Por Josefina Ríos Octubre 10, 2013

Nosotros no estamos en venta. No somos inversionistas de pasada, somos industriales y estamos para quedarnos. No puedo decir que nunca vamos a vender, porque lo hemos hecho, pero siempre con un fin de cumplir la estrategia que definimos claramente y creo que nos ha dado resultado

Si logramos concretar las inversiones que están proyectadas y que hoy están paralizadas no se requeriría una reforma tributaria, ya que bastaría con los royalties y con los nuevos ingresos  de la minería  para satisfacer con creces todas las demandas para financiar una mejor educación y salud 


Son las 6:45 A.M. y hace poco menos de una hora amaneció en Bangkok. El calor y sobre todo la humedad ya se sienten fuertes en la capital tailandesa. Es sábado, pero parece que nadie descansa en Silom, el barrio financiero de la ciudad: uno tras otro, cientos de puestos callejeros ofrecen frutas, agua de coco y cientos de exóticas frituras a los transeúntes que a esa hora inundan el lugar. 

Pero en el lobby del hotel Mandarin Oriental, el ambiente es diametralmente opuesto. Sus pasajeros se pasean elegantes por la recepción que es amplia y está arreglada con orquídeas y lindas alfombras. Ahí el aire es fresco y las voces se oyen como susurros. Puntual, a las 7:00 A.M., aparece en el salón Juan Eduardo Errázuriz, presidente ejecutivo del grupo chileno Sigdo Koppers (SK), quien aloja ahí como parte de la comitiva que acompaña a  Sebastián Piñera en su gira por Tailandia e Indonesia, donde  participarán en la XXI Cumbre Apec. 

Errázuriz es cercano al mandatario, pero es primera vez que lo acompaña en un viaje oficial. Antes lo había hecho con los presidentes Aylwin, Frei y Bachelet. En esta oportunidad, se unió como representante chileno de Abac, el consejo empresarial que se reúne en el marco del foro que congrega a las 21 economías más importantes del Pacífico. Está contento, pues asegura que estas giras son un gran aporte para Chile. “El país proyecta una tremenda imagen, porque el presidente viaja con políticos de todos los colores, con empresarios, intelectuales y dirigentes sindicales lo que transmite el compromiso con el país en diferentes ámbitos”, asegura el empresario. Sobre este viaje en particular, Errázuriz remarca la posibilidad de que el sector empresarial, representado en el Abac, intercambie opiniones con el mundo político.

Pero esta mañana de 5 de octubre, Juan Eduardo Errázuriz madrugó por otros motivos. En pocos minutos más visitará, junto a los principales ejecutivos de las instalaciones que tiene Magotteaux -empresa de origen belga líder mundial en la fabricación de productos de molienda y piezas fundidas de desgaste que Sigdo Koppers compró en 2011- en Tailandia. La idea es recorrer las tres plantas ya existentes y ver el estado de avance de una cuarta que busca ampliar en un 50% la producción de bolas de molienda en ese país. El costo de esta nueva fábrica se estima en US$ 50 millones, por lejos la mayor inversión de una compañía chilena en ese país asiático.

Este plan de negocios se enmarca en una decisión estratégica que el directorio de Sigdo Koppers tomó en 2010: centrar su desarrollo futuro en el área de servicios a la minería y la industria. “Miramos las inversiones a futuro y las necesidades de la región y vimos una gran oportunidad en el sector de la minería y a nosotros, como una empresa de ingenieros, nos acomodaba mucho más ese rubro, en el cual contábamos con una amplia trayectoria a través de las otras empresas de Sigdo Koppers: Enaex, Puerto Ventanas, Fepasa, SK Comercial e Ingeniería y Construcción Sigdo Koppers”, explica Errázuriz sobre esta opción. 

-¿Cuáles son las principales diferencias entre montar una empresa en Chile y en Tailandia?

-Es un tema de mercado. Lo fundamental es que debes instalarte donde el producto y o servicio que ofreces sea  competitivo y tenga un mercado atractivo.

-¿Y dónde es más fácil echar a andar un negocio?

-Siempre es más fácil en el país que conoces bien, pero el problema es que Chile es muy pequeño entonces hay que salir. Sin empresas globales es muy difícil competir, innovar y tener departamentos de investigación propios que te permitan dar un buen servicio, ser más competitivo y  eficientes para ganarse la confianza de los  clientes. Por ejemplo, en el rubro de la minería, si crees que por el hecho de que Perú y Chile producen más del 40% del cobre mundial basta con focalizarse en esos países sería un grave error. En  Estados Unidos, Australia, Canadá y también en Asia hay una  minería muy profunda.

-Algunos  políticos han criticado que Chile base su crecimiento en la explotación de recursos naturales y el desarrollo del sector financiero, pero dejando de lado la industrialización. ¿Cuál es su opinión al respecto?

