Por Rosario Zanetta Febrero 13, 2014

El mismo 24 de marzo el tribunal resolverá si se cita o no a declarar al presidente del Bci, Luis Enrique Yarur, quien tendría que tomar partido en la disputa que por años ha mantenido enemistados a sus primos.

La última vez que ambos primos se encontraron fue en una instancia legal. Quienes estuvieron presentes cuentan que, en el marco de la demanda que Daniel Yarur interpuso contra el “Toto”, coincidieron en  tribunales. Se vieron, pero no se saludaron.

La defensa de Jorge Yarur sostiene que el resultado será fundamental para los próximos pasos que espera dar a nivel internacional. Sus abogados consideran que existen pruebas para demostrar que Yarur Elsaca incurrió en el delito de lavado de dinero al crear cuentas bancarias en EE. UU.

Fueron meses de negociaciones para finalmente llegar a un trato. El pasado 15 de enero, Luis Enrique Yarur Rey, uno de los principales accionistas y presidente del Bci, y su primo Jorge Yarur Bascuñán, fundador y dueño del Museo de la Moda, anunciaron públicamente el fin de una antigua disputa entre ambos. Una controvertida venta de acciones del banco en 1994, tras la muerte del padre de Jorge, originó el quiebre al interior de la familia, el cual fue zanjado con un acuerdo que, entre otras cosas, contempla el pago de US$ 100 millones por parte de Yarur Rey a su primo. El pacto firmado por los integrantes de uno de los clanes más acaudalados de Chile, sin querer, agitó otras aguas.

Quien recibió la noticia con sorpresa fue Daniel Yarur Elsaca. El ex superintendente de Valores y Seguros, y primo en segundo grado de Yarur Rey y Yarur Bascuñán, reaccionó de inmediato. El avenimiento familiar lo dejó en una situación compleja: desde 2011 él mantiene un conflicto judicial en varios frentes con el dueño del Museo de la Moda. El economista presentó a inicios de ese año una demanda por el no pago de honorarios variables -que según sus cálculos bordean los US$ 45 millones- contra Yarur Bascuñán, a quien le administró su fortuna entre 1999 e inicios de 2010. Éste, a su vez, le propinó una dura contrarrespuesta en tribunales: se querelló por estafa -que luego cambió a la figura de apropiación indebida- por US$ 59 millones e inició un agresivo proceso penal.

Las acciones legales los han mantenido por tres años enfrentados. Y aunque en algún momento hubo negociaciones, mediadores y varias reuniones para evitar que el conflicto se ventilara en tribunales, ninguna de ellas prosperó. A diferencia del pacto con Luis Enrique, Daniel y Jorge deberán volver a verse el próximo 24 de marzo, cuando se inicie el juicio oral de uno de los escándalos más bullados entre la elite empresarial chilena.

De cara a ese encuentro, ambas defensas trabajan en los detalles de sus estrategias y eligen sus cartas. Una de ellas podría ser sorpresiva: ese mismo día el tribunal resolverá si se cita o no a declarar al presidente del Bci, Luis Enrique Yarur, quien tendría que tomar partido en la disputa que por años ha mantenido enemistados a sus primos.

LOS INTENTOS DE ACUERDO

Las primeras tratativas para evitar que el conflicto pasara a la arena judicial se extendieron por varios meses durante 2010. Fue en el verano de ese año cuando Daniel y Jorge Yarur terminaron un contrato que los había mantenido vinculados por casi diez años, donde el primero tenía plenas facultades para manejar el patrimonio de “Toto” Yarur, como le dicen sus amigos. Una vez que la relación de ambos se quebró, los abogados de las dos partes trataron de acercar posiciones y resolver las diferencias.

Francisco Pfeffer, por parte de Daniel, y Luis Correa Bluas, en representación de Jorge, se reunieron varias veces. Entre agosto y diciembre sostuvieron cerca de 30 encuentros, en los que trataron de crear una institucionalidad adecuada para zanjar el conflicto. Hablaron de árbitros, de cláusulas y montos. Pero a fines de ese año los esfuerzos se hicieron insuficientes.

