El nuevo proyecto plantea que sea la explotación inmobiliaria y de retail del recinto la que otorgue las ganancias al concesionario. Para asegurar la estrategia se encargó un estudio que detalla cuál debe ser la ubicación de cada local, el fin es que se convierta en un modelo de negocios rentable.
La mañana de 27 de junio los gerentes de casi todas las aerolíneas que operan en Chile llegaron hasta Arturo Merino Benítez. La cita fue convocada por altos funcionarios de la división de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP) con el fin de revelar a las empresas asociadas en el Airport Operations Coordinator (AOC) uno de sus secretos mejor guardados: el plan maestro del nuevo aeropuerto de Santiago.
Los asistentes a la reunión escucharon atentamente, y por más de una hora, la presentación bautizada como “Anteproyecto referencial de ampliación y mejoramiento Aeropuerto Arturo Merino Benítez”. Así, las aerolíneas se convirtieron en los primeros actores privados de la industria en conocer los alcances de la obra -estimada en US$ 500 millones-, la cual busca duplicar la capacidad actual del recinto con el fin de atender hasta 30 millones de pasajeros al año (de aquí al 2030).
Este proyecto comenzó a gestarse en el gobierno pasado ante la necesidad de evitar el colapso de SCL. Sin embargo, el acelerador se apretó en esta administración, luego de que se hiciera evidente que las proyecciones realizadas en torno a la demanda del terminal -hechas hace más de diez años- habían fallado estrepitosamente.
En 1998 el gobierno de la época concesionó el recinto hasta el año 2013. Entonces se estimó que éste alcanzaría un flujo de 9 millones de pasajeros anuales. Pero las proyecciones no fueron adecuadas: en 2011-dos años antes del plazo estipulado- pasaron por Arturo Merino Benítez más de 12 millones de viajeros.
La situación exigió una solución de emergencia. Así el año pasado el MOP acordó con el grupo SCL -ligado a la familia Urenda y actuales concesionarios del terminal-, una extensión de su contrato por dos años, tomando en cuenta que debería soportar un flujo por sobre 15 millones de pasajeros en el corto plazo. A cambio, la empresa invertirá US$ 60 millones en obras de mitigación que permitan al recinto “resistir” hasta 2015, momento en que se entregará oficialmente el aeropuerto a su nuevo operador para que dé inicio a la gran remodelación.
Las obras de transición -bautizadas como Fase I y que incluyen puntos de control de Adunas, aumentos del chequeo de equipaje, control migratorio y mejoras en las pistas, entre otros- fueron presentadas hace dos semanas por el ministro de Obras Pública, Laurence Golborne. Con todo, los esfuerzos de su cartera y de la Dirección de Aeropuertos (DAP) están puestos en el lanzamiento oficial del nuevo aeropuerto, lo que se realizará las próximas semanas.
Todo está listo para ese hito: la maqueta viajó especialmente desde Canadá, donde se ubica una de las oficinas que trabajan en el diseño. Asimismo, por estos días se afina una presentación 3D que se exhibirá a la prensa. El nuevo SCL está listo, al menos en papel.
Se devela el secreto
En la reunión de junio, los ejecutivos de las aerolíneas estaban ansiosos. Lo más relevante para ellos era conocer la ubicación del nuevo terminal internacional, que ya había sido anunciado por la autoridad. Finalmente los 190 mil m2 que albergarán el nuevo edificio se levantarán delante del actual aeropuerto, sobre los estacionamientos en superficie del recinto. Así, lo primero que se verá en el futuro será la fachada del nuevo edificio, que contará con tres niveles, un módulo central y cuatro grandes bloques conectores para las salidas de los vuelos.
El diseño del proyecto no ha sido sencillo. En el plan maestro trabaja un grupo integrado por funcionarios del MOP, de la Dirección de Aeropuertos y los arquitectos del consorcio chileno-canadiense Stantec Capitel, representado en el país por Carmen Barreau y Sergio Amunátegui.
Uno de los ejes centrales ha sido que el actual aeropuerto -que será utilizado para vuelos nacionales- no quede desconectado del nuevo recinto. Para ello se construirán dos plazas peatonales entre ambos inmuebles, paseo que estará coronado por el hotel Holiday Inn, el cual quedará estratégicamente ubicado entre ambos terminales. “Era más fácil insertarlo en el plano que sacarlo de ahí”, explican desde el MOP.
Estas plazas son uno de los aspectos que más gustan en el ministerio. Se diseñaron como un polo de servicios que apunta principalmente a los 14.000 trabajadores del terminal. El objetivo es sumar bancos, centros médicos, tiendas de conveniencia y todo tipo de servicios.
Otro tema que cobra relevancia en el plan maestro es que al costado de cada plaza se ubicarán dos edificios de estacionamientos. La necesidad de crear más espacio para los autos fue relevante en la obra y el cambio es gigantesco: SCL tendrá lugar para 14 mil autos el año 2030, hoy caben 4.120.
Además, el plano permite -siempre en dirección al sur- el desarrollo de un proyecto inmobiliario. “Puede ser un hotel u oficinas, es algo inédito en un proyecto de este tipo”, detallan desde el ministerio, agregando que el lugar pensado para este tema es una zona vacía ubicada entre las calles Armando Cortínez Oriente y Poniente.