-Tenemos que crecer como país en aquellos sectores que el mercado lo pida y seamos competitivos. Algunos dicen por qué no hacemos una industria que use como materia prima el cobre que Chile produce.  Más allá del desarrollo industrial, lo relevante es ser capaces de agregar valor a nuestros productos de manera  eficiente y competitiva. Y ojalá también aportando con innovación a ese desarrollo. Por eso es muy interesante lo que está pasando con la Alianza del Pacífico, porque a partir de ella se pueden generar empresas de clase mundial. 

-En algún momento se habló de que la expansión natural de Chile era hacia el Asia Pacífico. Sin embargo ese proceso no ha sido todo lo rápido que se esperaba.

-Ha sido  lento, es cierto, pero hay que tener en cuenta que son culturas muy distintas. Por ejemplo, si miramos China hay muchas empresas chilenas operando. Elecmetal, nosotros, el grupo Luksic, el Retail y muchos otros. Son procesos largos y difíciles, pero se están consolidando. 

-¿Las empresas locales están en vías de extinción?

-No, hay rubros y rubros, pero en el nuestro es muy difícil poder ser competitivos si sólo eres local. 

-¿Corren el riesgo de que los vengan a comprar?

-Siempre existe, pero nosotros no estamos en venta. No somos inversionistas de pasada, somos industriales y estamos para quedarnos. No puedo decir que nunca vamos a vender una empresa, porque lo hemos hecho, pero siempre con un fin de cumplir la estrategia que definimos claramente y creo que nos ha dado resultado. En eso el espíritu vasco nos ha ayudado.

Juan Eduardo Errázuriz (al centro) junto a ejecutivos y trabajadores de la  fábrica de Magotteaux -propiedad de SK- en Tailandia.

URGENCIA ELÉCTRICA

-Los proyectos mineros en Chile enfrentan largos procesos de judicialización. ¿Se ha convertido el país en un destino menos atractivo para invertir en este rubro? 

-Con respecto a la judicialización de los proyectos, creo que Chile no es el único país que debe hacer frente a esta situación, en casi todo el mundo pasa lo mismo. Además, en Chile los proyectos mineros se han retrasado no sólo por ese tema, también está latente el problema eléctrico y la escasez de agua y por supuesto también el tema de los estudios de impacto ambiental. Creo que hoy se está intentando regularizar bien estas cosas, los decretos mal redactados se están arreglando de tal modo que no quede a libre interpretación de cualquier persona lo que la ley dice y que impida esta judicialización que en muchos casos responde a un chantaje promovido por ciertos organismos para tener su propio negocio. Creo que el bien común va a imperar, hay inversiones que son absolutamente convenientes para el país.

-¿Desde qué perspectiva?

-Si logramos concretar las inversiones que están proyectadas y que hoy están paralizadas no se requeriría una reforma tributaria, ya que bastaría con los royalties y con los nuevos ingresos  de la minería  para satisfacer con creces todas las demandas para financiar una mejor educación y salud que el país quiere. 

-¿En qué periodo de tiempo se generarían esos recursos a través de esta vía?

-En el mismo periodo que se ha planteado la reforma tributaria: entre cuatro y cinco años.

-Pero incluso solucionando el tema de la judicialización, ¿existe en la actualidad capacidad eléctrica para concretar esa cantidad de proyectos mineros?

-Potencialmente sí. Uno de  los problemas es que en el norte chileno no tenemos agua suficiente. Esta situación se resuelve con las plantas desalinizadoras que hoy con las nuevas tecnologías  hacen que este suministro sea viable y competitivo. En el tema eléctrico, es urgente tener a la brevedad la reglamentación del Decreto 169 sobre las comunidades para que no tengamos los problemas de judicialización que hemos tenido hasta ahora para hacer plantas de generación termoeléctrica. Al tener los problemas de  agua y de energía solucionados, muchos de los proyectos paralizados podrían reanudarse.

-Pero las centrales termoeléctricas pueden ser bastante contaminantes…

-No, las tecnologías actuales casi no contaminan. De hecho, la legislación chilena en esta materia  es la más estricta del mundo, nuestros estándares son mucho más exigentes que los europeos. Por otro lado, estoy convencido de que tarde o temprano nosotros vamos  a retomar la energía hidráulica. Es indispensable desarrollar los proyectos hidroeléctricos que el país tiene en carpeta y como se va a materializar la interconexión entre el SING y SIC la misma será un respaldo muy importante para llevar adelante  las inversiones que hoy están detenidas por la incertidumbre del suministro eléctrico.

-¿De verdad cree que existe viabilidad política para llevar a cabo estas centrales?