Jorge, quien estaba en pleno reordenamiento de su patrimonio -estimado en unos US$ 500 millones-, dio un brusco giro en su defensa y contrató a Nurieldín, Luis y Juan Pablo Hermosilla, quienes han liderado la ofensiva en tribunales hasta ahora.

Fue precisamente en esa época, días después del año nuevo de 2011, que hubo un último acercamiento. El abogado Darío Calderón recibió a ambas partes en su oficina de Nueva Las Condes. Luego de un par de encuentros, a mediados de enero la posibilidad de avenimiento se esfumó: Jorge no aceptó que Daniel Yarur desconociera la totalidad de la deuda, avaluada hoy en casi US$ 60 millones. Como le habría comentado a uno de sus cercanos, no estaba dispuesto a transar un solo peso. Quería la integridad de lo sustraído, aunque fuera en cuotas.

Pero lo que para Jorge Yarur es la apropiación indebida de parte de su fortuna, para el ex superintendente representa algo distinto. Según ha alegado en sucesivas oportunidades, su ex empleador le adeuda US$ 45 millones por el no pago de honorarios variables, cláusula que fue establecida -según Daniel- en una reunión que ambos primos sostuvieron en Bolonia, Italia, en 1999.

Fue en ese viaje cuando Yarur Elsaca se comprometió a administrar la fortuna de su primo, estimada en ese entonces y según la defensa de Daniel, en US$ 120 millones. Yarur Bascuñán atravesaba un complejo momento: una operación programada a la cadera y el inicio de un tratamiento para dejar su adicción a las drogas hacían imposible que el heredero del Bci pusiera atención a su patrimonio. Por eso, años más tarde argumentaría que Yarur Elsaca se aprovechó de su estado vulnerable para pactar el acuerdo y que en ese momento no se enteró de los detalles del mismo.

Quien sí habría conocido los detalles es la cónsul honoraria de Chile en Milán, Yolanda Bustos. Según la defensa de Daniel Yarur, ella presenció el momento cuando se  firmó el mandato establecido entre ambos, documento que habría tenido dos componentes: en uno, Jorge le entregó amplios poderes de administración de su capital a Daniel. En otro, se fijó un sueldo mensual de $ 50 millones por tal labor. Esta parte del acuerdo no está en duda: tanto Jorge como Daniel reconocen su validez, al punto que, cuando se finiquitó el contrato entre ambos, el ex superintendente recibió una indemnización de $ 250 millones.

Pero es en otro punto en el que se centra toda la polémica. Daniel sostiene que se estipuló además el pago de un monto variable, correspondiente al 25% de la rentabilidad del patrimonio (porcentaje que avalaría la deuda de US$ 45 millones). Por el contrario, Jorge asegura que jamás se planteó la existencia de tal comisión y que no existen pruebas de ello. Cercanos a Yarur Elsaca afirman que el texto en el que se plantea este tema en particular, está actualmente extraviado.

El 5 de julio de 2013 el Octavo Juzgado Civil de Santiago, tribunal donde el ex superintendente presentó la demanda contra su primo, dio su parecer. En un fallo de primera instancia resolvió que no existe un contrato, boletas de honorarios ni correos electrónicos que avalen la tesis del pago variable. Es por esta razón que, una vez iniciado el juicio oral el próximo mes, la defensa del ex superintendente llamará a declarar a la cónsul en Italia para intentar validar su tesis.

Más allá del pago de la comisión variable, lo que la defensa de Yarur Elsaca argumenta es que durante la administración de Daniel el patrimonio de su primo Jorge creció de US$ 120 millones a US$ 490 millones, según avala un informe redactado por el contador Fidel Quinteros. Para lograrlo, dicen, Daniel Yarur invirtió los fondos en renta variable en Chile y en el extranjero.


TESTIGOS MILLONARIOS

La última vez que ambos primos se encontraron fue en una instancia legal. Quienes estuvieron presentes cuentan que, en el marco de la demanda que Daniel Yarur interpuso contra “Toto”, los dos coincidieron en la torre de tribunales de calle Amunátegui. Se vieron, pero no se saludaron. Radicalmente distinto a la relación que alguna vez tuvieron. Si bien no eran cercanos, sí solían compartir en instancias familiares, como la celebración de la Navidad en la casa de su tío Amador Yarur, en Vitacura. 