Alumno ejemplar
La preocupación del MOP y la Dirección de Aeropuertos no sólo apunta a que el proyecto represente un buen modelo de negocios. Además buscan que Arturo Merino Benítez se convierta en un terminal ejemplar en Sudamérica. Para ello, además de visitar recintos de vanguardia a nivel mundial como el de Singapur, establecieron algunos principios que fueron incorporados en el diseño: evitar colapsos en horas peak es uno de ellos: mientras hoy el aeropuerto tiene 18 puertas de embarque (que se amplían mediante embarques remotos), el nuevo proyecto las eleva hasta 66. También se diseñaron embarques múltiples. Es decir que habrá puentes para atender un avión grande o dos pequeños; por lo tanto cuando la nave es de mayor envergadura permite subir a ella por la puerta trasera y delantera simultáneamente.
Otra mejora relevante se verá en las zonas de espera de los vuelos. Si hoy la postal son filas de asientos donde las demoras se hacen incómodas, el paisaje del nuevo aeropuerto será más amigable. Para ello contará con espacios donde se incorporan sillones y ambientaciones lounge.
La tecnología del manejo de equipaje es otro de los must. El embarque remoto de maletas desde los estacionamientos y los hoteles aledaños son algunas de las propuestas. La mayor novedad es un sistema de tracking -o registro- que deberá hacer directamente cada pasajero. “Imprimes tu propia etiqueta después de chequearte automáticamente, aunque los counters se mantienen para quienes viajan por primera vez o no quieren usar el servicio”, explican los conocedores del proyecto.
En tanto, para evitar colapsos en las salidas se prevé la construcción de un patio de equipajes en el subsuelo, al cual no acceden los pasajeros. Así los viajeros sólo pasan por rayos X con su equipaje de mano. “Este ajuste permite que el retiro de equipaje se haga en cintas en 360º, pues las maletas se envían desde abajo, no desde atrás como se hace ahora. Así se gana espacio para una entrega más rápida”, añaden desde Concesiones.
La optimización de espacios llega también al exterior del recinto. Se creará un centro de transportes, pensado para el desembarque de buses y taxis y, en un futuro, como la base de una estación de metro o tren. “El espacio para una vía de este tipo está, a largo plazo no habría que mover nada, aunque no es parte de este plan maestro y debería ser motivo de otro proyecto”, detallan sus diseñadores.
Otro aspecto que ha concentrado la atención de los arquitectos fue la petición de los mandantes de que sea un edificio vanguardista en materia de tecnología y sustentabilidad y que se inspiraran en la geografía local para llevar a cabo el diseño. Por eso, en la fachada predominan la madera y el cobre. Las alfombras rememoran las viñas chilenas y el techo del edificio central y sus cuatro módulos siguen la forma de ondas inspirada en la cordillera de los Andes. “Este aeropuerto va a utilizar tecnología de avanzada en materia de sustentabilidad. El master plan incorpora una serie de aspectos en materia de la utilización de energías, manejo de cargas, aislación térmica, evitar altos consumos de combustible y elementos de generación de energía solar”, agrega Golborne.
Plan de vuelo
Una de las sorpresas que trae aparejada la propuesta del MOP es el cambio en su modelo de concesiones. Hasta ahora, en todos los aeropuertos de Chile se garantiza al operador un pago por pasajero embarcado, figura que desaparecería en la licitación del nuevo SCL. “Es una propuesta que en el caso de aeropuertos se basa en que los servicios pueden generar los ingresos para el concesionario y garantizar así sus retornos”, explica Golborne.
Hoy el modelo utilizado contempla que las diferentes aerolíneas, operadores y pasajeros del aeropuerto pagan a la Dirección General de Aeronáutica (DGAC) derechos e impuestos. Esos ingresos son separados para pagar una parte al concesionario y el resto se utiliza en inversiones en seguridad y tecnología.
El cambio propuesto plantea que sea la explotación inmobiliaria y de retail del recinto la que otorgue las ganancias al concesionario. Para asegurar la estrategia se encargó un estudio de mercado que detalla cuál debe ser la ubicación de cada local, todo con el fin de que se convierta en un modelo de negocios rentable.
Y mientras se afinan los últimos detalles de la presentación en sociedad del nuevo aeropuerto, paralelamente el Ministerio de Obras Públicas en conjunto con el Comité de Inversiones Extranjeras están delineando los pasos para motivar la participación de la mayor cantidad de consorcios nacionales e internacionales en la licitación. Los interesados deberán precalificar para el concurso el último trimestre del año.
La encargada de infraestructura del Comité de Inversiones Extranjeras, Gosia Matysek, asegura que ya han recibido llamados de firmas extranjeras preguntando por el proyecto y que esperan que en la gira que el MOP realizará posiblemente en agosto a China se promocione el concurso. Asimismo, se piensa en un road show de la iniciativa como complemento. “Es una modalidad que estamos ocupando y cuando se aplica bien genera más competencia, tal como en el caso de los hospitales o el puente de canal Chacao”, detalla Golborne.
A tanto ha llegado el interés, que tras una exposición realizada por la jefa de Concesiones del MOP, Claudia Carvallo, en un congreso de infraestructura realizado en Sao Pablo en abril, donde delineó los alcances de la obra, se definió realizar en Chile la feria Infra Aero Expo Road Show. En el encuentro -fijado para el 17 y 18 de octubre-, se expondrán los avances en la industria a nivel latinoamericano y también se presentará masivamente la iniciativa.
Estos pasos tienen una meta clara: que Arturo Merino Benítez se convierta en el mejor terminal de América Latina. La competencia, sin embargo, no será nada de fácil. El aeropuerto de la vecina Lima ha sido reconocido por tres años consecutivos como el Mejor Aeropuerto de América por Skytrax Research. Pero hay confianza en el plan de vuelo...el permiso para despegar ya está concedido.