté bien protegido. En mi casa siempre se habló y se habla mucho de política. Mi abuelo materno, Arturo Matte, fue candidato a la presidencia; mi abuela, Rosa Ester Alessandri, hermana de Jorge Alessandri, pero opté por hacer mi carrera desde la empresa.

-¿Cuándo tiene pensado regresar a Chile?

-No tengo una decisión tomada, pero llevo 10 años viviendo fuera del país, el próximo 12 de febrero cumplo 60 años y en mi empresa se jubila obligatoriamente a los 65 años.

 

"Brasil está resolviendo bien el tema energético"

Máximo Pacheco inició su carrera en 1994 como vicepresidente ejecutivo para Chile y América Latina en Carter Holt Harvey. En 2000, asumió la presidencia de IP América Latina y, en 2003, se convirtió en vicepresidente primero de papel e impresión de IP en Brasil, donde vivió varios años.

-¿Cómo ve hoy a Brasil?

-Muy bien. Por cualquier indicador que tu tomes, Brasil es diez veces Chile: diez veces en población, diez veces en PGB… Tiene enormes recursos naturales, una agroindustria y un sector agrícola altamente tecnificado. Es el mayor exportador de carnes, pollos y naranjas del mundo, y en la época moderna el alimento es algo muy importante, especialmente por los procesos de urbanización. Además, Brasil está resolviendo bien sus temas energéticos y empujando en la línea correcta varias reformas para combatir las malas prácticas de la corrupción.

-Analistas prevén una crisis en el largo plazo…

-No lo creo, porque al final Brasil posee un capital humano que es demasiado importante. Como los brasileros aprenden a jugar fútbol a los dos años, funcionan, trabajan y saben construir muy bien equipos. A través del trabajo en equipo, los brasileños se han posicionado en el mundo y no sólo están exportando buen fútbol y buena música, también muy buenas empresas. Yo vivo en la capital de la cerveza en el mundo y Brasil, a través de Brahma, acaba de comprar la mayor empresa cervecera belga.

-¿Podría pasar que un exceso de gasto fiscal para enfrentar las Olimpiadas y el Mundial de Fútbol  generará un efecto como el de Grecia?

-No tengo esa impresión porque las Olimpiadas y el Mundial van a poner a Brasil en el centro del mundo, atrayendo una enorme cantidad de turistas e inversiones que le van a dar mucho dinamismo a su economía.

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