Por Emilio Maldonado Abril 4, 2013

Una de las señales que más preocupan a los economistas es la poca holgura en la capacidad productiva que enfrenta el país. Las presiones sobre ésta podrían comenzar a sentirse hacia fines de año, coinciden los expertos.

Ha sido una de las banderas más vistosas y usadas por la administración Piñera. El alto crecimiento económico exhibido por Chile desde 2010 a la fecha, con tasas que superan el 6% anual, es motivo de orgullo permanente para las autoridades económicas del actual gobierno. La creación de casi 850 mil puestos de trabajo en los últimos tres años (acercando los índices a niveles próximos al pleno empleo), el aumento de los salarios y el dinamismo de la economía tienen al país en un ciclo que no había experimentado en casi dos décadas.

Pero esa fiesta, lejos de seguir, podría estar próxima a terminar. O al menos, a bajar la música. Y no por amenazas en Europa o en Estados Unidos, que aún se tambalean entre recesión y recuperación. El alto dinamismo del consumo interno, según varios expertos, podría llevar a la economía local a un sobrecalentamiento. Al igual que un motor que se mueve a máxima potencia y termina por fundirse, la economía nacional se podría ver enfrentada pronto a esa amenaza.

El lunes fue el día clave. En la reunión de política monetaria celebrada al interior del Banco Central en calle Agustinas, el presidente de la entidad, Rodrigo Vergara, junto a los consejeros del ente emisor pusieron sobre la mesa sus preocupaciones. Durante el último trimestre de 2012 la economía estuvo lejos de normalizar su desempeño, como esperaban los expertos. Una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) del 5,6% durante el año pasado, y un sorpresivo 6,7% del Imacec en enero, prendieron las alarmas: Chile está agotando sus holguras de producción y el engranaje comienza a entibiarse.

Un día antes de la reunión, en la cual además el Central decidió mantener la tasa de interés en 5% (por sobre la que rige en las naciones desarrolladas), un ex presidente del banco encendió la luz amarilla. En una entrevista con La Tercera Vittorio Corbo advirtió que Chile iba directo al sobrecalentamiento. Veinticuatro horas después de publicada la nota, el equipo de Vergara abordó el tema. Sin llegar a una conclusión categórica si el sobrecalentamiento estaba ya presente, las autoridades del organismo -Manuel Marfán, Enrique Marshall, Sebastián Claro y Joaquín Vial-  sí reconocieron que el actual dinamismo de la actividad, especialmente la demanda interna, presentaba riesgos a futuro. ¿Está sobrecalentándose la economía local? Los expertos creen que sí, pero con matices.

 

Margen acotado

Una de las señales que más preocupan a los economistas es la poca holgura en la capacidad productiva que enfrenta el país. Con un crecimiento del consumo interno por encima del aumento real de la economía (sobre 7%), niveles de pleno empleo y un abultado déficit en la cuenta corriente (se importa más de lo que se exporta), las presiones sobre la productividad podrían comenzar a sentirse hacia fines de año.

De acuerdo a las proyecciones del Central, para el cierre de 2013 se estima que la cuenta corriente nacional tendrá un déficit del 4,4% del PIB. Para el economista de la Universidad de Chile Joseph Ramos, sobre el 4% ya es una luz amarilla. “Estamos hablando de un calentamiento. Quizás no está la luz roja aún, pero sí hay una alarma. No veo que se vaya a dar un reventón de nuestra economía, pero sí algo gradual. Estamos gastando más de lo que estamos produciendo”, sentencia Ramos.

Según el último informe de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) -representante de uno de los sectores más dinámicos de los últimos años-, emitido este miércoles, la economía chilena “agotó sus holguras externas, sin poder expandir sus exportaciones más allá de 3% o 4%, mientras que las importaciones crecen a tasas de 6% o 7% anual”. Desde el organismo gremial, aseguran que se podrían generar desequilibrios macroeconómicos importantes.

Uno de estos desequilibrios sería, nuevamente, el desbalance en la cuenta corriente. De acuerdo a la entidad, el déficit llegará a US$ 13.800 millones este año, casi US$ 2.000 millones más que lo previsto por los economistas del Central a inicios de esta semana. Es decir, en vez de un 4,4% del PIB en déficit de cuenta corriente, la CCS habla de una cifra que bordea el 5% de desajuste.