-Al existir  leyes  que permitan a las comunidades sentirse  incorporadas  al proceso y partícipes del progreso que estas centrales traerán se podrán llevar adelante todos esos proyectos. Había un proyecto de ley,  que no se alcanzó a llevar adelante y que apuntaba al hecho que  las comunidades puedan recibir retribuciones  en salud, educación, vivienda e infraestructura y de ese modo sean parte de los proyectos.

-¿Existe cierto oportunismo a su juicio en este tema?

-Aquí hay una insensatez de un grupo muy minoritario que no entiende lo que es el bien común. También pienso que desde el punto de vista del inversionista hay casos en que nos hemos equivocado.

-¿Qué responsabilidad tiene el gobierno en todo esto?

-Es un tema que se arrastra hace un buen tiempo y en el que todos los gobiernos han hecho mal. Desde el momento en que por decreto se eliminó la fuerza mayor para la sequía extrema comenzaron los problemas para la generación hidroeléctrica. Hay otros errores, por ejemplo, en el Biobío hay tres centrales diseñadas que se pueden ejecutar sin ningún problema. Simplemente no se realizan porque hubo un acuerdo político que establecía que para dar la autorización para la operación de Ralco se renunciaba a la construcción de las centrales en el Biobío. Allí hay  alrededor de 1500 megawatts potenciales. Además, tenemos la central Río Cuervo e HidroAysén que son proyectos extraordinarios. La sensatez algún día llegará. 

 

"NUESTROS POLÍTICOS SON SENSATOS"

-Sigdo Koppers anunció un plan de inversión de US$ 500 millones entre 2013 y 2015. ¿Sigue en pie esa idea, pese a los anuncios de que la economía chilena se desacelerará  en los próximos años?

-Absolutamente en pie, pero obviamente nosotros estamos permanentemente monitoreando  lo que sucede. Hay veces que las inversiones se pueden desfasar en algunos meses, pero el foco de inversión se mantiene. Ya empezamos  con nuestra planta número 5 de Enaex y también con los estudios de impacto ambiental de la nueva unidad de Sabo. Estamos también materializando las inversiones que Magotteaux construye en Tailandia, de las cuales  hemos terminado las fundaciones y esperamos que su puesta en marcha sea el segundo semestre del 2014. 

-Ustedes partieron su expansión internacional en Argentina, ¿le tiene fe todavía a ese país?

-Acabamos de salir de Argentina porque vendimos Sigdopack, pero hay que ver. Argentina a comienzos del siglo pasado era la segunda potencia económica del mundo, después de Inglaterra. Pienso que algún día Argentina va a despertar.

-Pero ustedes prefirieron salir, o sea no están dispuestos a esperar ahí a que despierte…

-Lo que pasa cuando hay inversiones que involucran mucho capital y las regulaciones son tan cambiantes que es difícil proyectarse. Lo más importante es que las reglas del juego sean claras. Eso es precisamente lo que ha hecho de Chile un país tan exitoso.

-¿Confía en el futuro de Chile en ese sentido? Se lo pregunto porque algunas candidaturas presidenciales han anunciado cambios bastante radicales.

-En periodos de elecciones se dicen muchas cosas, pero creo que finalmente nuestros políticos son sensatos y no van  a hacer ninguna locura. Sería muy malo echar por la borda todo lo que se ha hecho, todo lo que se ha construido en beneficio de todos los chilenos. No se debe destruir lo realizado por un deseo intelectual de algunos.

-Pero hay temas que este modelo no ha sabido subsanar, como la desigualdad.

-El tema de la desigualdad efectivamente es un tema que tenemos pendiente como país, pero tenemos que ser creativos para crear políticas que contribuyan a disminuir la desigualdad y no que la empeoren. En esto hay que ser muy cuidadoso, porque uno puede tener la mejor intención para resolver este tema e inventar un sistema que a la larga genere  más desigualdad como es el caso de algunos países de la región.

-Algunos empresarios sostienen que esta campaña presidencial se ha polarizado y que el ambiente está enrarecido. ¿Cuál es su opinión?

-Hay circunstancias históricas que han hecho enrarecer el ambiente y creo que los medios lamentablemente han ayudado un poco a eso. 

-¿Se refiere a la cobertura de los 40 años del golpe?

-Exactamente. Está bien conmemorar estas fechas y hay que recordar, pero se debe reconocer que el país ha avanzado notablemente en todos los aspectos: sociales, económicos, superación de la pobreza, creación de empleo, escolaridad, infraestructura. Entonces debemos hacer un esfuerzo por unir y no desunir, debemos mirar el futuro y lamentablemente nos hemos dedicado en el último tiempo a mirar sólo el pasado. Eso enrarece, pero supongo que esta coyuntura histórica debe superarse.

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