El próximo encuentro entre ambos será el mismo 24 de marzo, cuando comience el juicio en el cual Daniel Yarur, de ser encontrado culpable, arriesga una pena máxima de seis años de presidio y el pago de una multa de 30 UTM ($1.230.000). Aun así, sus cercanos aseguran que él espera el juicio con tranquilidad y que confía en que podrá acreditar en tribunales su inocencia. Por mientras, pasa los días en Austria, donde se encuentra participando de un torneo de ajedrez.

Las defensas coinciden en que el resultado del juicio será fundamental para las batallas que, en paralelo, se están librando en la arista civil. Ambas partes están conscientes de que la pelea no será con guante blanco. Algo de eso ya se vivió el 14 de abril de 2013 cuando los juristas Juan Pablo Hermosilla y Hugo Rivera se enfrentaron en duros términos en tribunales.

Esa vez, y durante los alegatos por la demanda civil contra el dueño del Museo de la Moda, la exposición fue en duros términos y apuntó más allá de lo estrictamente legal. Se aludió, entre otras cosas, a la homosexualidad de Yarur Bascuñán, a su pasado como adicto y a sus problemas con la justicia de Estados Unidos, país desde el cual fue deportado en 1997. La defensa de Jorge, por su parte, arremetió cuestionando una serie de operaciones financieras que Yarur Elsaca habría realizado mientras era gerente de las sociedades de su primo. Se trata de transacciones basadas en las Islas Vírgenes Británicas.

Este mismo despliegue se debería ver a fines de marzo, cuando los penalistas vuelvan al ataque. A esto se suma una larga lista de testigos, quienes también participarán de dicha instancia judicial. Entre los convocados está el socio de BTG Pactual, Jorge Errázuriz; el ex superintendente de Valores y Seguros Álvaro Clarke; el socio del fondo Linzor Capital, Tim Purcell; el empresario Eugenio Claro y una lista de peritos -abogados y otros expertos- que se harán parte del proceso, cuyo resultado se daría a conocer a fines de abril.

A este grupo de testigos podría sumarse Luis Enrique Yarur. Si bien su nombre no fue presentado en la audiencia de preparación de juicio, tras conocerse su acuerdo con “Toto” Yarur, la defensa del ex superintendente consideró pertinente citarlo como testigo. Esto según consta en la solicitud presentada, el 31 de enero pasado, ante el Tercer Tribunal Oral en lo Penal.

La posibilidad de que el presidente del Bci declare durante el juicio oral genera reacciones encontradas entre los cercanos a Yarur Bascuñán. Por un lado, cuestionan que su nombre pueda ser incluido entre la lista de testigos, ya que, según argumentan, expiró el plazo establecido para que éstos sean presentados. Otros, en cambio, sostienen que su testimonio podría favorecer a Jorge: el hecho de haber logrado un acuerdo con su primo echa por tierra la imagen de conflictivo que algunos le achacan al dueño del Museo de la Moda. Probar este punto es una de las estrategias posibles a seguir en el juicio.

LA EXPORTACIÓN DEL CASO

El resultado que dictamine el tribunal no sólo tendrá repercusiones locales. La defensa de Jorge Yarur sostiene que el fallo será fundamental para los próximos pasos que esperan dar a nivel internacional. Los Hermosilla consideran que existen pruebas para demostrar que Yarur Elsaca incurrió en el delito de lavado de dinero al crear cuentas bancarias en Estados Unidos, donde habría depositado parte de la fortuna de su cliente, sin la venia de éste.

Y aunque aseguran que de todos modos emprenderán esta acción legal, si la justicia acusa a Daniel Yarur de apropiación indebida, el camino ante los tribunales estadounidenses sería más fácil para ellos. Con esa idea en mente, ya han iniciado investigaciones para dar con el paradero de los fondos en cuestión. Por esto, según sostienen, durante el primer semestre de este año se contactarán  con la Corte Federal de Nueva York para ingresar una denuncia formal en contra del ex superintendente.

La estrategia de los abogados apunta principalmente a las altas penas que contempla la legislación norteamericana: de comprobarse el delito, Yarur Elsaca arriesga penas de hasta 20 años de cárcel.

Hay mucho en juego en la disputa, que vivirá una fecha crucial el próximo 24 de marzo.

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