Las aprensiones del representante de los minoristas no son aisladas. Diversos estudios independientes prevén que el déficit podría estar en un rango entre 4,6% y 4,9% durante este año, avalado en que la inversión -uno de los factores que presionan la brecha en la cuenta- podría alcanzar un alza del 9,5%, y no del 7,2% como vaticina el organismo liderado por Vergara. De mantener esta tendencia, la economía podría pasar de tibia a caliente.

 

La buena noticia

Si hay algo que mantiene optimistas a las autoridades sobre la temperatura de la economía, es la inflación bajo control. Con una proyección de que ésta roce el 3% hacia fines de año -tal como lo tiene previsto el Central-, la no existencia de presiones inflacionarias calma las preocupaciones sobre un sobrecalentamiento de la economía chilena. Al estar los precios estables, se ve más lejano un posible aumento de la sensación térmica en las finanzas nacionales. O, al menos, no demuestra que haya un sobrecalentamiento.

Pero no todos creen que la inflación se mantendrá a raya por mucho tiempo. El tipo de cambio bajo ha ayudado a mantener controlados los precios, lo cual podría terminar cediendo si el déficit en cuenta corriente se mantiene o siguen aumentando los salarios. “Acá ha habido un aumento y recuperación de la productividad, junto con una recuperación de las expectativas para invertir y consumir. Hay confianza y ello tiene a la economía así. Puede que sea preocupante, pero no es algo inmanejable”, aclara el economista Juan Eduardo Coeymans, junto con afirmar que el Banco Central está al tanto de lo que sucede, pero “deberían ser más claros en explicar qué está pasando con la temperatura de la economía”.

Dado que la inflación se ha mantenido baja, la autoridad monetaria ha tenido espacio para continuar monitoreando la situación sin actuar, pero si el dinamismo de la demanda interna no cede, tendrá que actuar, asegura Luis Felipe Céspedes, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez y ex gerente de Investigación Económica del Banco Central.

“Indicadores para los primeros meses de este año muestran que el consumo continúa muy dinámico. El déficit en la cuenta corriente puede ir aumentando a niveles más allá de lo proyectado y en un contexto en el cual nuestras exportaciones y el ciclo doméstico dependen fuertemente del cobre, se puede generar un escenario de mucha vulnerabilidad”, agrega Céspedes.

 

Los ahorros del Fisco

Céspedes, Ramos y Coeymans coinciden en que la principal amenaza para la economía en 2013 es el sobrecalentamiento. Presiones de aumento en los salarios, consumo aún vigoroso y una fuerte inversión privada son señales que todos miran con atención. “No hay incendio ni hay que llamar a los bomberos, pero tenemos que estar atentos”, asegura Coeymans.

Dada la baja inflación, el Central -según los expertos- aún tiene tiempo para evaluar posibles frenos a la economía. Uno de ellos es un aumento en la tasa de interés, aunque ello podría apreciar aún más el peso chileno. 

Una de las soluciones propuestas es aumentar los requisitos de capitalización de los bancos para prestar dinero, como forma de restringir el acceso al crédito. Pero los economistas coinciden en que lo más rápido y efectivo sería una modificación en el patrón de gasto del Estado.

“La autoridad monetaria puede aplicar una política monetaria menos expansiva, pero ello -en una economía totalmente inserta en los mercados financieros internacionales- se traduce en una apreciación del peso, en circunstancias que algunos sectores productores de bienes transables -especialmente la agricultura y la manufactura-  ya se están viendo muy afectados por el bajo nivel del tipo de cambio.  Una alternativa eficaz para reducir la demanda agregada con un menor impacto cambiario es un mayor ahorro del gobierno.  ¿Estará el gobierno dispuesto a hacer esto en un año eleccionario?”, se pregunta el economista de la Universidad Católica Rolf Lüders.

Con una nueva corrección de crecimiento al alza (de 5,25% a 5,5% según el último informe IPoM del Central), una demanda interna por sobre el 6% y un diferencial de casi tres puntos porcentuales entre exportaciones e importaciones, la economía local está, según los expertos, viviendo una primavera.

 

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