Por Sebastián Rivas Mayo 30, 2013

Los cuarenta años que Diego Hernández lleva en la industria del cobre lo convierten en una de las voces más autorizadas para opinar del escenario mundial. El CEO de Antofagasta Minerals y ex presidente ejecutivo de Codelco asegura que el momento actual es el de un profundo cambio:  afirma que si durante la década pasada los elevados valores del metal impulsaron mayor producción, hacia adelante el foco estará puesto en la competitividad. Y plantea que para Chile es especialmente importante hacer esa lectura para mantener su lugar de privilegio.

-¿Cómo definiría el escenario actual?

-El negocio minero se caracteriza porque podemos controlar todo, menos el precio, que lo define el mercado. Y si uno mira hacia atrás, son cíclicos: hay períodos de precios altos y bajos. La diferencia es que en 2004 empezaron a mejorar los precios y a aumentar los márgenes, y este ciclo de precios altos ha durado más de lo que estábamos acostumbrados antes, debido a China, el crecimiento de otros países que están en desarrollo y con poblaciones grandes. Debido a eso, de alguna manera la industria ha perdido su disciplina.

-¿En qué sentido?

-El secreto de nuestro negocio es poder resistir los precios bajos y sobrevivir, y estar presentes con una producción lo más amplia posible durante el período de precios altos. Eso es lo normal. Y eso se rompió un poco porque este período de precios altos ha sido mucho más extenso. En la medida que es más extenso, el cuento de que “ojo, que el precio puede bajar”, ya nadie te lo cree. Es un poco como Pedrito y el lobo. Y si los otros grupos de interés y tú mismo no te lo crees, significa que hay mucho más margen para que otros grupos de interés también traten de participar de estas utilidades muy altas debido a los precios altos.

-¿Estamos en un proceso de cambio de etapa?

-Hoy día no basta con producir: hay que producir, pero cuidar los costos también. Ahí hay una cantidad importante de valor a capturar. Es el sello de este período que viene ahora.


"ES MÁS UNA PAUSA QUE EL FIN DE UN CICLO"

-En el tema de los precios, ¿no ve a largo plazo que haya una potencial caída?

-No, yo creo que es más bien una pausa que el fin de un ciclo, si tuviera que elegir entre las dos posiciones. Ahora, nosotros estamos en un período en que todavía estamos generando márgenes operacionales positivos e interesantes. Tenemos que saber utilizar esos recursos para poder mejorar, y no esperar que estemos sin generar márgenes positivos para reaccionar.

-¿Cómo ve la proyección en el corto y mediano plazo?

-Creo que la oferta y la demanda siguen estrechas este año, pero tal vez a fin de año y el 2014 y 2015, puede haber un superávit de producción que eventualmente podría afectar el precio. Eso depende mucho de cuál va a ser el aumento de la demanda de China y de otros países. Hoy día se ve de esa manera. Pero de ahí para adelante nuevamente creemos que la oferta y la demanda van a estar apretadas. Entonces, estamos optimistas en relación al precio del cobre con una mirada a largo plazo.

-¿Y cómo afecta la forma en que se evalúan proyectos?

-Hemos abordado los proyectos de la misma manera desde principios de los años 90, con las mismas soluciones. Lo que ha cambiado es que tenemos equipos más grandes, pero la tecnología es muy parecida y la manera de abordar las cosas es la misma. Creo que ese modelo se ha agotado. Tenemos que empezar a ser más innovadores, a abordar estos desafíos de maneras distintas. No tengo la receta, pero sí sé que hay que hacerlo.

"HAY QUE HACER QUE LOS PROYECTOS SEAN RENTABLES"

-¿Qué debería hacer Chile para posicionarse bien?

-Chile tiene una cartera de proyectos que es equivalente a su capacidad productiva hoy día. Tenemos que hacer que esos proyectos sean rentables, y mejorar nuestra competitividad. Como desde el 2004 ha habido una tendencia de aumento de precios, a la industria se le ha olvidado cuidar su competitividad. Hemos perdido competitividad, y tenemos que reaccionar a eso mejorando nuestras cosas, aumentando la productividad, sacándoles más partido a nuestros activos.

-¿Cómo influye en este esquema la mano de obra?

-Los sueldos son más altos y la productividad no ha aumentado de la misma manera. Si tú comparas las remuneraciones de los trabajadores chilenos con las de los australianos, canadienses o norteamericanos, probablemente ellos ganan 20% o 25% más, pero la productividad es mucho más alta. Tenemos mano de obra calificada; hoy día nuestros trabajadores jóvenes tienen enseñanza media completa, y la mayoría estudios universitarios o técnicos superiores. Tenemos que tener productividades de acuerdo a ese nivel de preparación. Es un tema cultural. Y a las empresas les ha costado dar ese paso. 

-¿Cuáles son los mayores riesgos que enfrenta Chile?

-Antes, nosotros hacíamos minería. Desde hace algunos años, estamos haciendo minería sustentable. Y ahora tenemos que hacer minería sustentable e inclusiva. El gran riesgo es que, si los precios bajan, se pierda el interés a nivel del Estado por dejar que esto siga desarrollándose, porque lamentablemente el Estado siempre ha mirado a la minería como una fuente de recursos financieros, y no como una actividad económica que puede tener efectos multiplicadores. La minería en Chile ya no es más un enclave, una mina donde todo lo que llega viene de afuera y toda la producción se va para afuera, y la única relación entre la mina y el Estado es a través de los impuestos.

-¿Pero eso se ha entendido?

-De a poco se va entendiendo, pero siempre existe el riesgo de que si perdemos un poco de competitividad se pierda el interés por seguir desarrollando minería en este país.

-¿Cómo ve el rol de la institucionalidad?

-Las instituciones están funcionando, pero la institucionalidad no está funcionando de la misma manera. Porque todos cumplen o creen que cumplen su función y asumen sus responsabilidades, pero en conjunto no tenemos nuevos proyectos y estamos empantanados.

-¿Falta una mirada más integral?

-Sí. No podemos ahora, con todo lo que hemos avanzado, perder la oportunidad de llegar a ser país desarrollado. Y de repente da la impresión que todos creen que eso va a ser automático, va a llegar solo y que no es necesario hacer el esfuerzo para seguir avanzando en esa dirección. Si manejamos bien el tema minero y logramos ser competitivos vamos a poder seguir en esta senda. Si no lo hacemos, nos estaríamos farreando la oportunidad.

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